domingo, 2 de abril de 2017


A dos décadas: Indios Chamula Musulmanes en San Cristóbal de Las Casas

Chamulas musulmanes. Foto: Archivo Gaspar Morquecho
Chamulas musulmanes. Foto: Archivo Gaspar Morquecho

Hace veinte años un grupo de familias tzotziles chamulas residentes en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas decidieron dar su testimonio y profesión  de fe musulmana: la Shahada. De esa forma abandonaron el Cristianismo y las iglesias  que por más de 500 años habían orientado las prácticas religiosas de los indios en Chiapas. El Libro y la lectura cambiaron, el Corán ocupó el lugar de la Biblia. Veinte años después, no hay duda que el Islam se ha establecido en Chiapas. Las familias de chamulas musulmanes lo viven día a día. Son parte de la Umma, es decir, la comunidad de los musulmanes en el mundo.
De aquel grupo original, fundado por hispanomusulmanes sufíes del Movimiento Mundial Murabitun (MMM),  se han derivado  tres comunidades más: la Comunidad Al Kautzar ; la comunidad sunnita que se construye bajo la guía de Mudhar -un musulmán de origen Sirio-, y la Comunidad Ahmadía que conduce el joven chamula musulmán Ibrahim Chechev. Las cuatro comunidades residen en San Cristóbal de Las Casas. Cerca de esta ciudad, en el poblado de Teopisca, Salim ha iniciado el establecimiento de la escuela sufí Naqsbandi.
Nafia a su llegada a tierras zapatistas. Foto: Archivo Gaspar Morquecho.
Nafia a su llegada a tierras zapatistas. Foto: Archivo Gaspar Morquecho.
Lo paradójico es que ese grupo de familias de indios Chamula no eran los destinarios del mensaje del Islam. A los Murabitun les interesaban los jefes y los indios rebeldes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
El estallido de la rebelión indígena zapatista (Enero de 1994), se escuchó con fuerza en otras geografías y llamó la atención a una diversidad de personas y grupos: políticos, religiosos y de la sociedad civil;  de agrupaciones político militares y de inteligencia; a periodistas de diversos países y medios;  a las agencias y organizaciones no gubernamentales; de grupos altermundistas, movimientos sociales… no faltaron los aventureros. A la ciudad de Las Casas también llegaron personas notables: Premios Nobel, escritores, artistas e investigadores. El ruido zapatista fue escuchado en prácticamente por todas las franjas de la sociedad mexicana.
En ese arcoíris social estaban los enviados del Movimiento Mundial Murabitun (MMM). Una agrupación de musulmanes occidentales que fundó el Sheij Abdalqadir as-Sufi y que habían llegado  a Chiapas con el objetivo de hacer contacto con los rebeldes zapatistas y llevarles el mensaje del Islam. De España llegó  Aureliano Pérez Yruela – Nafia acompañado del mexicano Sidi Ahmed.
Carta Murabitun a Marcos. Foto: Archivo Gaspar Morquecho
Ibrahim y familia. Foto: Archvo Gaspar Morquecho
Ibrahim y familia. Foto: Archvo Gaspar Morquecho
El 6 de febrero de 1995, en el Municipio Rebelde Zapatista de San Pedro de Michoacán los enviados del MMM se entrevistaron con el entonces mayor Moisés y el comandante Tacho. Ese día enviaron el “primer mensaje y saludos” al Subcomandante Marcos. A mediados de 1995, en un documento de 13 cuartillas dirigido al jefe zapatista, los hispanomusulmanes le hicieron la invitación siguiente:
“Nosotros, el Movimiento Mundial Murabitun, os invitamos a sentaros con representantes de los grandes pueblos de Chechenia, Cachemire, Euzkalherria que hoy están a la vanguardia de la lucha contra el tiránico orden bancario mundial, (…)”
Centro Ahmadya en San Cristóbal de las Casas. Foto: Archivo Gaspar Morquecho.
