Los ataques contra Al Assad y la guerra paralela de Israel
Mientras el mundo mira como occidente ataca a Bashar al-Assad, surgen muchas especulaciones
Makram Rabah
Mientras el mundo miraba con ansias el desenlace de los ataques punitivos de occidente contra Bashar al-Assad, han surgido muchas especulaciones sobre las repercusiones de la acción militar y hasta qué punto esta podría causar un conflicto regional más amplio que involucre a Israel e irán.
Poco después del reciente ataque químico en Duma, cuatro aviones caza israelíes usaron el espacio aéreo del Líbano para lanzar un ataque contra la base de la Fuerza Aérea Siria, T4, cerca de Homs, dejando a 14 militares muertos, entre ellos siete miembros de la Guardia Revolucionaria de Irán (GRI). Esta acción, hasta cierto punto anticipada, pudo haber pasado sin ser percibida si no fuera porque el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo declaraciones en las cuales culpó a Rusia e Irán de las acciones del régimen de Assad.
Por su parte, el indefenso Estado libanés, mediante el presidente, Michel Aoun y el presidente del parlamento, Nabih Berri, rechazaron el uso de su espacio aéreo para atacar a un Estado árabe. No obstante, el elemento más impactante de estos acontecimientos fue el ominoso recordatorio de que la confrontación real, a la que muchos al igual que los libaneses temen, es un conflicto abierto que alinee a Irán y sus subsidiarios contra Israel.
Coincidentemente, la principal razón para que Israel y la coalición occidental usen el espacio aéreo libanés para lanzar sus ataques es un entendimiento implícito, por no decir sincronización, con Rusia para evadir una confrontación con sus tropas desplegadas en Siria. Sin embargo, esta misma diligencia no aplica a las posiciones iraníes, las cuales no cuentan con la misma protección que las bases rusas, algo que preocupa cada vez más a Irán y sus milicias en la región, incluyendo a Hezbolá.
El secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, amenazó a Israel por el ataque contra la base T4, diciendo que tal “error histórico y gran locura” llevará a una confrontación directa con Irán.
Hezbolá, una entidad cuasi-iraní que responde directamente al comando de la GRI, se convirtió en una amenaza mayor para Israel tras expandir sus bases de operación a Siria del sur, con reportes de que está creando fábricas de misiles y municiones con miras a aumentar su arsenal existente. En respuesta, Israel ha atacado varios blancos de Hezbolá, arsenales y convoyes para transportar dinero, con el fin de frenar y eventualmente demoler el corredor que Irán y sus varias milicias chiitas han creado, que va desde la capital iraní, Teherán, hasta la costa del Líbano.
Increíblemente, tanto Israel como Irán han mantenido su guerra paralela contenida, principalmente porque ningún bando desea esta confrontación, ni molestar a su aliado mutuo, Rusia. En términos simples, Irán prefiere ignorar el hecho que, sin una coordinación cercana Rusia-Israel, los cientos de ataques israelíes no serían posibles. La misma tarde en la que la coalición occidental lanzó sus misiles contra blancos del régimen de Assad, Israel aprovechó la oportunidad para bombardear posiciones militares iraníes cerca de Alepo, un ataque que, según Hezbolá, nunca ocurrió.
Esta situación naturalmente molesta al Líbano con su frágil economía, cuyo gobierno espera un periodo de estabilidad para implementar algunas de las reformas y pasos esenciales para adquirir los fondos de la reciente conferencia de donantes en París. Aunque Hezbolá no tiene interés ni intención de ver un Estado libanés fuerte, aún desea prevenir un colapso económico y seguir usando al Líbano como fachada. Consecuentemente, Hezbolá prefiere restringir sus acciones militares, por lo menos momentáneamente, a Siria, mientras Israel atiene una lista de blancos iraníes en Siria.
Si aquel momento llegase, los libaneses al igual que todas las partes relevantes deben entender que el último ataque de la coalición liderada por EEUU contra Assad no se dio como un parte de un cambio de la política de Trump hacia siria, si no a pesar de una carencia de dicha política. Mientras Trump deseaba ampliar los ataques para que incluyeran posibles posiciones iraníes y rusas, James Mattis, su ministro de Defensa, antes agresivo y ahora más semejante a una paloma, le advirtió sobre posibles represalias iraníes. Por lo tanto, cuando la administración Trump decida aumentar sus actividades en Siria, su plan seguramente buscará contener y neutralizar la amenaza iraní a pesar de las repercusiones.
Mientras tanto, Hezbolá seguirá insistiendo en suprimir y negar los ataques israelíes, igual a como negaron el ataque con armas químicas en Duma y los muchos otros crímenes en los que fueron cómplices, espera que occidente siga viviendo bajo el legado de Obama y su apatía hacia los problemas de Oriente Medio.
*Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no reflejan la política editorial de la Agencia Anadolu
*Ahmed Fawzi Mostefai contribuyó con la redacción de esta nota
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