Arabia Saudí: una revolución sin vuelta atrás
El relevo de la cúpula militar, la entrada de mujeres al ejército y el nombramiento de una viceministra se enmarcan en la transformación del país, impulsada por el príncipe heredero
El declive del petróleo provoca el cambio
Arabia Saudí está sumergida en la transformación más importante de los últimos 70 años, cuando el descubrimiento de grandes yacimientos de petróleo sacudió la vida de los habitantes del reino. Desde que el rey Salman bin Abdulaziz al Saud subió al trono, en 2015, cada día los saudíes son testigos del anuncio de una reforma nueva o de una restricción menos. El último seísmo ha llegado hasta la mismísima cúpula militar, con la destitución del jefe del Estado Mayor y de los comandantes del Ejército de Tierra y del Aire, y la apertura de las fuerzas armadas a la incorporación de las mujeres con rango de soldado.
El soberano, de 82 años, también ha decretado varios nombramientos en puestos de la Administración civil que garantizan el sorpasso de las nuevas generaciones. Así, un elenco de jóvenes funcionarios relevará a los más veteranos en puestos clave de varios ministerios, gobernaciones y consejerías reales. Entre los nombramientos destaca el de una mujer, Tamadar bint Yusef al Ramah, la primera que accede a viceministra en la cartera de Trabajo y Desarrollo Social. El relevo generacional y la metamorfosis social están en marcha.
Detrás de los vientos de cambio que soplan en el reino árabe hay un joven de 32 años: el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, que también ostenta el cargo de ministro de Defensa. El sucesor al trono de los Al Saud está imprimiendo su sello personal en los puestos clave y su Visión 2030, un plan de transformación nacional anunciado en 2016, está ya dando los primeros frutos. "No hay vuelta atrás", afirma con contundencia el príncipe Jaled bin Abdalá al Saud, diputado del Consejo Consultivo (Shura), reflejando el sentir de los saudíes.
La idea diseñada por MBS -como llaman popularmente al heredero al trono- incluye una política de privatizaciones, la creación de 1,2 millones de puestos de trabajo en el sector privado y el recorte del desempleo hasta el 9% para 2020, cuando haya concluido su primera fase. El reto es la diversificación de la economía para contrarrestar su alta dependencia del petróleo a través del desarrollo de las infraestructuras, la apertura de Arabia Saudí al turismo y el fomento de la industria del entretenimiento.
Pero eso no es todo. " Visión 2030 no es sólo una misión ambiciosa para cambiar el país, sino que es una hoja de ruta con objetivos claros. En total, hay formulados 96 objetivos estratégicos. Además de las reformas económicas, la visión también tiene una parte social", explica Ibrahim al Omar, gobernador de la Autoridad General de Inversiones (Sagia, en sus siglas en inglés).
Masiva incorporación de la mujer al mercado laboral
Uno de los elementos más importantes de esa metamorfosis económica y social es la incorporación masiva de las mujeres saudíes al mercado laboral, tanto en el sector público como en el privado. Para ello, las autoridades han eliminado obstáculos como la necesidad de obtener un permiso de su guardián (padre, marido, hijo o hermano) para trabajar, abrir una empresa o acceder a la Justicia y han abierto sectores -como el del comercio- hasta ahora vedados para ellas.
Entre las mutaciones que serán más visibles en la calle se encuentra el fin de la restricción a que las mujeres conduzcan, que entrará en vigor en junio. "Lo social y lo económico están interrelacionados y el permiso de conducir a las mujeres es un símbolo de cómo ellas van a poder estar al volante del país y tener la capacidad de avanzar y alcanzar posiciones más altas", confirma Lina al Maeena, parlamentaria, alpinista y empresaria en el sector deportivo.
"En la superficie, todo parece bastante simple, pero el cambio económico traerá cambios sociales", corrobora el diputado Ghazi Binzagr, miembro del Comité para Asuntos Sociales de la Shura. "Las jóvenes generaciones tienen expectativas, son una fuerza laboral preparada que quiere reformas. MBS es representante de esa generación y ha visto la necesidad de modificar nuestra realidad económica ante el declive de los precios del petróleo", especifica.
"En menos de 70 años hemos alcanzado en Arabia Saudí un nivel de desarrollo y de cambio económico y social que ni siquiera Occidente ha logrado hacer en 100 años. Ahora esperamos evolucionar con estabilidad y sin divisiones, sin cambios que rompan los vínculos de la sociedad ni destruyan nuestros valores religiosos y sociales, mientras obtenemos una mejor calidad de vida", declara Jaled bin Abdalá, hijo del predecesor del rey Salman.
El cambio de paradigma en Arabia Saudí es imparable. "Todo sobre la Visión 2030ha sido discutido en todas las esferas sociales y políticas antes de anunciarse", señala Ibrahim al Nahas, profesor de Ciencias Políticas y parlamentario. "No hay riesgo de que las reformas queden fuera de control porque todos, los 32 millones de saudíes, compartimos esta visión y no hay fisuras".
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