Centro Ahmadya en San Cristóbal de las Casas. Foto: Archivo Gaspar Morquecho.
El mensaje del MMM al jefe zapatista fue explícito:
“(…) la lucha por la liberación de los pueblos debe hacerse bajo la bandera del Islam transformador, siguiendo el mensaje revelado que nos trajo Mohammed, el último de los profetas, el libertador de la humanidad.”
El documento concluye con una consigna radical: “¡Victoria o Muerte!” Y lo suscribe el “Movimiento Mundial Murabitun. Comunidad Mexicana.”
Es improbable que los Murabitun hayan tenido alguna respuesta de los rebeldes. Motivo por el cual modificaron sus planes.
En la segunda mitad de 1995 los musulmanes españoles conocieron casualmente a Salvador, un indio chamula organizado en el Consejo de Representantes Indígenas de Los Altos de Chiapas. Consejo que se fundó en 1988, en su mayoría, por indios cristianos no católicos que fueron expulsados de sus comunidades de origen. Salvador era comerciante y vendía plátanos en el mercado municipal de la Ciudad de Las Casas. El Chamula acudió a una reunión convocada por  Amado Avendaño, entonces, Gobernador en Rebeldía en Chiapas.
“Fui a una reunión a casa de Amado Avendaño. Ahí estaba Aureliano y Ahmed que lo oyeron que estaba presentando el proyecto del Mercado Indígena. Cuando me salí me habló Aureliano y me invitaron a tomar un café… así nos tomamos confianza y nos hicimos como amigos.  Por tres o cuatro meses Aureliano me habló del Islam. En 1995 empecé a practicar y di mi Shahada como en febrero de 1996. Estaban organizados como sufí y luego me enteré que eran del movimiento Murabitun y que buscaban gente”
Salvador fue el primer Chamula Musulmán.  Desde entonces se le conoce como Muhammad Amin. De inmediato Nafia lo distinguió como el primer Emir indígena. Amín agrupó al núcleo de tzotziles que se iniciaron en el Islam y sentó las bases para la construcción de la comunidad de los Murabitun en San Cristóbal de Las Casas.  En 1998 había musulmanes en las colonias La Hormiga, Nueva Esperanza, Palestina, Revolución Mexicana, La Selva Natividad y en El Molino de los Arcos. Asentamientos habitados por indios expulsados, en su mayoría, de San Juan Chamula. La Casa Grande del Molino de los Arcos fue utilizada como mezquita. Unos 200 musulmanes se reunían los viernes para convivir y hacer la oración. A la comunidad Murabitun se sumó el numeroso clan Chechev.
Mezquita en Chiapas. Foto: Archivo Gaspar Morquecho.
Mezquita en Chiapas. Foto: Archivo Gaspar Morquecho.
El crecimiento de la comunidad Murabitun hizo posible la formación de varios gremios, es decir, la estructura económica productiva que instituyeron los musulmanes en España. Uno de los primeros fue el gremio de panaderos y la apertura del restaurante La Alpujarra. Le siguió el gremio de los carpinteros y de las mujeres costureras. Las y los trabajadores recibían un “apoyo” económico de 300 pesos a la semana y los alimentos durante la jornada de trabajo. Los Murabitun crearon el Centro de Desarrollo para musulmanes y fundaron la primera madrassa en el sureste mexicano. En 1998, los hispanomusulmanes registraron a la Misión para el Da’wa como una asociación civil.
Es importante destacar que en la base de la construcción de la comunidad Murabitun estaban las tareas que desempeñaron las mujeres musulmanas. Además de ser mujer-madre-esposa, trabajaban en la producción de pan para la venta y abasto de sus restoranes, en la elaboración de los alimentos de menú. Se encargaban de la limpieza y compras diarias. Preparaban los alimentos de los trabajadores de los gremios y los que compartían después de la oración en la mezquita o en las fiestas que impone la tradición del Islam. Las mujeres eran las responsables de formar a las mujeres indígenas en el Islam. Sobre ellas recaía la responsabilidad de la formación del carácter de sus hijas y sus hijos como lo prescribe el Islam.
