lunes, 22 de enero de 2018


LA LUCHA DE LAS MUJERES CONVERTIDAS AL ISLAM EN MÉXICO

Por Cynthia Alejandra Cienfuegos
Elena Luna nació en una familia católica mexicana, pero desde hace siete años decidió convertirse al Islam. Desde ese entonces ha recibido muchas críticas por parte de su familia.
México es un país laico, donde supuestamente existe la libertad de culto (establecido en los artículos 24, 40 y 130 de la Constitución). Aun así, la religión predominante es el catolicismo y esta creencia tiene un gran impacto en la sociedad mexicana.
Ello se ve reflejado en ciertas festividades, normas, valores y en la cultura, pero… ¿qué sucede cuando un grupo de personas no quiere seguir  esta religión? ¿Realmente todas las religiones son aceptadas?
“Aquí en nuestro país pues creo que casi el 90 por ciento son cristianos, entonces de por sí ya cambiar de una religión a otra es difícil aceptarlo para la familia y más aún si les dices: ‘Me cambio, soy musulmana’. Como que es mucho más difícil, por todos los tabúes, las creencias que se tienen, lo mismo de que ‘es que te van a pegar’. Por ejemplo, yo estoy casada con un musulmán pakistaní y mi familia así de que ‘es que te van a pegar’, ‘es que ellos tienen muchas esposas’, ‘vas a ser la quinta esposa’, ‘te van a secuestrar’, ‘te van a tratar mal, peor que a un perro’,  ósea por todo ese tipo de cosas”, comenta Elena acerca de la reacciones de sus familiares.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó en 2010, en un informe llamado “Panorama de las religiones en México”, que la cifra de seguidores del Islam fue de 3 mil 760 personas, de las cuales 2 mil 368 son hombres y mil 392 son mujeres. En 2000 sólo llegaban a mil 500 personas.
La mayoría de ellos vivía en la Ciudad de México, con un total de mil 178 personas, mientras en el Estado de México hay 417, en Chipas 300 y en Jalisco 248.
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Camila Pastor de María y Campos, antropóloga cultural del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), ha estudiado durante 10 años a la cultura musulmana y estima que en 2015 la población musulmana aumentó a 5 mil 260 creyentes.
No se tienen datos oficiales actualizados. Pero la religión ha ido aumentando en los últimos 17 años.
“Es muy común ver muchos mexicanos, yo creo que los mexicanos están agarrando mucha presencia en estos centros. Me platican que hace algunos años era como puros extranjeros y pocos mexicanos”, comenta Bertha Bouchot, mexicana y musulmana conversa, quien asiste a una mezquita de Polanco desde hace varios años.
El Islam se caracteriza por ser una religión monoteísta, a nivel mundial es la segunda religión con más adeptos, su país de origen es Arabia y el mayor número de creyentes se encuentra en Indonesia.
El Corán es su libro sagrado y en éste se encuentra la palabra de Mahoma y se establecen los principios que debe seguir un musulmán, así como conductas de convivencia social.
En culturas ajenas al Islam, los súbditos son criticados por su tipo de vestimenta y suelen relacionar la religión con el terrorismo. En ciudades europeas, como Barcelona, este tipo de vestimenta ha sido prohibida.
Hombres y mujeres deben de usar ropa discreta. Para ellas se sugiere el uso de la burka y el yihad. El hecho de ver a una mujer usando un velo se ve como un acto de represión, sin embargo, varias de las mexicanas conversas no lo ven de esa manera.
“Es una decisión propia. No es porque lo quiera tener yo a la fuerza, no se me obliga a tenerlo, pero es una decisión mía traerlo, porque mi belleza nada más se la puedo mostrar a la persona que es mi pareja, en este caso mi esposo, mi familia, no a otro hombre, ¿para qué?, para no provocar y exista un respeto y tenga yo un lugar muy, ¿cómo se podría decir?… especial dentro de la comunidad, como mujeres musulmanas se nos respeta más y se nos identifica más”, expresa Angélica Ramírez, musulmana mexicana.
