lunes, 1 de abril de 2019

Comentario Esotérico del Corán

Comentario Esotérico del Corán
(Ta'wîlatu-L-Qur'ân) Abdur-Razzaq Al-Qachaní Se ha dicho que "el que interpreta el texto sagrado según su parecer individual es infiel" -lo que se refiere al tafsîr-. Pero cuando se trata de Ta'wîl , éste no podría dar lugar a ningún reproche de este género, pues el alcance de sus significaciones varía con las condiciones del auditor y según sus momentos espirituales, según las fases del itinerario de este, y al nivel que le es propio: cada vez que el ser se eleva por encima de su -maqam- estación espiritual, se abre para él la puerta de una comprensión nueva, y descubre la sutileza de un sentido predispuesto. Traducción de Rachid Abu Yasín Comentario de la Fatiha "En el nombre de Allah, el Clemente, el Misericordioso" El nombre -ism- de un cosa es aquello por lo cual esta cosa es conocida. Los nombres de Allah son las formas inteligibles específicas que, por sus propiedades e ipseidades, indican los Atributos de Allah y Su Esencia, del mismo modo que por su existencia indican Su Existencia y por sus determinaciones diversificantes Su Unicidad -wahdah-, pues estos Nombres son los aspectos aparentes por los cuales El es conocido. Allah es un nombre de la Esencia Divina en tanto que tal y considerada de una manera absoluta, no solamente en tanto que cualificada por los Atributos, ni en tanto que no cualificada por estos. Ar-Rahmân es el que acuerda la existencia y la perfección al Todo, según lo que exige la Sabiduría y según lo que conviene a los receptáculos bajo la relación del comienzo. -ala wayhil-bidaya-. Ar-Rahîm es el que acuerda la perfección inteligible propia al género humano habida cuenta de la finalidad. -bi hasabi-n-nihâya-. Por ello se ha dicho: "Oh Rahmân de este mundo y del otro, y oh Rahîm del otro". Hadith. Así pues, el sentido del primer versículo de la Fâtiha es el siguiente: "Por la Forma Humana Perfecta que reúne la Misericordia general y la Misericordia particular, y que constituye la manifestación de la Esencia y de la Verdad Suprema con todos los Atributos, por esta Forma que es el Nombre Supremo, comienzo y recito..." Es a esta significación a la que hace alusión el Profeta al decir: "He recibido las Palabras sintéticas y he sido suscitado para perfeccionar las Virtudes más excelentes"; pues las 'palabras' son las verdades profundas de las cosas existenciadas y sus seres esenciales: es en este sentido como Ayssa fue llamado "Palabra de Allah"; por otra parte, las 'excelencias' de las virtudes, que son las perfecciones y las propiedades privilegiadas en las cuales las acciones virtuosas, están todas incluidas en el ser sintético que es el Hombre. En este lugar conviene resaltar un punto sutil. Los Profetas han establecido las letras del alfabeto -en cada lengua sagrada-en correspondencia con los grados de la existencia universal. Ahora bien, he relevado en las palabras de Ayssa, en las del Comendador de los Creyentes, Alî, así como en otros Compañeros del Profeta, algunas cosas que se refieren a este sujeto. Así han dicho: "Las cosas existentes han aparecido de la Bâ' de la Basmala", cosa que se explica porque la Bâ' es la letra que, en el orden alfabético, viene inmediatamente después del 'Alif; ahora bien el 'Alif corresponde a la Esencia de Allah, la Bâ' corresponde al Intelecto Primero que es "el primer ser creado por Dios" y al cual Allah se ha dirigido por estas palabras: "Yo no he creado nada más amado ni más considerado por Mi que tu. Es por ti que Yo doy, es por ti que Yo tomo, es por ti que Yo recompenso o que Yo castigo". Hadith. Las letras que se pronuncian en este versículo son en número de dieciocho y las que se escriben son en número de diecinueve. Cuando se desconcentran las palabras, las letras que componen este versículo aparecen en número de veintidos. Las dieciocho letras pronunciadas corresponden al número de los Mundos que apunta la expresión conocida 'los dieciocho mil mundos' siendo mil el número perfecto que engloba a los demás grados numerales, por lo cual es considerado como la 'Madre de los grados numerales' por encima de la cual no hay ya número si no es por repetición y multiplicación de otros números fundamentales. Por estos millares se designan los Mundos Fundamentales a saber: el Yabarût -el Dominio del Todo poder-; el Malakût -el dominio de la Realeza-; el Trono -Arch-, el Escabel -al Kursi-, los Siete Cielos, los Cuatro elementos -fuego, aire, agua y tierra-, los Tres reinos naturales -animal, vegetal y mineral- que se analizan cada uno en sus partes componentes; a eso, en decimonovena posición se agrega el Reino humano. Este, aunque entrando en una cierta medida en el reino animal, sintetiza el conjunto de los grados existenciales, constituye un mundo aparte, que goza de una cierta importancia y de un cierto rango, cosa que justifica la cabeza del hombre. Su caso es aquí como el del Angel Gabriel entre los Angeles en la Palabra de Allah: "Sus angeles... y Gabriel" C. 2:98. Los tres Alif ocultados en este primer versículo de la Fâtiha pero que aparecen con la descontracción de las palabras y que agregados a las diecinueve letras mencionadas hacen un total de veintidos letras son un indicio relativo al Mundo Divino Verdadero distinguiendo ahí tres aspectos: la Esencia, los Atributos y los Actos, que aparecen como tres Mundos cuando se miran analiticamente, pero que en verdad, constituyen solo