A principios de las década del 2000 los Murabitun iniciaron sus planes de expansión. En la ciudad de Comitán fundaron otra sede Murabitun, sin embargo, tuvieron la primera de sus rupturas. Origen de la formación de otras comunidades musulmanas en la Ciudad de Las Casas. El clan Checev será un protagonista central en ese proceso.
Manifestación a favor de Palestina. Foto: Archivo Gaspar Morquecho
Manifestación a favor de Palestina. Foto: Archivo Gaspar Morquecho
En la base de la división estaba la dureza del Emir en la conducción de la comunidad Murabitum. En las medidas autoritarias y el desprecio de Nafia: a) pretendió que los musulmanes abandonaran sus casas y se concentraran a vivir el Centro Cultural para el Desarrollo de los Musulmanes; b) Que los niños abandonaran las escuelas oficiales; c) Que los indios musulmanes rompieran todo contacto con los kafir (no musulmanes) así fueran sus familiares; d) Para Nafia la Biblia, los cristianos, la tortilla y la forma de vivir de los indios eran “una mierda”.
En seis años los indios escucharon que  en México no había más musulmanes que los Murabitun. Yahia, un joven chamula musulmán del clan Chechev,  se encontró casualmente con otros musulmanes en la Ciudad de Puebla y le dieron la referencia del Centro Cultural Islámico de México fundado por el sunnita Omar Weston. En ese lugar Yahia concertó la visita del sunnita  Ismael a San Cristóbal de Las Casas. El acercamiento de Yahia al Centro Cultural Islámico de México y la llegada de Ismael irritó a Nafia. La versión del chamula musulmán  Abdul Haqq del clan Chechev fue la siguiente: “Cuando llegó Ismael Nafia no le habló y a nosotros nos maltrató. Aureliano nos dijo que como musulmanes sólo podíamos estar en un lugar, si no, que nos retiráramos de ellos.”
Esas tensiones derivaron en la separación de un grupo de chamulas de la comunidad Murabitun que fortaleció su relación con el Centro Cultural Islámico de México y fundó la Comunidad Al Kautzar. La primera comunidad indígena sunnita en Chiapas. Buen parte del clan Chechev era la base de esa comunidad.

Thumbnail. Foto: Archivo Gaspar Morquecho
Thumbnail. Foto: Archivo Gaspar Morquecho
Para cohesionar a su comunidad los Murabitun organizaron dos peregrinaciones (Hajj) a Meca. De esa forma, también, daban cumplimiento a uno de los Cinco Pilares del Islam. En marzo de 2001 viajaron veinticinco Murabitun hispano y chamula musulmanes, y veintidós en febrero de 2002. Sin duda, el impacto fue mayúsculo para los peregrinos indígenas. Por primera vez salían del país. Algunas de las mujeres no habían salido de Chiapas. En la “tierra de Dios” convivieron con millones de musulmanes de todo el mundo.
Por su parte, los chamula musulmanes sunníes de la Comunidad Al Kautzar recibieron, el 17 de junio de 2003, a una delegación de musulmanes Tabligh cuya misión es fortalecer la fidelidad al Islam. El grupo estaba formado por un mexicano de origen inglés, un español, un paquistaní, un nigeriano y un shaykh de India. En la mezquita Al Kautzar, chamula musulmanes y los Tabligh hicieron la oración en árabe. El mensaje del imam, hablado en inglés, fue traducido al español y Yahia hizo la traducción al tzotzil. En ese pequeño espacio  dejaron de existir las fronteras.
