¿Cómplices de Al Asad?
(El conflicto sirio) sólo inquieta cuando nos tocan las consecuencias en forma de masas humanas que nos piden refugio
Desde hace una semana, el enclave de Guta, a las afueras de Damasco, está siendo sometido a un intenso bombardeo por parte del ejército de Bashar Al Asadque ha acabado con la vida de 520 personas - 127 de ellas menores - y ha dejado 2500 heridos que difícilmente pueden ser atendidos en hospitales devastados por la guerra. Un verdadero infierno que sufre una población sitiada y azotada además por la escasez y el hambre. La ONU exigió el sábado un alto el fuego de 30 días. Rusia lo redujo a cinco horas diarias. Y ni siquiera estas han sido respetadas.
La situación es brutal, pero parece una gota más en una guerra que dura siete años, ha matado a 400.000 personas, ha expulsado del país a cinco millones de personas y ha provocado el desplazamiento interno de otros siete millones. Una especie de rutina que la comunidad internacional contempla con desidia, como el que ve llover, mientras alguna potencia azuza por su propio interés. Sólo inquieta cuando nos tocan las consecuencias en forma de masas humanas que nos piden refugio, pero somos incapaces de acabar con el genocidio que lo provoca que, como todos los genocidios que en el mundo han sido, tiene
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