miércoles, 5 de julio de 2017

 El nacimiento del islamismo radical yihadista

El terrorismo islamista es uno de los fenómenos político-religiosos más preocupantes de nuestra época. Este fenómeno apareció en las décadas de los setenta y ochenta del siglo pasado, y se ha ido extendiendo hasta constituir una verdadera amenaza mundial.

5.1. El mundo islámico 
El mundo islámico lo forman cuarenta y seis países que se extienden por África, Asia y Europa. Aunque tienen grandes diferencias entre sí en lo relativo a la riqueza, la historia o la composición étnica, se hallan unidos por una religión común. Algunos de estos países pertenecieron durante largo tiempo al imperio turco y tras la primera guerra mundial fueron anexionada a los imperios coloniales europeos. Aunque algunos países consiguieron su independencia en el período de entreguerras, la mayor parte la alcanzó tras la segunda guerra mundial. Los nuevos estados musulmanes no consiguieron desarrollar sistemas políticos democráticos y sus economías no han crecido lo suficiente para compensar su fuerte crecimiento demográfico. Algunos son grandes productores de petróleo y otros están enclavados en zonas estratégicas muy importantes. Estos y otros motivos han provocado que estos países se hayan visto envueltos en múltiples conflictos en las últimas décadas.

El Islam es una religión monoteísta iniciada por la predicación de su profeta, Mahoma, en el siglo VII. Mahoma no solo fundó una religión sino que también creó un estado expansionista que en muy poco tiempo construyó un gran imperio. Los musulmanes tienen una serie de obligaciones esenciales: proclamar su fe en un único dios, Alá; orar cinco veces al día en dirección a La Meca (Arabia); dar limosna a los pobres, peregrinar una vez en la vida a La Meca (Hadj)... Algunas facciones del Islam defienden que la Yihad, o "guerra santa" contra los que ataquen al Islam, es otra de los deberes de todo musulmán. Según este planteamiento, aquel que muere en la Yihad accede directamente al paraíso.

La sociedad musulmana tiende a guiarse por la tradición. La ley coránica o sharia establece una serie de prohibiciones que chocan con las costumbres occidentales (prohibición de consumir vino y cerdo, uso del velo en las mujeres...) o establece una legislación diferente (sumisión y posición subordinada de la mujer).

Los musulmanes se dividieron en el principio de su historia en dos grandes corrientes: Suníes o Sunitas, que constituyen el grupo mayoritario; y Chiíes o Chiítas, que suponen aproximadamente el veinte por ciento de la población musulmana y predominan en Irán, Irak y otras pequeñas zonas (sur del Líbano).

Es importante no confundir los términos de árabe, concepto cultural y étnico, y musulmán o islámico, concepto religioso. Los árabes son mayoritariamente musulmanes, pero hay minorías cristianas en Líbano, Palestina y otros países. Hay pueblos no árabes como los turcos, persas o indonesios que son mayoritariamente musulmanes.

El Islam se extiende desde el Magreb (Marruecos, Argelia…) en el occidente, hasta Indonesia y el sur de Filipinas en el oriente. Tiene como centro de gravedad el Oriente Medio donde una población mayoritariamente árabe comparte el territorio con turcos y persas. La presencia musulmana es importante también en el África Negra, regiones de China y, de manera cada vez más importante, en Europa debido al fenómeno migratorio. Pueblos europeos como bosnios o albaneses son musulmanes.

Las diferencias económicas en este territorio son enormes. Hay países muy ricos que son grandes productores de petróleo como Arabia Saudí, Kuwait o Brunei, mientras que otros se encuentran entre los más pobres del mundo como Sudán, Mauritania o Afganistán.

5.2. Los grupos islamistas radicales y terroristas
El ataque a las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de 2001 trajo a primer plano un fenómeno que llevaba largo tiempo incubándose. Una ideología religiosa y política que trata de imponer una visión absolutamente intolerante del Islam y que no duda en aplicar el máximo terror para conseguir sus objetivos. Su nombre está aún en cuestión. Unos hablan de islamismo radical, otros de yihadismo (Yihad es el término árabe para “guerra santa”), otros, incluso, de islamofascismo.

Las primeras manifestaciones políticas de esta ideología, cuyo origen se remonta siglos atrás, los encontramos en diversos movimientos de reforma religiosa del siglo XX. Los “Hermanos Musulmanes” egipcios, organización fundada en 1928, es el ejemplo más relevante. Sin embargo, la extensión esta ideología, especialmente en su versión más radical y violenta, tuvo lugar en las últimas décadas del siglo XX en el Oriente Medio.

El atraso económico de los países árabes y musulmanes; la corrupción de la mayoría de sus gobiernos; el fracaso del nacionalismo árabe personificado en Nasser; las grandes diferencias sociales; la reacción contra la forma de vida occidental, considerada “impía y degenerada”; el convencimiento de que Occidente trata con un doble rasero a árabes e israelíes… Estos y otros factores han colaborado en que se desarrollara el islamismo extremista. No obstante, esta ideología tiene sus raíces en las versiones más intolerantes y violentas del Islam.

Los grupos yihadistas tienen como principal objetivo establecer un califato sobre todas las tierras musulmanas, o las que alguna vez lo fueron como Al-Andalus (España), en el que la ley islámica, la sharia, sea la única fuente de derecho. Su principal enemigo son los gobiernos “impíos” de los países musulmanes que no se pliegan a estos objetivos. Occidente es su objetivo en tanto que poder hegemónico que apoya a estos gobiernos “impíos” o al estado de Israel.

En el período que cubre este tema debemos destacar dos focos principales desde donde se va a extender el islamismo:
  • La revolución islámica en Irán de 1979 que inspiró a otros movimientos islámicos chiítas como Hezbollah en el Líbano.
  • Las guerrillas islámicas que se enfrentaron al ejército soviético en Afganistán. Estos grupos suníes, apoyados en un principio por Estados Unidos, agruparon a grupos de militantes procedentes de muchos países árabes y musulmanes que posteriormente dieron lugar a alguna de las organizaciones terroristas más letales. De allí surgieron los talibanes que gobernaron durante años Afganistán, allí luchó Osama bin Laden, posterior dirigente de Al Qaeda, allí, finalmente, pelearon muchos argelinos que posteriormente propagaron el yihadismo en su país y en el Magreb.
A estos dos focos de expansión, se puede añadir el apoyo institucional dado por países como Arabia Saudí o Pakistán, bajo la dictadura de Zia-ul-Haq (1978-1988) a versiones extremistas del Islam.

No hay comentarios:

Publicar un comentario