martes, 20 de febrero de 2018

AMLO-Napito: no es por votos, es por lana

CANELA FINA
Después de 12 años fuera, Napoleón Gómez Urrutia es un león muerto en la vida sindical mexicana: no le puede garantizar a AMLO ni siquiera su voto. AMLO no le regaló una senaduría para que le consiga votos entre los mineros. Se la regaló porque maneja millones de dólares.
Con amistades como la de Napito, a AMLO le resulta fácil afirmar que no tiene para el taxi: ni falta que le hace. Con amistades como la de Napito, AMLO podría vivir sin trabajo conocido (y de “donaciones de simpatizantes”) desde que abandonó el GDF en 2005.
El hombre por el que AMLO está hoy tragando sapos, con tal de cumplirle la promesa de una senaduría, recibe más de 100 mil dólares mensuales para vivir en Canadá: se los llevan varios amigos en fajos de nueve mil, para no rebasar los 10 mil permitidos por la ley internacional.
“Yo tengo 20 idas a Vancouver, con cuatro o seis personas. La Tesorería nos daba a cada uno nueve mil dólares para llevárselos y no violar la ley que obliga a declarar si llevas más de 10 mil”, reveló ayer a diferentes medios Carlos Pavón, dirigente del Sindicato Nacional Minero Metalúrgico-Frente.
En su memez de afirmar que vive sin tarjetas de crédito ni propiedades y con 200 pesos en la bolsa, pero que a la vez regala una senaduría a quien recibe fajos de nueve mil dólares como pelos tiene un gato, a AMLO le encajan unos versos de Raúl Rivero sobre los funcionarios castristas:
Ninguno de nuestros ministros es rico, / ninguno tiene fincas, fábricas ni propiedades / ¡ni falta que les hace!
Al final, no sucederá nada y la feligresía hará lo que anunció ayer el recién converso Germán Martínez Cázares: “Apoyar en lo que ordene Andrés, entregar volantes con orgullo”. Pero mientras se le armó una cabecita de playa
Porque otra conversa, y jefa de campaña, Tatiana Clouthier, admite que AMLO no le dijo que regalará una senaduría a Gómez Urrutia. Qué equivocada está la señora: ¿pensará que sigue en el PAN en el que se discutían las decisiones? Porque está en Morena, eh.
“Fue una sorpresa, no tengo qué responder, porque no he platicado con Andrés”. Pues Andrés no le dará explicación alguna. A lo sumo verá a Andy, el hijo de AMLO aficionado a los tenis Vuitton, que decide en Morena a quién atiende su padre.
En una grabación conocida, Andy dice que “al final mi papá terminó decidiendo que sólo ellos y nadie más”, al referirse a una empresa con la cual Morena haría negocios. Así mismo decidió su papá regalar una senaduría a Napito. Pero quizá ni es algo personal.
Y sean negocios.

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