martes, 7 de marzo de 2017

FMI… ¿otra fuente de financiación de ISIS?

El Fondo Monetario Internacional (FMI) asignó millones de euros a las autoridades de Kósovo para financiar las pensiones de los exmiembros de la organización terrorista Ejército de Liberación de Kósovo, muchos de los cuales se marcharon al Oriente Próximo para combatir por sus ideas extremistas.

Durante los últimos 20 años, Kósovo ha pagado más de 2.000 millones de dólares a los exmiembros de la organización terrorista Ejército de Liberación de Kósovo (UCK). Para este fin, el pequeño país autoproclamado recibió fondos de EEUU, la UE y del bolsillo del FMI, según escribe la periodista Brankica Ristic.

Ristic destaca que, según varias fuentes, por el momento en las filas del grupo terrorista ISIS se encuentran al menos 500 veteranos del UCK. Este elevado número pone a Kósovo en el quinto lugar entre los países europeos, cuyos ciudadanos se marcharon a luchar por los ‘ideales’ de este grupo extremista.
Además, prosigue, “son, en su mayor parte, los que reciben los pagos del tesoro de Kósovo, regularmente rellenado por el FMI”.
En la actualidad, hay 46.000 veteranos registrados en Kósovo. Esta lista fue creada para establecer el número exacto de aquellos que obtendrían pensiones del presupuesto del país. Ristic profundiza que se trata de 106 millones de euros, asignados por el FMI.
En 2015 las autoridades de la república autoproclamada iniciaron los primeros pagos. Así, 12.000 exmiembros del UCK, que habían luchado contra el Gobierno legítimo de Yugoslavia, recibieron 170 euros cada uno, lo que, según la estadística oficial, es más de la mitad del salario promedio en el sector público.
“No obstante, debido a que el número de los veteranos registrados por alguna razón se cuadriplicó, Pristina —capital de Kósovo— se ve obligada a pedir más dinero del FMI”, detalla la experta.
Además, profundiza, el presupuesto de Kósovo para 2017 es dos mil millones de euros, incluidos los fondos reservados para la transformación de la Fuerza de Seguridad de Kósovo en las Fuerzas Armadas. De esta manera, mientras el FMI “no tiene nada en contra de esa reforma, el ente no tiene ganas de pagar las pensiones a los 46.000 veteranos y exige que Pristina revise las listas”.
“Los veteranos, por su parte, amenazan con organizar ‘algo mucho más serio que las protestas diarias’ si su trabajo duro no se evalúa de manera justa”, apunta Ristic.
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