viernes, 8 de marzo de 2019

El patio trasero: México, AMLO, Trump y el mundo

@diaz_manueljue 07 mar 2019 22:02
El contexto internacional parece complicarse
El contexto internacional parece complicarse
Foto propiedad de: Internacional
Si ya no le compra a Venezuela ¿quién podrá ahora respaldar las necesidades de crudo de EE.UU.? Sin lugar a duda, será México.
¿Será por ello que la administración del presidente López Obrador basa fundamentalmente el crecimiento económico del país en la venta del crudo que parece estar garantizada por EUA? Y ¿será que en esta alianza Trump-AMLO, el mandatario estadounidense sacrifique en lo comercial a México frente a China, para evitar que los asiáticos terminen de aliados de Rusia?
México juega un papel muy importante en el contexto de cambio del orden internacional, pero ¿no debería también jugar sus cartas en favor del desarrollo nacional en lugar de quedarse otra vez como el patio trasero de EUA? 

Lo internacional se ha complicado para todos 


El contexto internacional parece complicarse, enredarse entre las principales potencias mundiales, las cuales van enfocadas a un replanteamiento del orden internacional y del cual México no está y no puede quedarse al margen, tal y como sucedió hace poco más de 30 años con el fin de la guerra fría.

El fin de la guerra fría marcó un hito que impacto no sólo a Estados Unidos, que se convirtió en el país más poderoso del mundo militar y comercial, y que puso a la URSS en un proceso de transformación radical, al igual que al resto del mundo.
México adquirió su certificado de mayoría de edad y pasó de un Estado interventor con un partido hegemónico a una economía de mercado en un contexto político democrático y plural.

¿Volverá la tensión del siglo pasado? 


Tal parece que el entorno internacional está cambiando y regresan situaciones de tensión vividas en el siglo XX.

A finales de los ochenta, el mundo vivió un gran cambio con el fin de la guerra fría. Este fenómeno fue caracterizado por una serie de acontecimientos que marcaron el rumbo de la humanidad.
Ocurrió la caída del muro de Berlín y la Cumbre de Malta, donde se encontraron el presidente norteamericano George Bush y el de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov, y ambos proclamaron oficialmente el inicio de una "nueva era en las relaciones internacionales".
Bush afirmó su intención de ayudar a la URSS para que se integrara en la comunidad internacional y pidió a los hombres de negocios norteamericanos que "ayudaran a Mijail Gorbachov ".
Otros acontecimientos marcaron la época, como la firma del Tratado sobre Fuerzas Convencionales en Europa, mismo que suponía la reducción de tropas y armamento nuclear en Europa y la Conferencia para la Seguridad y la Cooperación en Europa, donde se firmó la Carta de París. A esto se sumó la desaparición del Pacto de Varsovia dejando únicamente a la OTTAN como la gran alianza militar del mundo, hasta llegar a los tratados START I y START 2 que establecían la reducción de armas estratégicas y el arsenal nuclear de las dos superpotencias.
En lo político y económico también se presentaron importantes cambios en el mundo: la URSS y los países del Este cambiaron hacia una economía de Mercado.

Mijail Gorbachov puso en marcha la Perestroika y llevó a la URSS a una economía socialista de mercado. Esto generó la apertura no solo económica sino también democrática. Desapareció la URSS y liberó a los países que conformaban el bloque comunista.
Hoy Rusia es la principal potencia del mundo y los países del Este son naciones en vías de desarrollo alcanzando niveles que, en el mundo comunista, nunca hubiesen podido lograr.
En el mundo occidental también se registraron importantes cambios, en los que México estuvo inmerso. La corriente “neoliberal” fue desplazada por lo que llamó el teórico inglés Anthony Giddens la “Tercera Vía”, o socialdemocracia, Giddens la concibió como “catalizador en la interacción creativa entre Estados Unidos y Europa continental”.
Su eje más general es la transformación en el orden mundial para producir prosperidad y solidaridad social, e imprimía mayor énfasis en la libertad individual y la elección personal a la vez atendía la productividad, el desarrollo comunitario y el pluralismo.

