Alrededor de la obra de infraestructura más ambiciosa del sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto, el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, se plantean diversas dudas, y no son sólo respecto a su costo final o la modificación de los contratos, como se abordó en las dos entregas previas de SinEmbargo.

Científicos y legisladores se cuestionan sobre el riesgo de inundaciones al estar rodeado de ríos y lagunas; y también hay recelo sobre el monto de la tarifa de uso aeroportuario proporcional a la dimensión del proyecto.

Ante su sobrecosto, retraso y opacidad, y en medio de una emergencia económica tras los daños de los sismos del 7 y 19 de septiembre pasados en el centro y sur del país, políticos y especialistas se preguntan: ¿resultaría menos contraproducente cancelarlo y volar hacia otra alternativa más económica y manejable?

TERCERA DE UNA SERIE
Por Dulce Olvera y Daniela Barragán
Ciudad de México, 4 de octubre (SinEmbargo).– El Presidente Enrique Peña Nieto presentó en su Segundo Informe de Gobierno, el 1 de septiembre de 2014, el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM). Argumentó que empresas “altamente especializadas” realizaron estudios para determinar que el lugar más adecuado para la mega obra de su sexenio era el antiguo lago de Texcoco, en tierras del Estado de México.
No obstante, aún no puede asegurarse con certeza que la construcción no vaya a inundarse, tampoco se tiene clara la Tarifa de Uso Aeroportuario para repagar el financiamiento privado y ésta podría aumentar si continúa el sobrecosto y, dado el retraso y la opacidad del proyecto, incluso hay voces que consideran no descartar cancelarlo y recurrir a una alternativa menos costosa, dijeron legisladores de oposición.
Estas opciones pesan aún más luego de la destrucción que los sismos del 7 y 19 de septiembre pasado dejaron en estados del centro y del sur del país, y que ahora son parte de un proyecto de reconstrucción que, para empezar, costará 38 mil millones de pesos, pero que podría ser aún más caro, pues los daños a la infraestructura aún se siguen contabilizando. Pero el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México informó que su personal ni las obras de esa infraestructura sufrieron incidentes ni daños luego del temblor de 7.1 grados.
Además, el lunes el Grupo Aeroportuario presentó el sistema de protección ante eventos sísmicos que será instalado en la Torre de Control, desde donde se controlará el espacio aéreo y los aterrizajes y despegues de las aeronaves. Víctor A. Zayas, Director General de la empresa Earthquake Protection Systems (EPS), con sede en San Francisco, California, presentó el funcionamiento de los aisladores sísmicos considerados para el corazón del NAICM.
“La Torre de Control del NAICM tendrá 12 aisladores sísmicos en su base, permitiendo con ello soportar sismos de gran intensidad, inclusive superiores a 9 grados en la escala Rychter”, informó.
El costo del NAICM, hasta el momento, ha aumentado 10 por ciento al pasar de 169 mil millones a 186 mil 092 millones de pesos, una cantidad que para muchos es un despilfarro en un país sumido en crisis económica.
El Senador panista Víctor Hermosillo y Celada, integrante de la Comisión Especial de Seguimiento a la Construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México –aprobada en septiembre de 2014, pero que no opera por la inmovilidad del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y sus aliados en la Cámara Alta– mostró en entrevista con SinEmbargo un mapa de la ubicación de la obra, la cual está rodeada de ríos y lagunas.
Ahí se destaca que la zona donde se desarrolla el proyecto es susceptible a inundación, de acuerdo con el Plan Estatal de Desarrollo Urbano del Estado de México.
“Alrededor del NAICM hay lagunas que incluso parece que van a tener que secar para tener un recipiente cuando llueva mucho. Hay ríos que llegan al antiguo lago de Texcoco. Son corrientes que llegan. Es un área que por su naturaleza tiene agua. No sabemos el costo de esas inundaciones. A nadie le gusta que le vaya mal al país, pero sí hay muchas dudas”, dijo Hermosillo y Celada, quien también es arquitecto por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
El Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México se construirá en una zona susceptible a inundaciones, plantean expertos. Es un área de alta vulnerabilidad en el lago de Texcoco, dicen. Foto: Joyce García, Cuartoscuro
En diciembre del año pasado, la Comisión de Recursos Hidráulicos del Senado de la República pidió a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ejecutar el plan regulatorio hidrológico presentado desde septiembre de 2014 para regular, captar y potabilizar escurrimientos de lluvia con el fin de evitar inundaciones. Hasta el momento construye un túnel colector de 3.3 kilómetros de longitud.
La Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS) analizó el resolutivo que emitió la Secretaría del Medio Ambiente (Semarnat) en enero de 2015, ocho meses antes de que comenzaran las obras preliminares. Concluyó que el desarrollo del proyecto debió haber sido rechazado, ya que “la omisión deliberada” de información no permitía una evaluación correcta del posible impacto ambiental. Pero, advirtió, el 42.04 por ciento de la superficie del proyecto son cuerpos de agua y zona inundable.
En contraste, Juan Carlos Espinal González, ingeniero civil, experto en Tecnología Hidráulica y de Fluidos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expuso que desde que se planeó el Nuevo Aeropuerto se vieron tres aspectos para evitar las inundaciones: un drenaje perimetral para aislar el terreno de cualquier aportación externa; un drenaje superficial para el manejo del agua que llegue por lluvia, y un drenaje subterráneo para recolectarla y bombearla a lagunas de regulación, entre ellas la cuatro y la cinco.
“Es una infraestructura básica para la operación y seguridad de la obra”, afirmó.
Los trabajos en el terreno que ocupará el NAICM avanzan. Foto: Sandra Sánchez Galdoz, SinEmbargo
“El proyecto se pretende construir en la zona con mayor vulnerabilidad y omite la presentación de Estudios de Riesgo Ambiental asociados a la posibilidad de inundaciones ante eventos hidrometeorológicos”, expone en su análisis coordinado por el doctor en Ecología Fernando Córdova Tapia, representante del Grupo de Análisis de Manifestaciones de Impacto Ambiental.
“No existen elementos técnicos para asegurar que las obras hidráulicas que supuestamente desviarán los escurrimientos sean suficientes para evitar las inundaciones en la zona del proyecto y en las áreas aledañas […], considerando la tendencia a una mayor ocurrencia de eventos hidrometeorológicos debidos al cambio climático”, agrega Córdoba Tapia.
En respuesta, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) se encuentra ejecutando algunos proyectos que desvían los escurrimientos a zonas ajenas al sitio del proyecto y la capacidad de regulación en la zona se incrementará de 13 a 34 millones de metros cúbicos. Sin embargo, agregó la Unión de Científicos, no presenta las características técnicas por lo que no se puede aseverar que el problema de las inundaciones estará resuelto.