un mundo. Por el contrario, los otros tres Alif que figuran en la escritura del texto son un indicio de la manifestación de estos tres mundos divinos sobre el supremo soporte teofánico que constituye el ser humano. Es en razón de la ocultación de este Mundo divino, que el Profeta cuando se le preguntó qué había devenido el Alif que debía normalmente seguir a la Bâ' en la transcripción del término inicial 'bism', respondió: "Ha sido robado por Satán", y al mismo tiempo ordenó que se prolongara el trazo vertical de la Bâ' para compensar la desaparición del trazo vertical del Alif. Esto es una indicación de que hay ocultación de la Personalidad Divina en la Forma de la Misericordia universalmente propagada, y por otra parte de que tiene su manifestación en la Forma Humana, pero de tal manera que no pueden descubrirla más que los que son dignos de ello. Es la razón por la cual este Alif no figura en la transcripción. Se recordará aquí que, según el Hadith: "Allah ha creado a Adán según su Forma". La Esencia está pues velada por los Atributos, los Atributos por los Actos y los Actos por los seres que crean, así como por los efectos producidos. Aquel para el cual se manifiestan los Actos divinos, se "confía a Allah" -tawakkala-. Aquel para el cual, por el levantamiento del velo de los Actos divinos, se manifiestan los Atributos divinos, realiza el estado de satisfacción -radiya- y permanece salvo -salama-. En fin, aquel para el cual, por el levantamiento del velo de los Atributos se manifiesta la Esencia Divina, 'se extingue en la Unidad' y deviene así un 'unitario absoluto', en tanto que procede en sus actos y sus recitaciones: "En el nombre de Allah, el Todo Misericordioso, el Muy Misericordioso". El Tawhid -la Unicidad- de los Actos precede al Tawhid de los Atributos, y el Tawhid de los Atributos precede al de la Esencia. Es a estos tres grados a los que hace alusión el Profeta en la invocación que pronunciaba durante su prosternación: "Me refugio en Tu indulgencia contra Tu castigo, en Tu satisfacción contra Tu cólera, y el Ti contra Ti". La alabanza para Dios, el Señor de los mundos. El Clemente, el Misericordioso. El Rey del Día del Juicio final. La loanza -al hamd- expresada por el acto y por el estado de hecho es la aparición de las perfecciones y la realización de los fines extremos de las cosas, pues las cosas constituyen acciones de gracias de gran alcance y glorificaciones deslumbrantes ofrecidas a su Señor, así como El tiene derecho a ello. Las cosas existenciadas en su conjunto, por sus especificidades y sus propiedades, por sus orientaciones hacia sus finalidades, y por el paso de sus perfecciones de la potencia al acto, celebran la gloria y la loanza divinas. Allah ha dicho: "No hay cosa que no cante Sus loanzas". C. 27:46. Su concierto de Glorificación -tashbih- proclama su Incomparabilidad -tanzih- desasiendoLe de todo asociado, así como de todo carácter de imperfección o de impotencia, por el hecho de que las cosas existentes no se apoyan sino sobre El solo y manifiestan las pruebas de Su Unicidad y de Su Poder. Su acción de Loanza -tahmîd- es la expresión de sus perfecciones bien ordenadas y la epifania de sus cualidades de Majestad y de Belleza. La Loanza es atribuida especialmente a Allah en tanto que El es el principio de todo, que El tiene su guarda y su gobierno, lo que corresponde al sentido de la Soberanía sobre los Mundos. El mundo es todo lo que es signo o señal al sujeto de Allah , eso según lo cual es conocido; el mundo es como la marca de su sello según el cual se reconoce de quien proviene la cosa sellada, o como un objeto molido cuyo aspecto indica la muela de la cual procede. Por otra parte, si, para decir los mundos, ha sido empleada la Forma del plural sano 'alamîn' es para expresar mejor la idea de multitud indefinida de los signos. Siendo Allah cualificado después por sus nombres de Clemente y Misericordioso, la alabanza que Le es dirigida se hace en correspondencia con el derrame del bien general -que corresponde a ar-Rahmân- y del bien especial -que corresponde a ar-Rahîm-, es decir, por una parte con las gracias exteriores, como la salud y los medios de vida, y por otra parte con las gracias interiores, como el conocimiento y la ciencia. En fin, la alabanza es atribuida a Allah también bajo la relación de su finalidad, pues es a eso a lo que corresponde la idea de "Soberano o de realeza sobre las cosas en el Día de la Retribución"; en verdad solo es "retribuido" entonces el Adorado mismo, a quien finalmente pertenece la Posesión del Reino en el momento de la Retribución. Eso tiene lugar por la atribución del bien permanente y del no bien perecedero, del cual el ser se despoja por la ascesis, y también en ocasión de las epifanías de los Actos, cuando el servidor se abstrae de sus propios actos, o todavía en ocasión de la substitución de los atributos eclipsados del servidor por los Atributos divinos mismos, o en fin, cuando el ser, extinguiéndose a sí mismo, es vuelto permanente por la Esencia de Allah que le hace don de la Existencia Verdadera. A Allah pertenece pues la absoluteidad de la alabanza y su susbtancialidad, de toda eternidad y para toda la eternidad, pues El tiene derecho a ello por Su Esencia, tanto inicialmente como finalmente y durante todo el ciclo comprendido entre los términos extremos, quedandose El mismo, a este respecto, en la Estación de la Síntesis, siendo celebrado por la