El volcán del Oriente Medio
Nuestros valores están siendo puestos a prueba
06/12/2006 - Autor: Abel Samir - Fuente: Propia
La guerra continúa con más intensidad en Irak y Afganistán
Los volcanes que azotan de vez en cuando a la humanidad han producido desastres terribles. Desastres que la humanidad no puede evitar porque ellos son parte de la naturaleza de la Tierra que los humanos nunca podremos controlar. El mundo que permite nuestra existencia es de esa naturaleza doble: benigno y despiadado. Constituye la dialéctica de la naturaleza. Un mundo sin volcanes como lo es la Luna es más inhóspito porque es terriblemente frío. Pero esa es la Naturaleza y no la naturaleza del hombre. Los hombres podemos ser aún más despiadados con la humanidad que lo es nuestra madre Naturaleza. El egoísmo, la ambición, los intereses económicos, los deseos de dominación y de poder conducen a hombres y a sus Estados a cometer desastres aún peores que los desastres naturales.
En muchos países, sobre todo en los de Europa, la gente vive dentro de una relativa tranquilidad. La existencia humana sólo se ve afectada por las bandas de muchachos cesantes y marginados de la sociedad pudiente; por las bandas de criminales organizados en clubes de motociclistas que viven fuera de la ley pero muy aceptados por el sistema, por cuanto su influencia en la sociedad no es poca, incluso dentro de los institutos policiales, y por los rateros que de vez en cuando arrancan una cartera de las manos de alguna mujer anciana e indefensa para lograr una miseria de dinero que puede ser una fortuna para la víctima. Ellos constituyen la lacra de la sociedad opulenta, una especie de enfermedad endémica del sistema que parece inevitable porque todavía vivimos dentro de un sistema injusto y de valores falsos. Unos pocos son dueños de todo. Muchos no son dueños ni siquiera de sus propias vidas. Viven creyendo en una libertad que tienen sólo en forma aparente. La gente todavía vive en un mundo ilusorio más que dentro del mundo real. La sociedad actual es una sociedad psicótica: la gente vive construyendo castillos en el aire y afirmando sus castillos con creencias de un más allá. De esa forma desaparece el más acá; deja de ser objetivo para transformarse en subjetivo.
Todos estos problemas existenciales también existen en las sociedades que conforman el Oriente Medio. Sólo que allí el ser humano tiene que ser muy firme para no sucumbir ―si no es que muere antes producto de una explosión o de una bala― y recubrirse de una coraza ideológica para vivir con la esperanza de un mundo mejor, de un mundo de paz, sin guerras y sin el temor de morir en cualquier momento. La tragedia humana en esos países es enorme. Difícil de captar y de entender para aquellos que nunca han vivido esas terribles experiencias. Y todo este mundo, en especial Palestina, Irak, Líbano y Afganistán está en ebullición como uno de los peores volcanes que duermen y acechan a la humanidad desde muchos millones de años. Ese mundo está por estallar y su estallido puede conducir a una gran guerra en todo el Oriente Medio, con el consiguiente sufrimiento de sus habitantes, una enorme pérdida irreparable de vidas humanas y materiales. Y el deterioro de la ya enferma naturaleza producto de los gases tóxicos, de los elementos químicos que dañan a los que viven hoy y a los que han a nacer. Parece que vivimos dentro de un mundo imaginario con seres de pesadilla y no con seres que dicen ser racionales y que sustentan sus vidas en principios morales y éticos que son puras abstracciones enfrentados a la realidad.
Ese volcán puede transformar todo ese mundo en un nuevo mundo, un mundo que puede llegar a ser aún peor o también, en una probabilidad menor, y es de esperar que así sea si eso llega a ocurrir, en un mundo mejor. Ningún volcán permanece durmiendo eternamente y menos cuando se trata de un volcán de la sociedad humana. Existen demasiadas razones para entender lo que sucede allí, muchas de las cuales muestran la irracionalidad humana y la falta de humanidad de los llamados animales humanos. Un mundo que se dice racional y que se asienta en una moral religiosa que hace abstracción del padecimiento de tantos seres es, sin duda, un mundo irracional. Me produce risa lo que se afirma de nuestra racionalidad cuando veo como viven y sufren los palestinos, por ejemplo, ignorados, abstraídos de la realidad como si no existiesen. Cuando me entero que las mujeres mueren en las barreras policiales porque no se les permite el paso a los hospitales y se ven obligadas a dar a luz en la calle. Y todo esto sucede a diario. Cuando me entero que se mata a un muchacho pequeño porque arroja una piedra contra un tanque.
El mundo nuestro es un mundo egoísta y cobarde. La gente vive defendiendo la opresión y justificando la mano dura, excesivamente dura de los soldados norteamericanos en Irak y Afganistán. Justificando las torturas y el encierro de prisioneros de guerra que ellos llaman de cualquier forma para rehuir el cumplimiento de lo establecido en los tratados internacionales. El mundo musulmán ha sido atacado muchas veces, pero nunca se había producido tantas muertes innecesarias encubiertas en motivos inexistentes. La humanidad del occidente ha dejado de ser humana. Sobre todo cuando se ignora ex profeso lo que ocurre en ese mundo con esa desgraciada gente. Nuestros valores están siendo puestos a prueba. Me pregunto si todavía estos valores sobre los cuales se construyeron las sociedades opulentas de occidente y aquellas que todavía luchan por salir del subdesarrollo tienen algún valor hoy en día.
El fundamentalismo musulmán no es una guarida de bandidos como muchos creen, ni tampoco de terroristas por el terrorismo. El fundamentalismo surge y se fortifica de la agresión de USA y en especial de Israel contra la gente musulmana. El fundamentalismo es una auto defensa de sus valores y de su forma de vida contra la agresión ideológica del mundo occidental que ha perdido la decencia y a transformado al hombre en un ser objeto-sexual que se compra o se vende. En nuestro mundo hay una crisis de valores y queremos introducirlos en un mundo de otros valores. Es un choque cultural que no puede dejar de terminar conflictivamente. Ellos defienden su modo de vida y su cultura. Y nosotros, los occidentales somos los que tratamos de corromper su cultura y su modo de vida. Además, el abuso militar de USA apoyado por gobiernos europeos y aliados por razones de conveniencia más que nada. Es risible que se ataque a Irak porque sería peligroso para USA. Razón más estúpida que esa no es posible encontrar. Claro está, una razón emanada de un individuo que se muestra con un bajo nivel intelectual.
Ese Oriente Medio está al borde de una guerra generalizada. Una guerra entre las corrientes chiítas y sunis, entre curdos y árabes, entre libaneses y libaneses, entre libaneses y judíos, y entre palestinos y judíos. Además y no se puede descartar, golpes militares o levantamientos de fundamentalistas musulmanes contra sus gobiernos pro-norteamericanos.
Ahora el informe Baker viene a confirmar lo que dije en mi escritos: “El atolladero norteamericano” y “Good bye Irak”. Los yanquis no pueden ganar esa guerra y la estrategia de “sacar las castañas con la mano del gato” no dio resultado. Ahora el informe Baker dice que es necesaria una conferencia internacional para arreglar el entuerto. En buenas cuentas se trata de que tanto Irán como Siria se involucren en arreglar las estupideces de Bush. O sea ahora sería “alargar el brazo del gato para sacar las castañas”. Creo con fundamentos sólidos que eso tampoco puede arreglar el problema. Tendrán que irse y dejar que el volcán estalle de todas maneras.
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