martes, 31 de octubre de 2017

LA DECLARACIÓN BALFOUR, CIEN AÑOS DE PODER JUDÍO

Este año los palestinos y quienes los apoyan conmemoran el centenario de la Declaración Balfour, una declaración escrita emanada del ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido Arthur James Balfour a Walter Rothschild, un líder de la comunidad judía británica a favor de la creación de un hogar nacional judío en Palestina.
Para los palestinos la Declaración Balfour fue el comienzo de su difícil situación: un siglo de limpieza étnica a manos de los recién llegados europeos que afirmaban que Palestina era su casa histórica. Sin embargo, por alguna razón, los partidarios de los palestinos se desesperan por suprimir la discusión de las causas de la Declaración Balfour, ¿cómo y por qué se produce?
La Declaración Balfour ofrece pruebas contundentes de que el dominio de los grupos de presión políticos judíos en los asuntos mundiales no es realmente un “nuevo desarrollo”. En 1917, en el apogeo de la Primera Guerra Mundial, el destino de países, continentes y el resultado de los conflictos mundiales estuvo en manos de un pequeño grupo de presión de financieros judíos.
En su inestimable libro The Pity of it All, el historiador israelí Amos Elon sugiere que la Declaración Balfour de 1917 fue motivada, al menos en parte, por el deseo del Gobierno británico de ganar el apoyo de judíos estadounidenses proalemanes para que pudieran ayudar a arrastrar a EE.UU. a la guerra.
Elon sostiene que al comienzo de la guerra los judíos germanoestadounidenses financiaban a los alemanes y rechazaban cualquier posible alianza entre EE.UU. e Inglaterra. “Jacob H. Schiff, jefe de Kuhn, Loeb -en ese momento el mayor banco privado de Estados Unidos después de JP Morgan- declaró que él ya no podía negar su lealtad a Alemania tanto como no podía renunciar a sus propios padres. Schiff oró por la victoria de Alemania. En una declaración a The New York Times el 22 de noviembre de 1914 acusó a los británicos y franceses del intento de destruir a Alemania por razones comerciales”. (The Pity Of It All, pág. 455)
Los judíos germanoestadounidenses no estaban solos en la comunidad judía. Los judíos rusoestadounidenses también apoyaban a Alemania en la guerra. “Los judíos de Europa del Este en Estados Unidos, repelidos por el antisemitismo de la Rusia zarista, eran igualmente favorables a Alemania. En la propia Rusia los judíos de Pale saludaron a las tropas alemanas que avanzaban en Polonia, Bielorrusia y Ucrania como liberadores. En cierto sentido, lo eran” (Ibid).
De acuerdo con Elon los británicos se encontraron con un problema judíoestadounidense. “El Gobierno británico tomó estos acontecimientos muy en serio. En un ataque de paranoia, el embajador británico en Washington incluso sospechó de la existencia de una verdadera conspiración judía alemana en los Estados Unidos dirigida contra Gran Bretaña“ (Ibid).
La conclusión de Elon es clara. “La Declaración Balfour de 1917, que pide el establecimiento de un hogar nacional judío en Palestina, fue motivada por el deseo del Gobierno británico de ganar apoyo entre los judíos proalemanes de EE.UU., al menos en parte” (Ibid).
La lectura que hace Elon de las circunstancias que llevaron a la Declaración Balfour es más o menos la misma que Benjamin Freedman en su notorio discurso de 1961.
Freedman afirma que los sionistas ofrecieron a Gran Bretaña su apoyo para llevar a Estados Unidos a la guerra a cambio de un compromiso británico de convertir Palestina en una patria judía en el futuro. Freedman creía que la animosidad de Alemania después de la Primera Guerra Mundial hacia los judíos provenía de lo que ellos consideraban la traición y la complicidad de los financistas judíos alemanes en su derrota.
100 años después de la Declaración Balfour los entusiastas de la solidaridad palestina optan por evitar la discusión sobre la política judeocéntrica global que llevó a la Declaración, a pesar de que fue posiblemente el evento más significativo que moldeó el Oriente Medio y la actual realidad palestina.
Esta reticencia sugiere que el movimiento de solidaridad es, en sí mismo, un territorio ocupado. Una vez más, observamos que el discurso de los oprimidos está controlado por la susceptibilidad del opresor.
(Traducido del inglés para Rebelión por J. M.).
Fuente: gilad.co.uk
Gilad Atzmon es un saxofonista de jazz, activista político, escritor y novelista nacido en Tel Aviv, Israel, en 1963 en una familia de origen judío. En 1994 emigró al Reino Unido para realizar en la Universidad de Essex, una maestría en Filosofia y adquirió la nacionalidad britanica en 2002. Es un gran crítico del gobierno de Israel, lo cual manifiesta en sus escritos contra el sionismo, el judaísmo y la ocupación del territorio palestino.

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