miércoles, 30 de enero de 2019

Dos muertos y varios heridos en un atentado contra una mezquita en el sur de Filipinas

ASIA

NOTICIA
El Ejército del AIre filipino atiende a los heridos en Zamboanga. LAURENZ CASTILLOEFE
Dos personas resultaron muertas y otras cuatro heridas en un ataque con una granada de mano contra el interior de una mezquita de la ciudad de Zamboanga, en el segundo atentado que se registra en esta conflictiva región sureña de Mindanao en Filipinas, tras la doble explosión que sacudió una catedral en Jolo, que dejó al menos 21 fallecidos.
Según las informaciones de la policía, un individuo se acercó durante la madrugada al templo musulmán, donde dormían varios clérigos locales, lanzó el artefacto y se dio a la fuga.
El presidente filipino, Rodrigo Duterte, explicó este martes que el suceso que se registró en Jolo fue protagonizado por una pareja de suicidas -un matrimonio, puntualizó-, sumándose a la tesis que defendió el propio Estado Islámico, al reivindicar dicha acción.
Duterte indicó que al menos uno de los militantes podría ser "indonesio", aunque no fue concluyente en este sentido.
Las palabras del mandatario han añadido más confusión a un grave incidente donde el método con el que se llevó a cabo tiene una especial significación, ya que los kamikazes no son una táctica habitual de la insurgencia islamista que actúa en Mindanao, lo que podría indicar una grave escalada en la actividad de estas facciones.
Tanto el ejército como la policía han desechado esa hipótesis al aducir que el suceso se generó por la explosión de dos artefactos improvisados que fueron abandonados allí por los militantes y explicaron que las cámaras de vigilancia cercanas habían captado los rostros de miembros del grupo Abu Sayaf, una facción muy activa en Jolo.
"No se trata de un atentado suicida", aseguró el coronel Noel Detoyato.
La agresión contra la iglesia de Jolo se produjo a las pocas horas de que las autoridades confirmaran la ratificación por una aplastante mayoría de la creación de una nueva región autónoma musulmana en el sur del país en el referéndum que se celebró en esa zona el pasado día 21.
La Ley de Autonomía del Bangsamoro (conocida por las siglas BOL) recibió el respaldo del 87 por ciento de los participantes, pero precisamente en la provincia de Sulu el No ganó al Sí por 163.526 votos contra 137.631.
Los feudos de Abu Sayaf en Jolo y el archipiélago de Sulu al que pertenece se han significado por su oposición a la BOL y hasta su gobernador, Abdusakur Toto Tan, intentó paralizar la última votación aduciendo que era inconstitucional.
El remoto territorio insular siempre ha sido un espacio difícil de controlar, donde la influencia del estado compite con la de los clanes locales como la citada familia Tan y una historia que no olvida el sultanato musulmán que existió en ese mismo destino durante siglos.
Desde 1989 Sulu forma parte de la Región Autónoma del Mindanao Musulmán, una entidad precursora de Bangsamoro, que será asimilada por la nueva autonomía, uno de los proyectos más simbólicos del presidente Duterte, empeñado en conseguir poner fin al conflicto que se libra en el sur de Filipinas con los movimientos armados musulmanes desde la década de los 70, una de las confrontaciones de más larga duración de todo el planeta, que ha dejado más de 150.000 muertos.
La normativa prevé la creación de una demarcación política que podrá tener su propio parlamento y administración de justicia basada en los preceptos islámicos, dispondrá de una fuerza de seguridad local y podrá recaudar impuestos.
Los 600.000 habitantes de la provincia de Lanao del Norte decidirán el próximo día 6 en una segunda votación si se integran a Bangsamoro.
El plan ha recibido el apoyo de la principal agrupación rebelde de la zona, el Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI) -que ha aceptado desarmar a sus huestes- pero ha sido rechazado por movimientos más radicales como Abu Sayaf y otros que se han declarado leales al desaparecido califato del Estado Islámico.
El atentado de Zamboanga hace temer a los expertos que los extremistas estén intentado reactivar la tensión entre las comunidades musulmana y cristiana de Mindanao, donde antaño se libró también una guerra fratricida entre grupos de confesiones diferentes, y los cristianos dispusieron de sus propios grupos paramilitares tristemente célebres por sus desmanes.
De momento, el trágico incidente de Jolo ha provocado una inmediata ofensiva de los militares que han bombardeado con aviación y artillería varias zonas ruralesdonde se supone que están localizadas las bases de Abu Sayaf.

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