domingo, 6 de agosto de 2017


Los talibán atacan un convoy de la OTAN en Kandahar y matan a varios soldados

Soldados afganos inspeccionan una base militar en Kandahar, Afganistán, la semana pasada tras un ataque talibán. EFE
Este ataque llega un día después de otro contra una mezquita en el mismo país que se cobró 29 muertos
Los ataques suicidas son el pan de cada día en Afganistán donde, los yihadistas, han perfeccionado esta cruel estrategia para causar el mayor daño posible a las tropas de la OTAN y los Estados Unidos en el país, a los miembros de las fuerzas de seguridad y del Gobierno afgano, y a todos los civiles que se resistan o que, como el caso de los Hazara -una de las etnias minoritarias perteneciente a la corriente chií del Islam, enemiga de los fundamentalistas suníes talibán- porque pertenecen a una corriente religiosa que los terroristas consideran que es una herejía.
El último ataque suicida contra las tropas internacionales ha sucedido hoy en Kandahar - capital de la provincia homónima -, el lugar donde nació el movimiento talibán de la mano del mulá Omar y en el que, debido a la batalla que está teniendo lugar en la vecina provincia de Helmand desde mayo pasado, las tropas internacionales han aumentado su presencia y vuelven a patrullar desde la gran base que la Misión de la OTAN en Afganistán (Apoyo Decidido) tiene en los aledaños del aeropuerto de Kandahar.
El ataque ha tenido lugar sobre las 12.20, hora local (7.50 GMT) en el distrito policial número 5, a las afueras de la ciudad, según ha explicado el portavoz del gobernador provincial, Samim Khpalwak. Horas después, la misión de la OTAN ha corroborado la información indicando que ha habido "un número indeterminado de bajas militares cuando un coche bomba se ha lanzado contra uno de nuestros convoyes", según ha indicado el teniente Damien E. Horvath, uno de los portavoces de la OTAN en Kabul, sin especificar el número o las nacionalidades de los fallecidos.
El portavoz de los talibán en la provincia, Qari Yusuf Ahmadi, se ha atribuido la autoría del atentado a través de un mensaje en las redes sociales en las que, una vez más, los seguidores del líder del grupo terrorista, el mulá Hibatullah Akhundzada, han justificado la matanza arguyendo que es parte de "la lucha contra los invasores".
La misión de la OTAN se encuentra en un momento muy delicado. Hoy por hoy su cometido es entrenar y asistir a las fuerzas de Kabul, pero éstas han demostrado que no son capaces de aguantar la embestida yihadista por todo el país, en el que el Gobierno afgano sólo controla el 53% del territorio.
Por ello, las 13.000 tropas que los Estados Unidos y la OTAN tienen en Afganistán, algunas de ellas, como los Marines norteamericanos, luchando cara a cara con los talibán, pronto recibirán un refuerzo de 3.000 soldados, motivo por el que la Alianza Atlántica pidió recientemente a los países miembros un aumento de sus tropas para apoyar la misión en el país. Mientras, la nueva estrategia militar de Washington para el país, que según el Secretario de Defensa norteamericano, Jim Mattis, contará con una aumento de tropas - 4.000 según la Casa Blanca -, sigue siendo una gran incógnita y está levantando suspicacias en el Gobierno afgano ya que, en teoría, debería haber sido anunciada a mediados de julio, tal y como aseguró el propio Mattis. Por este motivo, fuentes del Palacio Presidencial temen que, tal y como informó ayer The Washington Post, la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, "esté considerando abandonar Afganistán".

29 muertos en un ataque suicida en Herat

La ciudad de Herat, capital de la provincia homónima y donde hasta finales de 2014 las tropas españolas tuvieron su base principal en Afganistán, fue anoche el escenario de otra masacre cuando un comando suicida yihadista atacó la mezquita chií de Jawadya, en la que cientos de fieles Hazara se encontraban realizando la oración nocturna, matando a 29 personas e hiriendo a otras 63. "Una cifra que aumentará en las próximas horas debido al estado crítico de muchos de los pacientes", según ha informado el portavoz del hospital provincial, Rafeeq Shirzai.
Los talibán han realizado un comunicado en el que se han desvinculado del ataque, por lo que "todo apunta a que ha sido obra del Estado Islámico", según han explicado fuentes policiales en Herat, "ya que el grupo terrorista tiene a la comunidad chií afgana en su punto de mira", ha añadido. En julio del año pasado, el grupo terrorista llevó a cabo un atentado en Kabul durante una manifestación de la comunidad chií en la que ésta reclamaba sus derechos matando a 80 personas e hiriendo a otras 230.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, ha condenado el ataque haciendo un llamamiento para que "los dirigentes religiosos alcen su voz contra este tipo de violencia sectaria, que nunca triunfará en Afganistán". Mientras, el ex siempre omnipresente ex presidente, Hamid Karzai, ha llamado al país a "permanecer unido y no permitir que los enemigos consigan fracturar la unidad que nos hermana".
Por su parte, Tadamichi Yamamoto, el representante de la Misión de la ONU en el país (UNAMA, por sus siglas en inglés), ha explicado que "los ataques deliberados contra civiles desarmados durante la oración no pueden ser justificados de ninguna manera", por lo que el líder de la ONU en Afganistán lo ha descrito como "una ataque abominable cuyos responsables deben ser llevados ante la justicia".

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