diversidad de las lenguas particulares. El es el Loador y el Loado, en particular y en conjunto, el Adorador y el Adorado, desde el origen hasta el fin. Solo a Ti te adoramos y solo a Ti te pedimos auxilio. Cuando por sus Atributos El se manifiesta en Su Palabra a Sus servidores, Le contemplan por Su Magnificencia y por Su Gloria, por la perfección de Su Poder y de Su Majestad; y Sus servidores se dirigen a El en palabras y en actos, consagrándoLe exclusivamente su adoración y su petición de ayuda, pues ven que no hay ningún Adorado otro que El, y que nadie tiene fuerza ni poder si no es por El. Entonces si se consideran conscientes todos sus movimientos y todos sus reposos son adoración de Allah y por Allah. Así están en un estado de plegaria permanente. InvocandoLe por la lengua del amor, pues contemplan Su Belleza por todas partes y en todos sus aspectos. Guíanos por el Camino Recto. El camino de aquellos sobre quienes está Tu Gracia Es decir, establécenos bajo la guía y consolídanos por la rectitud sobre el sendero de la Unidad -tarîqu-l-Wahda- que es el de los favorecidos por las gracias especiales del Misericordioso -ni'ma rahîmiha-, es decir, por el Conocimiento -ma'rifa-, el Amor -mahabba- y la Conducta esencial verdadera. Este sendero de la Unidad es el de los Profetas, de los Testigos, de los Verídicos y de los Santos, que contemplan a Dios antes de toda cosa y después de toda cosa, tanto interior como exteriormente, y que, en la visión de Su Rostro permanente erigido ante ellos por todas partes, no guardan ninguna consciencia de la existencia de lo que no es más que una sombra evanescente. No de aquellos sobre quienes está Tu cólera Se trata de aquellos que quedando limitados a los aspectos exteriores y estando así velados por las gracias propias al Clemente -ni'ma rahmâniya-, como el goce corporal y la experiencia sensible, se privan así de las verdades espirituales, del gozo del corazón y de la experiencia intelectiva; tales son los Judíos cuya búsqueda apunta a los aspectos exteriores, a los Paraísos, a las huríes y a los castillos, lo que ha atraido sobre ellos la cólera divina; ahora bien, la Cólera divina impone el rechazo y el alejamiento; la detención en los aspectos exteriores que son los "velos de obscuridad" constituye un alejamiento extremo. Ni de los extraviados. Se trata de los que, limitando su aspiración únicamente a los aspectos interiores que son los "velos de luz", y quedando así velados por las gracias propias al Misericordioso -ni'ma rahîmiha-, se privan de las del Clemente -ni'ma rahmâniya-; descuidan el aspecto exterior de la Verdad, se desvían de la Vía del Medio y se encuentran excluidos de la visión del Bien Amado en el Todo; tales son los Cristianos cuya búsqueda concierne a los aspectos interiores y a las luces del mundo santo. La aspiración de los seguidores de Muhammad apunta al Todo completo y a la Síntesis, en un mismo amor, de la Belleza de la Esencia y de la Excelencia de los Atributos, conformemente a las enseñanzas divinas siguientes: "Apresuraos hacia el Perdón de vustro Señoir y hacia el Paraiso". Corán III: 133. "Temed a Allah y creed en Su Enviado, recibiréis así dos partes de Su Misericordia, y El os concederá una Luz por la cual marcharéis y El os perdonará" Corán LVII: 28. "Adorad a Allah y no Le asociéis nada" Corán IV: 36. Responden a las tres llamadas, así como se dice en el Libro: "Esperan Su Misericordia y temen su Castigo" Corán XVII: 57. "Dicen: Nuestro Señor hace perfecta nuestra luz" Corán LVI: 8. "En verdad quienes dicen: Nuestro Señor es Allah, y después se mantienen firmes en ello..." Corán XLI: 30. En consecuencia son recompensados por el conjunto -de las recompensas correspondientes a las tres metas-, así como de ello ha informado Allah: "Tendrán por recompensa junto a Su Señor, los paraísos del Eden" Corán XCVIII: 7. "Tienen su recompensa y su Luz" Corán LXVI: 8. "Dondequiera que os volváis ahí está la Faz de Dios" Corán II: 115. "A quienes hayan hecho lo que es excelente, se dará lo que es más excelente y una demasía". Corán X: 26. Prefacio En el nombre de Allah, el Clemente, el Misericordioso. Loanza a Allah que, de las disposiciones de Su Palabra revelada, ha hecho las epifanías de la Belleza de Sus Atributos, y que, de los ascendentes de Sus Atributos, ha hecho los orientes de la Luz de Su Esencia. El ha purificado el oído de los corazones de Sus amigos para que realicen la audición perfecta, y El ha clarificado las aprehensiones intuitivas -fuhum- de Sus santos a fin de que estén ciertos de la visión directa. El ha afinado sus secretos proyectando en ellos los rayos de Su amor, y El ha vuelto a sus espíritus prendados de la contemplación extintiva en la belleza de Su Faz. Después El les ha lanzado Su Palabra para vigorizarles por Sus alientos mañana y tarde, y El se los ha hecho así próximos para que devengan Sus interlocutores íntimos. El purificó entonces sus almas -nufûs- por el exterior de esta Palabra: ¡Y, he aquí un agua en torrentes! Y El abrevó sus corazones -qulûb- por su interior: ¡Y, he aquí, un mar en permanente ebullición! Cuando quisieron sumergirse para extraer de él las perlas de los secretos, el agua los recubrió y fueron engullidos en sus remolinos; empero los vados de las comprehensiones se llenaron de este flujo según sus capacidades, y los arroyos de las inteligencias se hincharon con sus infiltraciones. Las gravas de las orillas hicieron pronto