viernes, 30 de marzo de 2018

¿El cuarto López? 

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El apellido López ha sido el más recurrente en la silla presidencial. Hasta ahora, se contabilizan tres mandatarios mexicanos con dicho apellido: Antonio López de Santa Anna (entre 1833 y 1847)), Adolfo López Mateos (1958-1964) y José López Portillo (1976-1982). ¿Será el cuarto López Obrador? ¿perpetuará este récord de López en 2018? 

Antonio López de Santa Anna 

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“Su alteza serenísima”, como se hacía llamar, fue un soldado criollo fiel a la corona española durante la guerra iniciada por los insurgentes el 16 de septiembre de 1810, con quienes finalmente se alió para consumar la Independencia de México hacia 1821. 
El autoritarismo y las decisiones impulsivas llevaron a López de Santa Anna a ocupar varias veces, de manera intermitente, la Presidencia de la República, pero el mayor pecado que se le atribuye es el de haber cedido más de la mitad del territorio nacional a Estados Unidos a cambio de la paz con el país vecino. 

Adolfo López Mateos 

Gracias a sus estrechos vínculos con Adolfo Ruíz Cortínez, pasó de secretario general del PRI, a secretario de Estado y de ahí saltó a la Presidencia de la República en 1953, en donde se declaró de izquierda y se ganó la simpatía del pueblo. 
Es recordado por ser un mandatario represor, duro con los levantamientos laborales, pero también fue un impulsor de la política económica conocida como “desarrollo estabilizador”, la cual dio buenos resultados. 

José López Portillo 

El autoproclamado “defensor del peso”, mejor conocido como “el perro de la colina”; José López Portillo, fue un presidente al que se le recuerda por la dualidad del auge y el desplome económico que sufrió la nación bajo su priista mandato. 
Durante su sexenio se descubrió un yacimiento petrolero con el que, se esperaba, se aceleraría el desarrollo del país, sin embargo, por una mala administración, la caída del precio internacional del combustible, el despilfarro, el nepotismo y su narcisismo, fueron factores que influyeron para que terminara el mandato con la nación en banca rota. 

Por supuesto, López Obrador no puede ni debe ser enumerado en esta lista, sin embargo, su tenacidad para llegar a Los Pinos podría dar buenos resultados en este, su tercer intento, y convertirlo en el cuarto López que llegue a gobernar México. 
Entre los más destacados atributos del tabasqueño se encuentran la construcción, a lo largo de 18 años, de una campaña presidencial que ha sumado adeptos de apoco a través de la demagogia populista en la que incluye promesas ilusorias imposibles de cumplir. 
También logró la fundación de un movimiento reconocido como partido político (Morena), en el cual es mandamás y recibe políticos ninguneados por otros partidos, aunque hayan pertenecido a la “mafia del poder”.  
Como jefe de Gobierno del Distrito Federal (2000-20005) se vivió un decrecimiento económico, aumentó la inseguridad, y realizó obras de infraestructura en medio de acusaciones de opacidad y corrupción, como el segundo 

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