De Zedillo a AMLO


México adoptó el proyecto de la social democracia hasta la administración del presidente Ernesto Zedillo. A partir de ahí se abrió el país a la democracia, el PRI dejó de ser el partido hegemónico, hubo alternancia y pluralidad.
La economía tuvo crecimiento y las crisis recurrentes de cada fin de sexenio que ponían al país contra la pared y en bancarrota ya no se presentaron. La última fue la provocada por Carlos Salinas de Gortari, la cual se conoce como el “error de diciembre”.
Sin embargo, este equilibrio que se dio en el mundo por más de 30 años, parece que está a punto de romperse. Naciones como China y Rusia no sólo alcanzaron la prosperidad y el bienestar de sus ciudadanos, sino que se convirtieron en potencias mundiales.

El equilibrio económico 

El mundo de hoy se debate entre tres superpotencias, Estados Unidos, Rusia y China y otras de menor calado, pero que son capaces de desequilibrar al mundo tanto en lo económico, como en lo militar, porque poseen armamento nuclear, ahí están la India, Pakistán, Corea del Norte, Irak, Irán y varios países de Europa Occidental, como Alemania, Francia, Gran Bretaña y hasta España.
El equilibrio económico parece a punto de colapsar, la participación de China y Rusia han movido de manera importante el predominio de Estados Unidos y han puesto a la superpotencia económica contra la pared y a ello, habría que agregar un manejo bastante errático de su presidente Donald Trump, básicamente sin saber cómo frenar a China y a Rusia.
Esto ha desatado dos guerras, una comercial, y otra en la energía. La primera se explica cuando en la guerra fría y al término de ésta, China y Rusia eran totalmente deficitarias y dependientes del mundo occidental, principalmente de EUA, pero ahora son verdaderas potencias comerciales que inundan el mercado internacional de sus productos, desplazando a los de EUA y los europeos.
La otra guerra está en el marco de la transición energética. La utilización de energías renovables, el aprovechamiento de energías alternativas y la declinación del petróleo y el carbón como la fuente principal de energía, han generado un desequilibrio en el mundo, que genera fuerte tensión entre países productores de uno y otro lado del mundo.
EUA impone sanciones a Venezuela y le prohíbe al mundo entero comprar crudo venezolano, e incluso, los amenaza con atacar militarmente para forzar la salida de Maduro, además, en una demostración de fuerza, inicia movilizaciones militares en el Caribe y Colombia.
De inmediato el presidente ruso Vladimir Putin, contesta de la misma manera y amenaza a EUA con montar bases de misiles en Cuba o Venezuela advirtiendo que Rusia está lista para otra "Crisis de los Misiles como la de 1962".
Por si esto no bastara, la TV rusa muestra mapas de EUA con los sitios donde impactarían los misiles rusos y hacen ejercicios con un nuevo misil nuclear hipersónico "Zircón" que puede viajar a Mach 9 o 10, como 3 km/seg, advirtiendo que disparados desde submarinos rusos alcanzarían sus blancos en territorio de EUA en menos de 5 minutos.
Mientras, EUA suspende la compra de 500,000 barriles diarios de petróleo a Venezuela, mismos que son absorbidos por China y principalmente por India, la que es advertida por EUA de no comprar crudo de Venezuela, pero sigue haciéndolo.
Así la tensión crece y un grupo guerrillero islámico de Paquistán que estaba tranquilo, revive, cruza la frontera hacia India y ataca una patrulla de la policía militar matando a 41 efectivos. La Fuerza Aérea Hindú despacha jets Mig para realizar ataques terrestres sobre los campos de ese grupo terrorista islámico.
Como lo comenta el día de hoy en un excelente artículo publicado en El Universal, Arturo Sarukhán “A la orilla del precipicio en los Himalaya”.
Regresar a la estructura de un Estado interventor de la economía, sustentado en la idea del partido hegemónico en un contexto internacional incierto, parece no ser la mejor fórmula para el país.
Pareciera que perdemos nuestro certificado de “mayoría de edad” y quedamos supeditados a lo que Donald Trump decida y defina para México.

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