brillar piedras preciosas y perlas dispersadas, y las riberas de los ríos ofrecieron a su vez flores y frutos sabrosos. Ante esta exuberancia de gracia, los corazones comenzaron a llenarse de ella los faldones y las mangas, tanto que no podían contarlo, y las almas se pusieron a recoger frutos y flores, dando gracias por su fortuna y por haber alcanzado así su meta. En cuanto a los secretos, cuando sus oídos fueron sacudidos por las percusiones de los versículos encantados, se irguieron y apercibieron las claridades de los Atributos, y fueron deslumbrados por su belleza, y estupefactos; y cuando las teofanías de los Atributos centellearon ellas mismas, fueron pasmados y disueltos, hasta que, llegando sus esencias espirituales a las sublimidades de la ascensión, se yergue entonces detrás de las hipóstasis atributivas la belleza esencial de la Faz eterna, que decide que tendrán acceso a la Contemplación Identificante, pero perdiendo su propia existencia, y les impone al mismo tiempo su aceptación. Gloria a Aquel fuera del cual no hay dios, El, el Unico y el Reductor. Gloria a Aquel que Se revela a Sus adoradores en Su Palabra bajo los mantos de Sus Atributos de Majestad y de Belleza en la forma de gloria de Su Esencia y de Su Perfección. Y que la plegaria -la acción divina de gracia- sea sobre el Arbol Bendito -el Profeta-, que Allah ha hecho hablar para enunciar esta Palabra, y que El ha hecho lugar oracular de Sus venidas y de Sus idas, ¡y que el Saludo divino procedente de este Arbol para él mismo y hacia él mismo, sea sobre él y sobre su familia, los depositarios de la Ciencia divina y del Libro precioso, así como sobre sus Compañeros en los cuales la Religión encontró un abrigo bien guardado! Aplicado desde larga fecha a la recitación del Corán y a la meditación de sus ideas, con la fuerza de la fe, me encontraba, a pesar de mi constancia en las recitaciones cotidianas, el pecho -sadr- siempre oprimido, y el interior -fuâd- turbado, no encontrando ahí mi corazón -qalb- ninguna dilatación. Empero, mi Señor no me apartaba de ello, es así como me encontraba a fin de cuentas habituado a esta práctica y atado a ella, y como accedía al sabor de su copa y de su brebaje. Entonces sentí el alma revigorizada, el pecho distendido, la consciencia -bâl- ensanchada, el corazón distendido, el secreto abierto; fui feliz en todo instante y en toda circunstancia, regocijado el espíritu por esta apertura de gracia -futûh-, y como abrevadero en los ordeñes de la tarde y de la mañana. En esta condición de espíritu, de cada versículo del texto sagrado se develaban a mi significaciones que mi lengua no podía expresar; por un lado, ningún poder podía ponerlas por escrito y agenciarlas, pero por otro, ninguna fuerza llegaba a impedirme su divulgación y su publicación. Entonces me he acordado de la enseñanza del Profeta iletrado y verídico -sobre él las mejores gracias atraídas por las invocaciones de todos los seres dotados de palabra o mudos, él, que me ha hecho celoso de lo que ha traído de más allá de toda búsqueda y de todo deseo -enseñanza que dice: "Ningún versículo descendió sin que entrañe un 'exterior' y un 'interior'; y toda letra tiene un 'límite' -hadd- y todo 'límite' tiene un 'mirador' -muttala'a- ". Ahora bien, comprendo que el 'exterior' es la explicación literal -tafsîr- y el 'interior' es la interpretación interior -ta'wil-, el 'límite' es donde cesan las comprensiones del sentido verbal, y el 'mirador' es el punto contemplativo donde se sube para gozar del espectáculo del Rey Muy Sabio. Se cuenta de parte del Iman certificador, nuestro jefe precursor, Yafar Sâdiq, Dios esté satisfecho de él, que exclamó: "Allah se revela a sus servidores en Su Palabra -Corán-, pero vosotros no veis". Se cuenta también de él que cayó una vez desvanecido mientras realizaba el rito de la plegaria, y, como se le preguntara después la explicación respondió: "No cesaba de repetir el mismo versículo hasta que llegue a entenderle de parte misma de Aquel que habla por este versículo". Así es como concebí la idea de poner por escrito algunas cosas que se ofrecían a mi espíritu por momentos, en hecho de secretos, de realidades interiores y de luces surgientes de las visiones del mirador -mutala'a-, cosas diferentes de lo que se refiere a las acepciones exteriores -zhawâhir- y a las disposiciones jurídicas -hudûd-, pues estas tienen límites infranqueables. En cuanto a este último punto como se sabe se ha dicho que "el que interpreta el texto sagrado según su parecer individual es infiel" -lo que se refiere al tafsîr-. Pero cuando se trata de Ta'wîl , éste no podría dar lugar a ningún reproche de este género, pues el alcance de sus significaciones varía con las condiciones del auditor y según sus momentos espirituales, según las fases del itinerario de este, y al nivel que le es propio: cada vez que el ser se eleva por encima de su -maqam- estación espiritual, se abre para él la puerta de una comprensión nueva, y descubre la sutileza de un sentido predispuesto. Emprendo pues llenar estas hojas inscribiendo en ellas lo que me venga al espíritu por coincidencia providencial, pero absteniéndome de revolotear en el dominio del tafsîr, o de sumergirme en las aguas de los estudios inciertos, y he hecho mi trabajo siguiendo el texto del Libro y su ordenamiento, sin retomar empero las cosas que se repiten textual o semejantemente. Los puntos que no entrañan Ta´wîl según mi