miércoles, 22 de febrero de 2017

CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando Donald Trump amenaza a México, el mundo apunta la jugada en su libreta, como los estrategas del fútbol que analizan a un rival antes de un partido.
México es el primer país que sufre los embates de Trump como presidente. Los otros observan. Pronto les puede llegar la hora: aranceles al comercio, decisiones unilaterales, amenazas.
La nueva embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, lanzó este viernes una advertencia: "Para aquellos que no nos apoyan, estamos anotando nombres".
Un día Trump se despierta y lanza como hoy en Twitter: "México se ha aprovechado de Estados Unidos durante demasiado tiempo. Gigantescos déficits comerciales y poca ayuda en la muy débil frontera deben cambiar, AHORA".
Esta semana durante cuatro días tuiteó o habló sobre su vecino y provocó una crisis diplomática con un país con el que comparte 3.150 kilómetros de frontera. El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, le canceló una visita.
Dijo que levantará un muro. Y dispuso: lo pagará México. Insinuó que pondrá fin al libre comercio que unió a los dos países más de dos décadas y aranceles del 20 por ciento a todas las importaciones desde México. Muchos ahí levantaron la ceja.
"Vamos a ver si las partes llegan a acuerdos, si se entienden, que es lo que queremos y necesitamos", dijo el portavoz del Gobierno español, Íñigo Méndez de Vigo. "No somos partidarios de poner aranceles".
"Para el resto del mundo, esta necesidad que tienen los vecinos de tener su primer esquema de cómo se tienen que poner de acuerdo es una gran ventaja, porque están viendo la primera línea", dijo este viernes el ministro de Economía de México, Ildefonso Guajardo. "Para ellos es una experiencia".
Brasil, la mayor economía de América Latina, expresó que "el Gobierno brasileño recibe con preocupación la idea de la construcción de un muro para separar naciones hermanas de nuestro continente sin que haya consenso entre ambas".
No sólo en el ámbito hispanoamericano están las miradas puestas sobre Trump y el experimento México.
La industria alemana está incómoda con el curso que está tomando la política comercial de Estados Unidos.
Trump ya dispuso la retirada de su país del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) y podría hacer lo mismo con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, con México y Canadá).
"La incertidumbre aumenta", dijo el jefe de comercio exterior de la Cámara de Industria y Comercio Alemana, Volker Treier, a la agencia dpa en Berlín. Para Treier, los aranceles no sólo afectarían a México, sino en el futuro también a otros socios comerciales de Estados Unidos.
"Una escalada terminaría siendo un enorme autogol para la economía estadounidense", sentenció también la especialista en comercio exterior de la Asociación Alemana de la Industria, Julia Howald.
Y señaló que muchos de los anuncios de Trump, como los aranceles a México, son incompatibles con la Organización Mundial de Comercio (OMC).
México prefiere aguantar y navegar con cuidado por las difíciles aguas. Peña Nieto canceló la reunión, pero las relaciones se mantendrán con contactos entre funcionarios de las administraciones, en busca de acuerdos.
La idea de pagar por el muro es "innegociable", dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray. Nadie le pide al vecino, dijo, "que le pague el muro de su casa".
Pero al mismo tiempo Peña Nieto dijo que apostará más por diversificar las relaciones, acercándose a países como Brasil y Argentina y a Asia-Pacífico y modernizando su acuerdo con la Unión Europea (UE).
Una de las estrategias de México será también ganar aliados dentro de Estados Unidos. Hay estados como Texas y California para los que México es el principal socio comercial. Para Guajardo, el movimiento ya se empieza a ver.
"Los estadounidenses que siguen la relación se activaron de una manera increíble y se desbordaron con comentarios de lo peligroso que puede ser para la relación con Estados Unidos que su aliado más cercano sea atacado y sea agraviado por temas comerciales".
Para el ex presidente Felipe Calderón (2006-2012), México tiene que seducir al "ciudadano medio" de Estados Unidos, incluso los que votaron por Trump, haciéndoles ver la importancia que tiene también para ellos la buena vecindad con México en seguridad y economía.
"Hay que ir a persuadir a ese americano blanco y decirle: 'oye, yo soy tu vecino, te conviene tenerme como aliado'", afirmó. "Lo que tenemos que hacer es que los americanos que lo apoyaron se den cuenta de que Trump puede quedar atrapado por su lengua, pero Estados Unidos no".

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