En la segunda mitad de la década del 2000, Muhammad Amín construyó otra la mezquita en ese lugar y la llamó Al Medina. Ahí llegaban a hacer el salat (oración) otro grupo de familias que se había separado de la comunidad Murabitun. En torno a esa mezquita había unos 200 chamula musulmanes. En mayo de 2011, Andrés Patishtán Pérez – Mujaheed, originario de San Juan Chamula formado por sunníes en Estados Unidos por más de diez años, fue electo emir por su comunidad. Mudhar, un musulmán sunnita de origen Sirio, se acercó a ellos y asumió el papel de Imam, es decir, de guía religioso de ese grupo. En 2012 abandonaron la mezquita Al Medina para hacer la oración en una vivienda de un chamula musulmán ubicada en el Barrio de Tlaxcala.
En 2006, parte de la familia de Hajj Idris -Imam Murabitun-, regresó a Granada, España. Con ellos se fue la familia de Ibrahim Chechev, el joven musulmán chamula casado  con Yanna, una joven mujer española. En Granada Ibrahim continuó su formación en el Islam. El joven chamula musulmán viajó a Sudáfrica. Ahí conoció y se entrevistó con el Shaykh Abdalqadir as-Sufi, guía del Movimiento Mundial Murabitun, quien le reiteró la encomienda de llevar el Islam a la Comunidad Chamula en Chiapas.   En 2012, Ibrahim y su familia estaban de regreso y se establecieron en el Molino de los Arcos. De esa forma parte del clan Chechev seguía con los Murabitun sin subordinarse al emir Nafia. Su regreso reunió al grueso del clan Chechev y hacían la oración en la mezquita Al Kautzar.
Thumbnail Mol Chechev. Foto: Archivo Gaspar Morquecho
Thumbnail Mol Chechev. Foto: Archivo Gaspar Morquecho
En noviembre de 2013, se realizó la reunión anual de Sheij Dr. Abdalqadir as-Sufi en la  Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Una crónica del evento resaltó su presencia en el mundo:
“(…) ha congregado a viajeros de todo el mundo y todas las razas, desde Indonesia hasta México, pasando por numerosos países europeos y de África. Los portadores de la misma luz y las mismas ciencias en este tiempo y los valientes defensores del Din y de la sunna en esta época de tanta agitación y conflicto para los musulmanes: Mouley Murtada Alboumashouli, el sheij de la tariqa en el Magrib, de Kalat Maghouna, Marruecos; Sheij Abdalhaqq Bewley  y su esposa Hayyah Aisha Bewley, de Norwich, Reino Unido; Sheij Ali Laraki de Marruecos y residente en Leicester, Reino Unido; Sheij Muhammad Iqbal, de Dar es-Salam, Tanzania; Sheij Muhammad Amin Fakier, de Ciudad del Cabo, Sudáfrica; y Sheij Muhammad Kassbi, imam de la Mezquita Mayor de Granada, España.”
En esa reunión el Sheij Abdalqadir as-Sufi designó a Sheij Mouley Murtada como el dirigente principal de la tariqa (escuela) Qadiri-Shaddili-Darqawi y su primera acción fue nombrar Sheij a Hayy Nafia Perez Yruela: “el emir y pionero del Islam en México que durante quince años ha llamado a la gente de Latinoamérica al Islam y por cuya mano han entrado en el Din de Allah cientos de nuevos musulmanes, principalmente familias y clanes enteros de los indígenas de Chiapas.”
Una vez en San Cristóbal de Las Casas, el sheij Nafia Perez Yruela mandó llamar a Ibrahím Chechev. El joven llegó acompañado de sus hermanos. El Sheij Nafia no los recibió a todos. El asunto era darles a conocer que había sido nombrado “Sheij para América Latina” y que debían obediencia. La pretensión de Nafia orilló a los Chechev a separarse definitivamente de los Murabitu y continuaron en la comunidad Al Kautzar.