parecer, o que no tienen necesidad de él, no los he retenido. No pretendo en modo alguno haber alcanzado la extremidad de lo posible en lo que expongo, ¡lejos de eso¡. Los aspectos de la comprensión no se limitan a lo que yo haya podido aprehender de ella, y la Ciencia de Allah no está condicionada por lo que yo mismo conozca. A pesar de ello, mi comprensión no se limita a lo que he mencionado aquí; y podría decir que inclusive en las cosas que he tratado, me han aparecido a veces ciertos aspectos en las profundidades de los cuales me perdía. Las prescripciones cuya finalidad bien parece de orden exterior y que podían entrañar una interpretación interior -ta´wîl- no las he interpretado así sino muy poco -lo justo para que se sepa que una tal inteligencia de las cosas es posible, y que cosas análogas son admisibles cuando se constata que alguien pasa más allá de los aspectos aparentes -pues la interpretación interior de tales disposiciones no escapa a lo arbitrario; y la virtud exige no atribuirse deberes que uno no puede desempeñar como es menester. Puede que a otro que a mí se presenten aspectos más bellos que lo que he podido retener aquí yo mismo y más atrayentes, pudiendo algunas cosas ser más fáciles para otros. Allah tiene en cada palabra otras palabras que no acabarán, mientras que acabarán las gotas el mar -si estas sirvieran de tinta para transcribir las palabras del Señor-.¿Cómo se llegaría entonces a censarlas y a contarlas? Cada palabra es como un modelo -namûday- para las gentes del gusto y de la experiencia espiritual directa, modelo al cual estos hacen cara y según el cual se configuran durante su recitación del Corán. Entonces -por un efecto de ésta asimilación cara a cara- se desvela a ellos lo que les ha sido predispuesto de los tesoros ocultos de la ciencia del Corán y se manifiesta en ellos lo que pueden contener de los arcanos de su misterio profundo. Y Allah es el Guía para las gentes de esfuerzo sobre la vía de la intuición y de la contemplación y, para las gentes de deseo, hacia los brebajes del sabor. ¡En verdad, El es el Maestro que confiere la realización y en la mano del cual se encuentra el logro! Sura 56: El Acontecimiento 1-2.- Cuando cumpla el venciente, es decir, la Pequeña Resurrección, ningún alma negará al encuentro de Dios su acontecimiento; a saber, que la salida de las tumbas y los estados propios a la otra vida pueden producirse, pues toda alma constatará entonces sus propios estados, trátese de estados de dicha o de desdicha. 3.- Bajará y elevará: bajará a los condenados hacia andaduras infernales y elevará a los bienaventurados hacia los grados superiores. 4.- Cuando la tierra sea sacudida, se trata de la tierra del cuerpo, es decir, cuando esté muda y tiemble, en el momento de la separación del espíritu, con un movimiento que hará salir de ella todo lo que contiene y cuando, con el cuerpo, sean destruidos entonces todos sus miembros. 5-6.- Y cuando -según su sentido- sean desparramadas las montañas de los huesos del cuerpo, deviniendo éstos entonces triturados y desmenuzados, o todavía cuando -según otro sentido- las montañas de los huesos del cuerpo sean librados y atajados, hasta que devengan polvo dispersado. 7-9.- Formaréis tres grupos, es decir: los bienaventurados que son los piadosos -abrâr- y los virtuosos -salâha- de entre los hombres, después los desgraciados que son los malos -achrâr- y los corruptores -mufsidûn- de entre los hombres. Los seres del primer grupo han sido llamados Los Compañeros de la derecha por el hecho de que son seres de buena estrella -o suerte "yumn", término de la misma raíz que "maymaha"- y de bendición -baraka-, o todavía por el hecho de que se han orientado hacia el más excelente de los dos lados y el más fuerte que es también el lado superior y el mundo de la Santidad; los seres del segundo grupo han sido llamados Los compañeros de la izquierda porque son seres de mala estrella -o mala suerte "chu' m", término de la misma raíz que "mah'ama"- y de maldición -muhûsa-, o todavía por el hecho de que se han orientado hacia el más vil de los dos lados y el más débil, que es el lado inferior y el mundo de lo sensible corporal. 10-12.- Y habrá los Adelantados -as Sâbiqûn- es decir, los Unitarios o Identificados Supremos, el grupo de quienes habrán adelantado a los otros dos grupos y habrán rebasado los dos mundos -lo sensible y la santidad- por la extinción en Dios -¡quienes serán los Adelantados!- aquellos de quienes no se podría hacer su justo elogio, ni concebir algo más excelente que sus atributos. Son estos los Próximos de Dios, -Muqarrabûn- en su estado de realización del ser principal después de la extinción, quienes se establecerán en los Paraísos de las Delicias en todos los grados paradisíacos. 13.14.