miércoles, 31 de mayo de 2017

OPINIÓN: TRUMP ESTÁ TOTALMENTE SOLO EN CASA

En vez de celebrar su más reciente viaje, el presidente de Estados Unidos regresa a enfrentar la feroz controversia por Rusia.
Trump regresó no solo a un desastre ruso cada vez peor y a una batalla cuesta arriba en el tema de los servicios de salud, sino también a tomar una decisión importante respecto al próximo director del FBI.
Decisiones  Trump regresó no solo a un desastre ruso cada vez peor y a una batalla cuesta arriba en el tema de los servicios de salud, sino también a tomar una decisión importante respecto al próximo director del FBI.  (Foto: Reuters)
GLORIA BORGER
Nota del editor: Gloria Borger es analista política de CNN. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
(CNN) — No es que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no haya estado emocionado con su primer viaje al extranjero. Antes de partir, se quejó con sus amigos de que iba a ser demasiado largo; simplemente no ansiaba ir.
Además, estaba "de humor bastante apagado" cuando partió, de acuerdo con una fuente que tiene contacto con Trump. Parece que la bienvenida que recibió no sirvió para alegrarlo.
En vez de celebrar sus logros en la gira por Medio Oriente y su reunión con el papa y los líderes de Europa, Trump regresó a enfrentar la controversia por lo de Rusia. Le preocupaban los asuntos jurídicos y los problemas con su personal porque ahora, su yerno y jefe de asesores, Jared Kushner, es parte de la investigación sobre contrainteligencia. Las reuniones con abogados no son nada nuevo para este empresario pleitero, pero como hay infinitamente más en juego, esta vez fue diferente.
Una fuente dice que Trump se ha quejado en privado de su asesor Don McGahn, famoso abogado especialista en financiación de campañas. Pero sea como sea, sus consejeros no tienen nada que ver con sus defensores personales, así que se esperaba que se reuniera con su abogado de confianza, Marc Kasowitz.
Dos fuentes afirman que su antiguo abogado se volverá lo que una de ellas llamó "supervisor" del equipo jurídico externo de Trump. Otra fuente agregó que será quien aconseje a Trump, "no quien interactúe con (el fiscal especial Robert) Mueller".
"Fue una idiotez permitir una fiscalía especial", dice uno de los aliados de Trump, que bien podría estar externando el pensar del presidente. "Las fiscalías especiales nunca terminan bien".
No importa que el mismo Trump haya desencadenado la sucesión de eventos que llevaron a la designación de Mueller al despedir al director del FBI, James Comey (ni con sus muchos intentos de buscar en su gobierno a un candidato para ponerle fin a la cuestión). Si alguien quería detener al presidente, no lo hizo.
Tal vez estuvieron de acuerdo con Trump en que los demócratas los respaldarían. "Estos tipos no juegan ajedrez", suspira un amigo. "Juegan a las damas".
Un asesor externo dijo que después de que Trump decidiera despedir al director del FBI, le dijo tajantemente a Trump que el momento era horrible. "Si lo hubiera despedido el primer día, el ambiente sería totalmente diferente", le dijo a Trump. "Hacerlo cinco meses después no tenía ningún sentido".

LA PRESIDENCIA NO ES ALGO QUE SE DÉ NATURALMENTE

Así, Trump regresó a la Casa Blanca justo como cuando se fue: solitario, enojado y nada contento con casi nadie. Donald Trump está descubriendo que la presidencia no es fácil ni algo que se dé naturalmente.
"Ahora vive ensimismado, cosa peligrosa para Donald Trump", dijo una persona que tiene trato con el presidente. "Veo que se está replegando emocionalmente. Ha subido de peso. No tiene a nadie en quién confiar".
La cuestión, agrega, es si Trump entenderá la enormidad del reto al que se enfrenta o si "volverá a ser arrogante y terco". Tendrá que darse cuenta de que "lo único para lo que sirvió este viaje fue para oprimir el botón de pausa". Y solo por un momento.
Trump regresó no solo a un desastre ruso cada vez peor y a una batalla cuesta arriba en el tema de los servicios de salud, sino también a tomar una decisión importante respecto al próximo director del FBI. Trump se había hecho a la idea de designar al exsenador Joe Lieberman, pero al Congreso no le gustó. Así, mientras se preparaba para irse a su primer viaje al extranjero, les dijo a sus amigos que Lieberman había quedado fuera.
Después de este descalabro, una fuente que tiene conocimiento de la situación dijo que Trump le había preguntado repentina y cortésmente al gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie (con quien sigue hablando regularmente), algo así como "¿verdad que no quieres el trabajo?".
Se dice que Christie objetó y dio una lista de razones por las que no funcionaría, entre ellas que a ninguno de los dos le hacían falta las molestias que causaría. De cierta forma, fue algo clásico de Trump: el presidente halagando al hombre al que despidió alguna vez, pero a quien sigue consultando.

¿ESTÁ SIGUIENDO MALOS CONSEJOS?

Uno de los aliados de Trump dice que aún hay esperanzas de que se vea obligado a calmarse. "Solo pone atención de verdad cuando está en la lona".
¿Qué dicen sus amigos? Algunos se quejan de que le están dando malos consejos, tanto jurídicos como políticos. "Nadie le está explicando el panorama (así funciona esto, esto es lo que deberías hacer o lo que no deberías hacer).
Nadie tiene el control suficiente (o la seguridad suficiente) como para hacerlo", dijo uno de ellos. Pero eso nos obliga a preguntarnos, desde luego, si un presidente en funciones en realidad debería necesitar que le dijeran que no debería intentar interferir con una investigación federal sobre contrainteligencia.
El problema es que aunque Trump esté poniendo atención, le están dando consejos contradictorios: los personajes externos con los que habla no son, en general, admiradores de su personal. No es de sorprender, de acuerdo con una de las fuentes, que el jefe de gabinete, Reince Priebus, se haya reportado con él después de hablar con Trump… sin duda para mantenerlo al tanto de lo que Trump está pensando o diciendo.
Hay quienes le dicen al presidente que tiene que dejar atrás la estrechez de su elenco original. Uno de ellos dice que le dijo a Trump: "redoble esfuerzos y olvídese de los que siempre le serán leales. Ahora necesita a los mejores profesionales".
Pero con eso se pierde de vista algo importante: Trump manda en el mundo de Trump. Trump comete los errores. Todo esto surge de su singular forma de ver la crisis de Rusia, de acuerdo con uno de sus aliados: Trump cree que no es responsable de nada de este caos político, que lo provocaron los medios tradicionales que traman conspiraciones inexistentes. "Está allí sentado, diciendo, como siempre: 'Ustedes trabajan para mí. Arreglen esto'".
Eso es exactamente lo que les pidió a su exdirector del FBI, a su director de inteligencia nacional y al director de la Agencia de Seguridad Nacional. Es lo que habría hecho en su empresa. Si se negaban, los habría despedido, como hizo con Comey.
Un experto observador de Trump dice que se cree que Donald Trump es un tipo leal. Que no abandona a sus viejos amigos, que los defiende y los apoya. "Están totalmente equivocados", dijo. "Trump solo es leal con su familia. Puede ser atento y obsequioso. Pero si llega un momento en el que ya no seas útil, olvídalo. Estás acabado, sin importar lo que hayas hecho por él". Piensen en Rudy Giuliani, Paul Manafort y Chris Christie.

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