Angélica recuerda que antes ella usaba vestidos y faldas cortas, pero que cuando tomó la decisión de unirse al Islam cambio su vestimenta y ahora se siente más segura y respetada.
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Aunque el Islam ha comenzado a tener mayor presencia en México, estás personas aún luchan contra la discriminación.
Las creencias religiosas no católicas son la quinta causa de discriminación en nuestro país. La Organización No Gubernamental “A favor de la libertad religiosa” documentó 277 casos en el sexenio de Felipe Calderón, la mayoría de los casos se presentaron en Chiapas, Oaxaca, Hidalgo, Guerrero y Michoacán.
Por las políticas y costumbres mexicanas, llevar esta religión en México  no es una tarea fácil, pues para documentos oficiales, como la credencial para votar o visas, o simplemente para entrar a ciertos lugares, a las mujeres les piden que se quiten el velo.
“En México no hay ninguna legislación que te permita tomarte fotografías (para documentos oficiales) cubriéndote la cabeza”, apunta Bertha Bouchot, musulmana mexicana.
Angélica Ramírez dice que es muy difícil conseguir trabajo por el simple hecho de usar el yihad.
Hace un tiempo  fue a realizar un trámite en el banco y traía su velo puesto. Un policía le pidió que se lo quitara, a lo que ella contesto: “Por respeto a mi religión y por respeto a mí misma no me lo voy a quitar… La cara la tengo descubierta. No traigo lentes, no traigo gorra, la cara la tengo descubierta”.
“Entonces yo le puse de ejemplo: ‘Bueno, si viene una monja atrás mío, ¿también le va a pedir que se quite el hábito de la cabeza, o qué?´ Y así como que ya se quedó callado”.
Debido a grupos terroristas como Al-Qaeda e ISIS y a sus ataques en diferentes puntos del mundo, las creencias musulmanas se han relacionado con el terrorismo, la mayoría de la gente los voltea a ver con miedo, y aunque en México no existe la islamofobia como en Europa, estas personas han recibido miles de comentarios relacionados al terrorismo.
Elena Luna tuvo muchos problemas para entrar a Europa después del atentado terrorista de París en 2015, y en México, cuando su hijo enfermó, comenzó a recibir comentarios relacionados con el terrorismo por parte de doctores y enfermeras.
“Me preguntó la enfermera: ¿cómo se llama?, ya le dije su nombre, y me comenta: ¿de dónde es el nombre de su hijo? Y le dije es de origen árabe, y me dice ¡Ay!, ¡Uy! ¡Hay que tener cuidado! No vaya a traer una bomba amarrada al cuerpo, y comentarios de ese tipo”.
Por otra parte, el tema del terrorismo ha acercado a varias personas al Islam, pues estas comienzan a investigar si el Islam y el terrorismo es lo mismo y se empiezan a involucrar con la religión hasta que la adoptan, Elena es una de ellas.
Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 a las Torres Gemelas, en Nueva York, el Islam comenzó a ser comentado por todo el mundo, pero se relacionó con la idea de que todos los musulmanes eran terroristas, incluso en las películas, para representar el terrorismo se usaban musulmanes.
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Entre los corporativos, caos vial, museos y centros comerciales de Polanco, se encuentra el Centro Educativo de la Comunidad Musulmana A.C. (Euclides 25, Anzures, 11590 Ciudad de México), donde cada viernes a las dos de la tarde se reúnen decenas de creyentes para hacer la oración en dirección a la Meca.
En este lugar también se realizan distintas actividades; dan clases de árabe, recitación del Corán, entre otras. A pesar de no ser tan lujosa como en otros países, este lugar ya es considerado como mezquita (templo Musulmán) y fue el primero en aparecer en México.
Este centro lo creó un extranjero y, a principios los ochenta, los asistentes eran extranjeros. En la actualidad esta situación ha cambiado y los mexicanos están tomando presencia en este centro, a pesar de que hace dos décadas no era nada común ver este tipo de casos de mexicanos conversos, debido a las diferencias culturales que existen.