- Habrá muchos, es decir, un gran número -de estos Próximos-, entre los primeros, que son los Bien amados de Dios, situados en la primera de las filas de los Espíritus y que gozan de la Providencia primera en la preeternidad. Y habrá pocos entre los últimos, que son los Amantes de Dios, cuyo grado es inferior al de los Bien amados y se sitúan en la segunda fila: habrá pocos Próximos de Dios entre los últimos que son los Amantes, porque es raro el caso de un Amante que alcanza el grado de un Bien amado y que llega a la extrema perfección de éste; la mayor parte de los Amantes se sitúan en los Paraísos de los Atributos, detenidos en los grados de los Bienaventurados -su'âdât-, mientras que los Bien amados están todos en el Paraíso de la Esencia llegados al grado extremo. Es por eso que el Enviado de Dios, sobre él la bendición y la paz de Dios, ha dicho: "Las dos filas -los primeros y los últimos- son de mi Comunidad", lo que quería decir es que es menester no comprender por los Primeros las comunidades anteriores y por los Últimos la comunidad Muhammadí, pues en este caso sería más bien al contrario. Se puede comprender también que habrá muchos "Sâbiqûn Muqarrabûn" en las primeras generaciones de esta Comunidad, a saber, quienes han visto al Profeta y han gustado el frescor de la Revelación en su tiempo, e incluso los Siguientes -"Tabi´ûn"- es decir quienes han seguido de cerca y han conocido a los Compañeros supervivientes del Profeta, y que habrá pocos "Sâbiqûn Muqarrabûn" entre los Últimos que serán los llegados, con los corazones endurecidos, mucho más tarde en el desarrollo del ciclo histórico, hasta las proximidades de la venida del Mahdi. Pero es menester no incluir en esta noción de los Últimos a los contemporáneos del Mahdi, pues los Adelantados serán más numerosos en su tiempo, por el hecho de que serán gentes de la Gran Resurrección, seres del develamiento iniciático y de la Epifanía. 15.- Estos reposarán sobre sedes bien dispuestas, es decir, ligados uno al lado del otro, eso designa unas existencias obtenidas por puro don divino, y especialmente destinadas a cada uno de ellos, conformemente a una palabra profética que dice: "Ellos residirán sobre estrados de luz"; o unas existencias según los rangos de los Atributos. 16.- Acodados, mostrándose a descubierto entre ellos, por el hecho de que ocupan entonces posiciones espirituales -rutab- que corresponden a sus grados de realización efectiva -maqâmât-; haciéndose frente los unos a los otros, en tanto que iguales en dignidad y no teniendo jamás velo entre ellos en la Fuente de la Unidad - Aynu-l-Wahdah-en la cual se encuentran por su Realización de la Esencia misma, y en tanto que libres de manifestarse por todo modo atributivo de su elección por el hecho de que han totalizado el Amor esencial y de que así ya no están velados nunca por los Atributos respecto de la Esencia ni por la Esencia respecto de los Atributos. 17.- Alrededor de ellos circumbalarán efebos perpetuamente jóvenes, es decir, serán servidos por sus facultades espirituales que permanecerán para siempre bajo el régimen de sus esencias; o todavía serán servidos por jóvenes seres cualificados de entre los seres de deseo espiritual vinculados a ellos por un efecto del poder de deseo de éstos, acepción que correspondería al versículo que dice: Aquellos que hayan tenido fe y hayan sido seguidos con fe por sus descendientes. Nos los reuniremos con sus descendientes... Corán 52:21; en fin, serán servidos por seres angélicos del Mundo de la Soberanía celeste -Malakût-. 18.- Con copas y aguamaniles, así como vasos de brevajes de fuente, emblemas -los primeros mencionados- de los "vinos" de la voluntad espiritual -irâda-, del conocimiento -ma ´rifa-, del amor, de la pasión espiritual -ichq- y del gusto espiritual, así como emblemas -los vasos- de las aguas que corresponden a las formas de sabiduría y de ciencia transcendentes. 19.- Con los cuales no tendrán ni jaquecas, porque los brevajes de que se trata son todos puro sabor no entrañando ningún sufrimiento o turbación, y porque tratándose de seres llegados a la Unión, éstos habrán probado el sabor fresco de la Certeza y habrán bebido de la Fuente de Alcanfor; pues el Amor de la Unión está desprovisto del dolor del deseo y del miedo de la pérdida; ni aturdimientos; es decir, no perderán sus facultades de discernimiento y de inteligencia bajo el efecto de la ebriedad -sukr- y no serán obnuvilados por ella, porque son seres de lucidez -sahw-, no velados por la Esencia respecto de los Atributos, lo que provocaría la "ebriedad" y los expondría a ser vencidos por su estado. 20.- Y con frutos, que son sus experiencias realizadoras e intuitivas, de su elección, es decir, que escogerán los mejores, pures aunque encontrando todos los frutos, de ellos no tomarán sino los más puros, los más bellos, los más nobles y los más sublimes. 21.- Así como con carnes de pájaros de los cuales apetecen mucho, que son las sutilezas de las formas de sabiduría y las finezas de las ideas transcendentes que sirven para fortificarles. 22.- Tendrán también huríes de grandes ojos negros que son epifanías del orden de los Atributos divinos y purezas simples del orden del Yabarût, así como espíritus puros que cohabitan sus grados paradisiacos. 23.- Tales perlas serenas de pureza y de claridad, bien guardadas en conchas o atesoradas por el hecho de encontrarse en las interioridades y los tesoros de lo invisible, sustraídas a los profanos. 24.- En recompensa de lo que hayan hecho, cuando se encontraban en estado de recta orientación, en hecho de obras divinas queridas por ellas mismas o remitidas a su recompensa; o todavía en recompensa de lo que hayan hecho durante su marcha iniciática -suluk-, como obras purificadoras y clarificantes. 25.- No oirán allí ni vanos parloteos, es dcecir, palabras sin medida y conversaciones futiles, por el hecho de que son seres de realización -ahlu-tahqîq- que observan cuidadosamente ante Dios las reglas de la conveniencia espiritual; ni incriminaciones , es decir, actos detestables como las maledicencias y las mentiras, etc... 26.