jueves, 31 de mayo de 2018

¡Van por el poder, a sangre y fuego!

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La inquietud la escuchamos en un comedero político. ¿Se volvieron locos Andrés Manuel, la CNTE y Morena?
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La interrogante saltó luego de un breve recuento de la escalada radical de AMLO, su partido y sus aliados, quienes parecen haber perdido la razón y, locuaces, llevan al país al despeñadero.
Todo ello en medio del aplauso de ignorantes y bobos que gustan del engaño y la manipulación, por parte de la versión mexicana de un populismo que, en el último medio siglo, recorrió Sudamérica y que hoy recorre Europa y Norteamérica
Pero no, lo cierto es que ni AMLO, ni Morena, ni la CNTE y menos los guerrilleros que los arropan con su violencia criminal, tienen un pelo de tontos. No, el grupo político de AMLO “sigue por nota” un plan bien diseñado para acceder al poder presidencial. ¿Y cual es ese plan?
Elemental, la desestabilización social, política y económica del país para, con ello, acceder a Los Pinos en 2018. Y con ello –de paso–, tratan de derrumbar a los presidenciables que se pongan en su camino; del partido que sea.
Como es evidente, se trata de la misma estrategia seguida por los populistas radicales de Venezuela y Bolivia, que llevaron al poder a las dictaduras de Chávez y Maduro, además de Evo Morales; sólo por citar dos casos. ¿Lo dudan?
1.- A ojos de todos están las evidencias de que el repudio a la Reforma Educativa es un grosero pretexto para la desestabilización. Y la mejor evidencia es que hace una década, en los previos a 2006, los mismos grupos de la CNTE y de AMLO hicieron todo para desestabilizar Oaxaca y Chiapas y contaminar al entonces Distrito Federal, con los mártires de entonces, los pollos del SME. Y hace diez años no había reforma educativa.
2.- Para hacer crecer su estrategia desestabilizadora y criminal, los señores de Morena, la CNTE y los grupos guerrilleros que los acompañan, crearon la coartada perfecta con “los muertos” de Nochixtlán; bandera criminal que confirma que AMLO y su claque están dispuestos a llegar al poder, si es necesario, “a sangre y fuego”. Previamente trataron de convertir en coartada perfecta al crimen de “los 43”. Sin embargo no consiguieron que el cuento de “fue el Estado” se lo tragara la sociedad.
3.- Y el verdadero problema de fondo no es la Reforma Educativa, ni el diálogo en Gobernación, ni la justicia y menos los pobres. No, el objetivo es hacer ver al Estado y a sus instituciones como ejemplos de debilidad y nulidad; hacer creer al mayor número de ciudadanos –mediante estrategias engañabobos–, que todo lo que existe está mal y todo lo que ellos proponen, está bien, es la solución.
4.- Por eso la radicalización de las acciones de protesta; por eso dañar lo más posible a los ciudadanos, a los pobres, a los que trabajan, a quienes todos los días quieren un mejor país.
5.- Hoy mismo, muchos ciudadanos no culpan a la CNTE, a Morena, a AMLO y menos a los guerrilleros sicarios del caso Nochixtlán, por el caos y la desestabilización. No, los ciudadanos culpan al gobierno federal y al de la capital. Eso sí, cuando la autoridad hace valer el uso de la fuerza, la “legión de idiotas” apalea a los gobernantes, a los que acusa de criminales y represores. Es la coartada perfecta.
6.- Y atrapado en esa coartada, arrollaron al titular de la SEP, Aurelio Nuño, a quien sacaron de la carrera presidencial. Y hoy son arrollados el secretario de Gobernación, Miguel Osorio y el jefe de gobierno, Miguel Mancera. Y es que al radicalizar paros y plantones locos, y al exhibir debilidad institucional, el activo negativo pega en los gobiernos, no en los radicales que destruyen las instituciones.
¿Hasta cuándo?
Al tiempo.    
Tomado de Milenio

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