Morena y el narcotráfico
El narco en la Ciudad de México entró por Tláhuac, bajo el cobijo y tolerancia del gobierno delegacional emanado del partido Morena.
La pasividad —casi complicidad— del partido de Andrés Manuel López Obrador ha llevado a que en la capital del país se comiencen a prender focos rojos por la presencia del crimen organizado, lo cual es de recriminar al candidato a la Presidencia, quien, además, hoy propone una amnistía a los criminales en caso de ganar la elección de este año. Un acuerdo que en realidad parece que desde hace tiempo ya tiene en marcha.
Ya lo habíamos anticipado previamente y el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, hoy nos da la razón: el único lugar en donde se tiene presencia del narcotráfico, en su modalidad de narcomenudeo, es la delegación Tláhuac.
Aquella en la que en julio del año pasado se desató una de las escenas de violencia más impactantes que los capitalinos han visto, cuando en un operativo de la Marina se abatió a Felipe de Jesús Pérez, alias El Ojos, líder del Cártel de Tláhuac.
La presencia y arraigo de este grupo delictivo no habría sido posible sin la permisividad cómplice del gobierno delegacional, con ayuda de los vendedores ambulantes y grupos de mototaxis, también de operación ilegal, tolerados por el delegado de Morena, Rigoberto Salgado.
Ahora, somos testigos de la aparición de presuntas narcomantas en la Ciudad de México —cuando sólo las veíamos como algo común en estados del país azotados por la violencia— apuntando al mismo grupo criminal en Tláhuac, que es, además, el lugar en donde la Federación reconoce que aún está trabajando para combatir al narcotráfico.
Por si aún quedara duda de la presumible relación entre Morena y el crimen organizado, en la delegación Cuauhtémoc, también gobernada por el partido de López Obrador, se realizó otro operativo para capturar a José María Guízar Valencia, alias El Z-43, líder de Los Zetas, quien se alojaba en un hotel de la demarcación en donde había encontrado el cobijo perfecto al pasar desapercibido.
Tal parece que el abrigo del gobierno de Morena es el lugar ideal para que florezca el crimen organizado, en el cual también los delincuentes encuentran la perfecta pantalla para pasar inadvertidos sin ser molestados.
El gobierno central de la Ciudad de México no ha permitido que el narco permee; sin embargo, las administraciones delegacionales tienen su carga en esta responsabilidad compartida en donde la gestión de Morena deja mucho que desear al ser quienes sí toleran al crimen organizado y les permiten existir.
A Andrés Manuel López Obrador y su partido les resulta muy cómodo lanzar ataques contra todo aquel que piense distinto a ellos, esperan los aplausos sin ser cuestionados, pero les falta el valor del autoanálisis para reconocer que fueron ellos quienes permitieron que el narcotráfico llegara la Ciudad de México.
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