- Sino solamente una palabra: Paz, Paz, es decir, una palabra que es en ella misma paz, exenta de faltas, pura de redundancias, y también una palabra operativa: Paz. Paz, que preserva al auditor de vicios y defectos, le asegura al contrario la alegría y el honor, y pone en evidencia su perfección y su excelencia, dado que tales seres no hablarán entonces sino de conocimientos y de realidades puras, no pronunciarán sino salutaciones vivificantes y sutilezas espirituales; la interpretación de este versículo está hecha para corresponder a las dos maneras de comprender su texto bajo la relación de la sintaxis. 27.- Y los compañeros de la Derecha -¡oh, los Compañeros de la derecha!- esta exclamación es para decir que estos son seres nobles, importantes y excelentes que sorprenden por sus modos de beatitud. 28.- Morarán entre azufaifos sin espinas, es decir, en el paraíso del alma -yannatu-n-nafsdespojado de espinas que se opondrían a las facultades -quwâ- y a las naturales individuales -tabâ`i- y que contrariarían a las pasiones -ahwâ- y a las ambiciones -dawâ`i- , por el hecho de que entonces el alma está despojada de las formas, cuyos atributos fueron revestidos por la luz del espíritu y del corazón, o todavía, azufaifos sobrecargados con los frutos de las buenas obras y de las actitudes virtuosas, todo esto para corresponder a las dos interpretaciones del versículo. 29.- Y entre bananeros cubiertos de racimos escalonados, es decir, en el paraíso del corazón -yannatu-l-qalb- , pues el bananero es un árbol cuyo fruto es dulce, carnoso y sabroso y sin hueso, como las captaciones del corazón y sus ideas puras separadas de la materialidad y de las formas corporales, caso diferente del de el azufaifo cuyo fruto tiene huesos numerosos como las percepciones formales del alma individual predispuesta a las ataduras materiales y a las formas corporales. El bananero es descrito como cubierto de racimos escalonados porque sus frutos se superponen de abajo hacia arriba hasta el punto de que no se ve siquiera el tronco, hecho que simboliza la multitud sin fin de las percepciones formales. 30.- Bajo una sombra extensa causada por la luz del espíritu sosegante. 31.- Donde se vierte un agua que es una ciencia derramada sobre ellos, que se vierte desde el mundo del espíritu; de esta agua se dice que se vierte como de un recipiente y no que corre como la de un río o de una fuente, porque las ciencias de estos bienaventurados -su ´adâ´- son poco numerosas en relación a las obras cumplidas por ellos; en efecto, no se trata aquí más que de sus ciencias espirituales probadas en experiencias directas, contemplativas, unitivas y por gusto personal, inclusive si bajo otras relaciones sus ciencias útiles son muy numerosas. 32.- Y donde los frutos abundan tales las captaciones de orden parcial o individual o las captaciones de orden total o universal, sabrosas, como las cosas sensibles, imaginativas o conjeturales, o las ideas puras universales propias al corazón. 34.- Tendrán también techos elevados que simbolizan constituciones excelentes y formas iluminativas síquicas adquiridas por obras de virtud. Estas adquisiciones son elevadas en relación al grado de las formas corporales; rebasan la región inferior del ser hacia el nivel del pecho que constituye la región superior del alma síquica. Puede tratarse igualmente de Huríes de entre las compañeras paradisíacas, es decir, de las fuerzas del Malakût vinculadas a los Compañeros de la Derecha y que les son iguales en grado. Esto dicho para corresponder a la doble acepción del término coránico furuch que designa lechos y esposas. 35.- (Sus compañeras) Nos las hemos obrado de una manera aparte, maravillosa, luminosa, y las hemos hecho separadas de toda materialidad grosera, puras de las tachas de la naturaleza individual y de las manchas del mundo elementario. 36.- Las hemos instituido vírgenes, es decir, no afectadas por el contacto de las realidades de naturaleza individual, ni por el tacto de los seres naturales y exteriores sometidos a los hábitos rutinarios, almas extraviadas en la materialidad grosera. 37-38.- Queridas por sus esposos, sabiéndose hacer amadas por sus esposos, y siendo amadas en efecto por éstos, por su pureza y por la belleza de su substancia, así como por la constancia de su vinculamiento a ellos. Son dicha de una edad igual porque al ser del mismo grado ontológico que sus esposos ocupan los mismos rangos que éstos y poseen la substancia de la eternidad. 39.- Estos son numerosos entre los Primeros porque los Bien amados -Mahbûbûnavienen con los Compañeros de la Derecha a sus paraísos durante sus movimientos de acercamiento -tadânî- a Dios y las subidas en los grados, y también durante sus inclinaciones y sus retornos hacia los Atributos; se mezclan entonces con los compañeros de la Derecha y éstos se encuentran entonces por este hecho en sus rangos. 40.- Y numerosos también entre los últimos, por el hecho de que la mayor parte de los Amantes -Muhibbûna- son Compañeros de la derecha y permanecen con los Atributos, sin tener el amor de la Esencia. Si interpretamos los Primeros y los Últimos como concerniendo a las generaciones iniciales y a las finales de la Comunidad Muhammadí, su aplicación aparece aquí sin dificultades por el hecho de que los Compañeros de la derecha son numerosos en las generaciones últimas al contrario que los Adelantados -sâbiqûna-. 41.