martes, 3 de julio de 2018

¿Amnesia, doble moral u oportunismo de Morena?

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El pleito de los legisladores de Morena con la construcción del Viaducto la Raza- Indios Verdes- Santa Clara ¿Será amnesia, doble moral u oportunismo?
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Los diputados de Morena en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) tomaron como bandera política la lucha en contra del proyecto otorgado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) a la empresa la empresa Promotora y Operadora de Infraestructura (Pinfra) para la construcción de esta obra vial de más de 9 kilómetros de longitud.
Y en esta cruzada en contra del proyecto, los morenistas parecen haber encontrado a su chivo expiatorio: la secretaria de Medio Ambiente de la Ciudad de México, Tanya Müller.
De acuerdo con los legisladores de Morena, el proyecto no es viable, debido a que causaría un grave daño ambiental. Por ello, instan a la secretaria del Medio Ambiente a emitir las opiniones técnicas pertinentes, pues afirman que Müller está ocultando información acerca de la obra.
Los lopezobradoristas Paulo César Martínez López, María Eugenia Lozano y Ana Juana Ángeles Valencia incluso acusaron a Müller de omisión y amenazaron con promover un juicio político en su contra por no hacer público el dictamen. Allí es donde los legisladores de Morena se mordieron la lengua.
Y es que una cosa es oponerse a una obra pública que podría ser nociva para el ecosistema y otra muy distinta es hacerlo enarbolando valores de los que su partido carece, como la transparencia.
Aparentemente, estos morenistas no recuerdan que el presidente nacional —por no decir dueño— de su partido, Andrés Manuel López Obrador también fue cuestionado por la transparencia de la obra pública más importante de su administración como Jefe de Gobierno capitalino: el Segundo Piso del Periférico.
En aquella oportunidad, la administración lopezobradorista decidió determinar que el expediente de la obra construida entre 2002 y 2005 debía reservarse por cuestiones de seguridad, por lo que a la fecha continúan los cuestionamientos respecto a su costo real.
Asimismo, la obra generó críticas por presuntos actos de corrupción e irregularidades como pagos a sobreprecio, pero López Obrador no recurrió a la transparencia.
Entonces, ¿Dónde está la congruencia?
¿Se le olvidó este antecedente a los morenistas? ¿Se oponen a la obra por convicción o para sacar raja política? ¿Son partidarios de la transparencia, o sólo se suben al barco cuando les conviene?

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