Jóvenes con formación académica forman "la división más desarrollada del cibercalifato"
Una decena de hackers se encarga de todas las redes de propaganda, difusión y captación del Daesh. Constituyen la "división más desarrollada del cibercalifato". Son unos 10 jóvenes formados en su mayor parte en importantes universidadesque comparten su trabajo con unos pocos autodidactas y que han desarrollado todo el soporte técnico utilizado por el Estado Islámico para difundir su mensaje. Algunos están dedicados el 100% de su tiempo a su actividad terrorista pero no es lo habitual: los más importantes hackers del Daesh comparten su tiempo con un trabajo ordinario. Y todos están unidos por una creencia común.
De hecho, no son meros técnicos que administran el poder que les ha conferido el Daesh y trabajan para esta organización: son yihadistas convencidos con formación académica y con un alto nivel de preparación que están dispersos geográficamente. Entre esta decena los hay que han estado trabajando desde Siria, desde la zona de conflicto, pero otros se encuentran dispersos por el mundo, también por Europa.
Se sabe que en un principio planificaron ataques de ciberterrorismo que querían llevar a la práctica. Sin embargo, a pesar de su nivel de formación, no ejecutaron ninguno de estos proyectos. Por el momento se han limitado a organizar sabotajes como el que en 2015 sufrió la cadena pública de televisión TV5 o el de un servidor francés que administraba las páginas web de 14 ayuntamientos navarros. También ese año lograron tomar el control de las redes sociales del Pentágono al menos durante una hora. "Quizás intentaron algo mayor, pero no lo han conseguido", señalan los expertos, que recuerdan también que "las administraciones y las empresas se protegen fuertemente".
En cualquier caso, lo importante de este aparato de difusión no son este tipo de acciones necesariamente, ni siquiera que se haya convertido en una potentísima estructura de propaganda, sino que ha sido configurado como herramienta para la captación de radicales y la comisión de atentados.
Según los expertos, gracias a su funcionamiento, 30.000 personas se han trasladado en los últimos años a Siria para combatir y, por su modo de funcionar, el Daesh no tiene necesariamente que ordenar la comisión de un atentado para que éste se produzca. Ni en el ataque de Berlín ni en el de Barcelona hubo una orden directa lanzada desde Siria por un jefe concreto para que esos atentados fuesen perpetrados. No hacía falta. Los autores pueden ser células autónomas estimuladas desde este tipo de estructuras cibernéticas.
Las características de los miembros de esta potente herramienta del Daesh y su funcionamiento han podido conocerse a raíz de una operación realizada por Europol en 2016, continuada en España por la Guardia Civil a mediados de 2017 y desarrollada el mes pasado internacionalmente con unos resultados muy interesantes. En realidad, el golpe efectuado por la Guardia Civil el pasado 27 de abril está considerado como uno de los más potentes propinados al Daesh hasta el momento.
"La calidad de los agentes que han montado esto es buenísima", señalan en la Guardia Civil respecto a la decena de hackers en cuya habilidad recae esta estructura. Y no es de extrañar porque, precisamente, "la fortaleza del Daesh está en la capacidad que tiene de generar este tipo de tejidos". "Así como en Al Qaeda primaba la seguridad, en el Daesh lo importante es la publicidad. Tiene un aparato descentralizado en la ejecución y centralizado en el objetivo. Todos sus combatientes extranjeros han participado en esta red que consigue que, entre sus activistas y la organización, haya un hilo muy fino. Por eso la operación del pasado mes de abril es tan importante", explican.
Los agentes investigaron cómo estaba construido el tejido cibernético, cómo se conectan los usuarios, dónde radican los servidores que sostienen esa estructura tecnológica redimensionada en muchos países. Llegaron hasta un servidor ubicado en Panamá -porque "los yihadistas se aprovechan de los países cuya legislación les permite colarse"-, aunque en esta ocasión el Gobierno panameño facilitó la intervención policial. "Hemos intervenido cientos de nudos que a veces no tenían ningún contenido", y "hemos utilizado decenas de agentes encubiertos virtuales que han estado interactuando con personas que les proporcionaban información". En esta lucha no hay infraestructuras tangibles, el ámbito virtual ofrece una elevada posibilidad de enmascaramiento y es lo suficientemente fútil como para que el Daesh vaya acompasando todo este tejido a sus necesidades y sus limitaciones.
Los expertos en este tipo de asuntos son conscientes de que el Daesh es capaz de regenerar toda la estructura dañada en apenas semanas, pero con este tipo de operaciones aprenden mucho del funcionamiento de la organización terrorista y obtienen mucha información sobre sus miembros. Y no se desaniman. "Los materiales son dúctiles hasta un momento determinado", señalan con un objetivo policial tan concreto como desenmascarar a la decena de terroristas doblemente inadaptados que están tras tan letal aparataje.
Una operación de la Guardia Civil, el mayor de los golpes
Hace dos años, Europol atacó las aplicaciones móviles y la infraestructura web de la agencia de noticias Al Amaq, una productora de vídeos para el Daesh cuya peligrosidad era tan elevada que una buena parte de ellos sólo podía encontrarse en la red profunda. Tras este golpe, los yihadistas se rearmaron creando una estructura mucho más compleja. Fue una operación de la Guardia Civil efectuada en julio del año pasado, en la que fue detenido un ciudadano marroquí en Collado Villalba, la que detectó este salto cualitativo. La operación fue denominada 'Thamil' y su objetivo fue intervenir y desactivar las aplicaciones para teléfonos móviles con los que el Daesh incitaba a la comisión de atentados. Entonces fueron neutralizados servidores que condujeron a identificar a yihadistas de más de 100 países.
La tercera parte de esta operación impulsada por el Instituto Armado tuvo lugar hace poco más de un mes. La investigación se extendió por ocho países entre los que se encuentran Bulgaria, Canadá, Estados Unidos, Francia, Países Bajos y Rumanía. Fueron detectados miles de individuos radicalizados de 133 países que son el punto de partida para nuevas indagaciones. Y fueron inutilizadas de nuevo varias agencias, radios y páginas web del Daesh.
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