La principal agencia de inteligencia afgana, el Directorio Nacional de Seguridad (NDS), dio este domingo por muerto al líder del grupo yihadista Estado Islámico ( ISIS, por sus siglas en inglés) en Afganistán, Abu Sayed Orakzai, también conocido como Saad Arhabi, en un bombardeo en el este del país en colaboración con las tropas estadounidenses.
"Con base en la información del NDS, anoche hacia las 22.05 locales se llevó a cabo un bombardeo en la aldea de Jangal Keli, (en la provincia de) Nangarhar, y como resultado murió el líder del grupo Estado Islámico en Afganistán, Saad Arhabi, junto a otros diez camaradas", aseguró en un breve comunicado el NDS.
Según la agencia de inteligencia, en el bombardeo también fueron destruidos algunos esconditesen los que los insurgentes almacenaban armas y explosivos.
El portavoz de las fuerzas militares de Estados Unidos en Afganistán, teniente coronel Martin O'Donnell, confirmó que Estados Unidos tenía como objetivo a un "alto dirigente de una organización terrorista" en Afganistán el 25 de agosto.
O'Donnell refirió una declaración de un portavoz del presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, según la cual Saad Arhabi fue muerto en el bombardeo.
"También añadiría que Estados Unidos continúa sin descanso sus esfuerzos antiterroristas contra ISIS-K, Al-Qaeda y otros grupos terroristas regionales e internacionales", dijo O'Donnell en un comunicado.
También el portavoz adjunto del Palacio Presidencial, Husain Murtazawi, aseguró en un mensaje en su cuenta de Twitter que la muerte del líder del grupo yihadista en Afganistán "es una señal clara" de cómo el Gobierno afgano combate el terrorismo.
Desde la irrupción de ISIS en 2015 en el país se ha confirmado la muerte de al menos dos de sus líderes.
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Una chica Hazara, etnia de lengua persa que vive en la región central de Afganistán, frente a la cueva donde vive con su familia en la antigua ciudad de Bamiyan, a unos 200 kilómetros al noroeste de Kabul, la capital del país. Bamiyan se encuentra en un profundo y verde valle que se extiende a lo largo de 100 kilómetros a través del centro de Afganistán, en la antigua Ruta de la Seda que unió a China con Asia Central y más allá. La ciudad fue el hogar de dos estatuas de Buda de casi 2.000 años de antigüedad antes de que fueran destruidas por los Talibanes, meses antes de que su régimen fuera derribado en una invasión liderada por Estados Unidos a finales de 2001. 6 de noviembre de 2016.Crédito: Getty Images
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