En agosto de 2014 los chamula musulmanes de Al Kautzar hicieron pública su solidaridad con el pueblo palestino. Hombres con chilaba y mujeres con el velo marcharon de la Plaza de Caridad a la Plaza Catedral. Caminaron por el Andador Eclesiástico. Sus exigencias eran: “Paz para Palestina”. En otras pancartas se podía leer: “Comunidad Islámica de Chiapas con Palestina”, “Palestina el mundo llora por ti. Paren el genocidio”, “No a la masacre de inocentes. Queremos paz” Después de del acto solidario hicieron oración a la hora del Duhr en la plaza, casi frente a la Catedral de San Cristóbal de Las Casas. Fue la primera manifestación y oración pública de los chamula musulmanes en la ciudad del fraile dominico Las Casas.
A finales de 2013, Ibrahim había hecho contacto con David, un musulmán de la Comunidad     Ahamadía. Ibrahim Chechev y su esposa Yanna viajaron a Londres y participaron en 47 Convención Anual Internacional de la Comunidad Musulmana Ahmadía. En Diciembre de 2014, un grupo de familias de tzotziles chamula musulmanes de la Comunidad Al Kautzar, con Ibrahim a la cabeza, asistió a la Convención Anual de la Comunidad Musulmana Ahmadía en la Ciudad de Guatemala. De esa forma se formalizó su ingreso que significó el rompimiento de los débiles lazos los unía con los musulmanes sufíes del Movimiento Mundial Murabitun-MMM, con los sunnitas de la Comunidad Al Kautzar, y con el grupo de sunníes que orienta el musulmán sirio Mudhar. En la base del rompimiento está la certeza de que movimiento Ahmadi es “apóstata y hereje”. La Liga Mundial Islámica, en su conferencia anual de 1974, declaró que los Ahmadi no eran musulmanes.
El movimiento Ahmadi fue fundado por Mirza Ghulam Ahmad el 23 de marzo de 1889 en India. Actualmente el Movimiento Ahmadía se ha establecido en 195 países de África, América del Norte y del Sur, Asia Australia y Europa.
El deslizamiento de Ibrahim Chechev al movimiento Ahmadia motivó que su primo Yahia Chechev le impidiera hacer la oración en la mezquita sunní de la comunidad Al Kautzar. Ibrahim Chechev  y la Comunidad  Ahmadí retornaron a la que fue la primera mezquita ubicada en la Colonia Nueva Esperanza. En la fachada del edificio colocaron una gran manta en la que podemos leer: “Comunidad Musulmana Ahmadia”, “Amor para todos”. La paradoja es que lugar de oración está casi frente de la gran mezquita que construye el Sheij Nafia, el hispano musulmán que hace dos décadas trajo el mensaje del Islam.
Mulsumana. Foto: Archivo Gaspar Morquecho
Mulsumana. Foto: Archivo Gaspar Morquecho
En medio de esos reacomodos la presencia de los musulmanes sufíes Naqsbandiya era débil en Chiapas. En Teopisca vive Jalil, un sufí norteamericano de la escuela Naqsbandi. En San Cristóbal vive Salim, un tzotzil que fue educado los murabitun y años más tarde vivió un proceso de formación en Argentina. Sede de los Naqsbandi en América Latina.  A principios de 2015, el argentino Sheij  Abdu Rauf  – líder de la orden Sufi Naqshbandi llegó a San Cristóbal de Las Casas a dar “un mensaje de Paz”. En el encuentro “Viaje al corazón”, fue acompañado por Yamaluddin, el Sheij  Ali del Distrito Federal  y por el  tzotzil Salim. Pretenden, sin duda, establecerse en esa ciudad. En Agosto de 2015, Muhmmad Chechev -padre de Ibrahim – y la señora Munira viajaron a Londres para asistir a la 49 Convención Anual de la Comunidad Ahmadía.
En las comunidades de los sufíes Murabitun y Naqsbandi, de los sunnitas de Al Kautzar y del sirio Mudhar, y en la Comunidad Ahamadia,  se recrea el Islam. En esas comunidades musulmanas participan unos doscientos o trescientos hombres, mujeres, jóvenes, niñas y niños chamula musulmanes.

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