miércoles, 21 de febrero de 2018

Feroz ataque del gobierno sirio sobre un suburbio de Damasco
Rescatistas buscan cuerpos entre los escombros; 17 hospitales, impactados por el fuego aéreo
Las fuerzas de Al Assad y sus aliados rusos preparan un embate aún mayor en Ghouta Oriental
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El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia expresó su indignación por la violencia en Siria con un comunicado en blanco, puesto que las palabras no darán justicia a los niños asesinados. La imagen, ayer en la morgue de Douma, ciudad ubicada en las afueras de DamascoFoto Afp
Bethan McKernan
The Independent
Periódico La Jornada
Miércoles 21 de febrero de 2018, p. 26
Beirut.
Proyectiles de mortero y bombas caían en un suburbio de Damasco bajo control de los rebeldes mientras los feroces ataques del gobierno sirio cumplen su tercer día consecutivo. Según cálculos locales, 250 personas han muerto en Ghouta Oriental por los intensos bombardeos, andanadas de cohetes y ataques aéreos que han llevado a cabo desde la noche del lunes.
Muchos cuerpos quedaron bajo los escombros. Abrumados rescatistas luchan por atender las necesidades de los heridos, y apenas tienen tiempo para los fallecidos. Al menos dos paramédicos han muerto en los ataques, según la Unión de Organizaciones Médicas y de Socorro, que está a cargo de los hospitales de las zonas sirias controladas por la oposición, así como un voluntario de los cascos blancos, quien respondió a una alerta de bombardeo. Fotografías y un video demasiado brutales para ser publicados fueron enviados a The Independent por residentes y activistas; éstos muestran cadáveres grises por estar cubiertos de polvo, salvo los manchones rojos de la sangre en sus rostros y ropas.
El martes, el residente Wassim Khatib dijo que temía que el saldo mortal fuera más alto que el día anterior, puesto que tres aviones de guerra sobrevolaron la zona y se escucharon explosiones en zonas aledañas. No puedo ni pensar bien. La gente tiene mucho miedo, sostuvo.
Cientos de personas resultaron heridas y al menos 17 instalaciones médicas fueron impactadas por los ataques aéreos de las pasadas 48 horas, mientras el presidente sirio, Bashar al Assad, y sus aliados rusos preparan un ataque mucho mayor al que se había anticipado con la intención de aplastar el enclave rebelde de una vez por todas. Muchas familias se resguardan en sótanos y en refugios improvisados en túneles en los distritos de Damasco Antigua, Bab Touma, Abu Mummaneh y otros.
Ghouta es una de las cuatro zonas de seguridad que supuestamente se crearon en mayo de 2017 a partir de un acuerdo auspiciado por Rusia, Turquía e Irán para sofocar los combates entre las fuerzas rebeldes y el gobierno, pero la reciente violencia en la región ha sido de lo más brutal que se ha visto durante la guerra civil siria, que está por cumplir su octavo año. El suburbio de Damasco estuvo sitiado por las fuerzas gubernamentales durante años y fue escenario del ataque con gas sarín y gas de cloro en 2013, uno de los peores ataques químicos en la historia moderna.
En meses recientes, sin embargo, el gobierno de Al Assad ha reforzado el sitio y dejado a 400 mil civiles en situación desesperada con cada vez menos alimentos y suministros médicos. Al mismo tiempo, ha intensificado la campaña militar.
Se supone que Rusia debería ser garante, pero en vez de eso está incrementando la violencia con el pretexto de que está matando terroristas, dijo a The IndependentBassma Kodmani, negociador de alto rango del opositor Consejo Nacional Sirio. Matar a 100 civiles por un terrorista es una terrible estrategia. Nosotros los sirios vemos y compartimos estas imágenes de la muerte, pero no sé en qué escala del horror esto es obvio para otras personas. Después de siete años de guerra cree que posiblemente el aspecto más terrible de todos es la fatiga. Desde la caída de Aleppo (en diciembre de 2016) ha sido difícil hacer entender que el resto de Siria aún está sufriendo.
Este martes el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) expresó su indignación por la violencia divulgando un comunicado en blanco, tras lo cual afirmó: Las palabras no darán justicia a los niños asesinados, a sus madres, padres y a sus seres queridos. El mensaje del director regional del Unicef, Geert Cappeñaere, tenía 10 renglones en blanco, salvo por una serie de comillas para simbolizar la ausencia de texto antes de concluir con una nota a pie de página: Ya no tenemos palabras para describir el sufrimiento de los niños y nuestra indignación. ¿Acaso aquellos que infligen este sufrimiento aún tienen palabras para justificar sus actos de barbarie?
Funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas han llamado repetidamente a un cese inmediato de las hostilidades en Ghouta para poder reanudar el envío de ayuda humanitaria.
La caída, en 2016, del este de la localidad de Aleppo que estaba bajo control de los rebeldes, marcó un punto de inflexión en el conflicto sirio que logró poner a Assad en posición de ventaja. Después de más de siete años de combates que han dejado medio millón de muertos y han causado que la mitad de la población de 18 millones de personas huya de sus casas, la guerra está lejos de terminar.
La ONU les dice que se detengan, ¿y qué pasa? Nada, señaló Khatib. Y más gente muere por minuto.
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca

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