Las personas se acercan a estos lugares por curiosidad. Cuando escuchamos hablar de atentados terroristas, escuchamos comentaros o críticas sobre los musulmanes y esto genera dudas e inquietudes en las personas, “¿realmente esa religión tiene que ver con el terrorismo?”, y demás interrogantes que se generan son las principales razones para que un mexicano decida abrazar el Islam como su religión, sin importar que tienen que cambiar su vida por completo y la forma en cómo se relacionan con las personas, en especial con el sexo opuesto.
“Me empezaron a llamar la atención sus enseñanzas y empecé a buscar en internet. Primero fue curiosidad, porque con lo del terrorismo y todo eso escuchaba mucho del Islam, entonces empecé a investigar por mi cuenta qué era realmente el Islam o por qué era tan atacado, o de qué se trataba realmente, y fue que empecé a investigar y a conocerlo… Me empezó a agradar, me llenó como religión y decidí cambiar, ahora sí, que a cambiar al Islam.”, narra Elena Luna.
Said Louahabi, presidente de esta asociación, ha revelado en varias entrevistas para diferentes medios que observó un incremento de seguidores del Islam después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, ya que estos atentados crearon curiosidad por dicha religión.
En este centro se ha creado un lazo afectivo. Después de las oraciones, los asistentes hacen reuniones para poder convivir, comer y platicar sobre religión, trabajo y familia.
Como en todas las mezquitas y centros de oraciones musulmanes hay dos entradas, una para mujeres y otra para hombres. Hacen sus oraciones por separado. Las mujeres no pueden pasar por la zona de hombres y viceversa. (Los testimonios presentados se limitaron a experiencias de mujeres por esta razón)
Seas creyente o no, para entrar es necesario quitarse los zapatos, los cuales se colocan en un mueble que se encuentra en la entrada de la mezquita y las mujeres tienen que amarrarse el cabello y cubrirse la cabeza.
El centro de Polanco no es el único de la Ciudad de México, pues también existe una Asociación Civil de Mujeres Musulmanas Latinas, ubicada en la delegación Gustavo A. Madero, así como el Centro Salafi de México, dirigido por Muhammed Ruiz, un mexicano convertido al Islam ubicado en la colonia Buenavista.
También hay mezquitas en estados como Jalisco, Chiapas, Puebla, Estado de México, Coahuila, Morelos, Baja California, Monterrey y Aguascalientes.
Chiapas es el estado con mayor número de mezquitas, pues de las 17 que existen en México, 5 se localizan en este estado.
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México en su mayoría es un país católico. El 80 por ciento de su población se considera católica, sin embargo, en Chiapas sólo el 58 por ciento sigue esa religión. En este estado se ha perdido la fe católica y el Islam ha tomado una gran presencia, principalmente en comunidades indígenas.
Según datos del INEGI, en Chiapas en el año 2000 sólo había 45 seguidores del Islam. Diez años después la cifra incrementó a 110 y varios investigadores estiman que hay 300.
La mayoría de estos se encuentran ubicados en lo Altos de Chiapas. Esto llama la atención porque aquí se encuentra localizada una comunidad indígena que al parecer tiene ciertas similitudes con el Islam.
El Islam llegó a Chiapas en 1994, en pleno estallido de la guerrilla del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), gracias a un grupo musulmán de españoles llamado “Los Murabitún”. Estos musulmanes buscaban adeptos del Islam en Chiapas.
“El Islam está en su auge ante las comunidades indígenas y ha predominado en esta zona porque la cultura del Islam es muy similar a la cultura Tzotzil. Los musulmanes rezan en voz alta y a determinadas horas del día, y tienen un ‘perfil de trabajo’ comunitario que se asemeja mucho a la cultura indígena”, estimó Pedro Humberto Arriaga, párroco católico del cercano San Juan Chamula para el periódico El Economista.
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México, ¿país laico y con libertad de culto?

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