- Y los compañeros de la izquierda, ¡oh los compañeros de la izquierda! Estos sorprenderán por sus estados y sus modos de desdicha, de desgracia, de envilecimiento y de bajeza. 42.- Estarán en un viento mortífero, como los soplosde las pasiones destructivas y de los comportamientos impíos y dañinos; y estarán también en el agua hirviente de los conocimientos falsos y de las creencias perversas. 43.- A la sombra de una nube negra, la de las formas de almas ennegrecidas por atributos sombríos y por comportamientos viles y oscuros, porque el yahmûn es una humareda tenebrosa. 44.- Que no será ni fresca ni reposante, es decir, desprovista de las dos ventajas que la sombra ordinario ofrece al que se acoge a ella, a saber el frescor y el reposo; pues esta humareda será dañina, penosa y perniciosa por el hecho de que producirá fatiga, calor excesivo y aflicción. 45.- Estos llevaban antes de eso una vida de consentimientos, entregados como estaban a los placeres y a las pasiones, inmersos en los modos de la naturaleza grosera y recubiertos en los velos de la vida corporal, por lo cual, por lo demás, han adquirido sus nuevas formas aprisionantes y sus secuelas de perdición. 46.- Y perseveraban en la gran infamia de las falsas palabras y de las creencias corrompidas por las cuales han merecido el castigo perpetuo y las penas sin fin. 47-50.- Diciendo palabras que niegan la resurrección. 51.- Los extraviados y los contestadores son los ignorantes que persisten en su ignorancia y en la negación de las verdades que divegen de sus creencias falsas. 52.- Comeréis de un árbol llamado Zaqqûn, que es el alma sojuzgada por las delectaciones y los deseos pasionales en los cuales están inmersa, atraída por los lados inferiores de la naturaleza individual, a consecuencia de vuestras costumbres con ésta y de las ventajas que en ello encontráis. 53.- De esos frutos malsanos, desagradables y quemantes que representan configuraciones existenciales opuestas a la perfección y que arrastran hacia la perdición os llenaréis los vientres, tan violenta será vuestra avidez, vuestra concupiscencia y vuestra voracidad, debidas a vuestra malvada glotonería. 54.- A eso añadiréis el agua hirviente de las imaginaciones falsas y de las ilusiones engañosas las cuales son del dominio de la ignorancia que conduce a la pérdida. 55-56.- Y la beberéis como camellos sedientos, lo que es una sed sin saciedad, a causa de la fuerza de vuestra pasión y de vuestra voracidad. 57.- Nos os hemos creado haciendoos aparecer por Nuestra propia existencia y apareciendo Nos mismo en las formas de nuestros seres, ¿por qué no lo confirmáis? 58-59.- ¿Habéis mirado lo que eyaculáis? ¿Sois vosotros quienes lo creáis?, al derramar sobre eso la forma humana, ¿o somos Nos quien somos sus creadores? 63-64.- ¿Habéis mirado lo que cultiváis? ¿Sois vosotros quienes lo sembráis? haciendo descender sobre eso las formas específicas de los seres respectivos, ¿O somos Nos quienes somos sus sembradores? 68.- ¿Habéis mirado el agua -simbolizando el agua la ciencia- que bebéis con la sed de vuestra predisposición nata? 69.- ¿Sois vosotros quienes la hacéis descender de la nube del Intelecto material, o somos Nos quien la hacemos descender? 70.- Si nos queremos, la haremos salobre apartando -la ciencia- hacia los empleos y aplicaciones de la vida de este mundo ¿Por qué no sois reconocientes? 71.- ¿Habéis mirado el fuego de las ideas santas que obtenéis golpeando el eslabón de la reflexión -fikr-? 72.- ¿Sois vosotros quienes producís el árbol que os sirve para este fuego, es decir, la facultad reflexiva -quwwatu-l-fikriya- , o somos Nos quien somos sus productores? 73.- Nos hemos hecho de él un recuerdo del pacto preeterno concluido en el mundo de la Santidad, y una cosa útil para quienes no tienen el viático necesario de ciencia y de obra. 75.- ¡Yo no juraría por los descensos de las estrellas! ; estos descensos son los instantes de juntura del alma muhammadí santificada con el Espíritu Santo, coyunda que ocasiona el descenso de las estrellas del Corán al Profeta. ¡Y qué nobles instantes y que coyundas iluminativas! Según este modo de ver, se trata de los momentos en que el Profeta al sustraerse a sus sentidos ordinarios, estos declinan hacia el Poniente del cuerpo y desaparecen en él; eso tiene lugar en el momento de la inmersión de su secreto central en el Misterio y del agarre sobre el hilo de la Santidad transcendente; o todavía, e inclusive más bien, esos momentos son los de su desaparición en la Realidad principal y de su anegamiento en la Unidad total. 76.-Empero es un formidable juramento, ¡si supierais! ¿Cómo en efecto lo sabrían? ¿Dónde están con relación a la ciencia que a él se refiere? 77.- En verdad -esta revelación- es un noble Corán -síntesis del verbo universal-, es decir, una Ciencia Total dotada de una superioridad y de una nobleza primordial, así como de un valor sublime. 78.- Conservado en un Libro oculto , este libro es su corazón oculto en el Misterio y sustraido a los sentidos y a todos los seres otros que los Próximos -Muqarrabûna- de entre los Angeles puros, pues el Intelecto coránico se encuentra depositado ahí; esto corresponde a la declaración de Jesús -la paz sea con él- que dice: "No digas: la ciencia está en el cielo, ¿y quién la hará descender? Ni: está en las profundidades de la tierra, ¿y quién la hará subir? Ni: está más allá de los mares, ¿y quién podrá atravesarlos y traerla? ¡Está en vuestros propios corazones! ¡ Comportaos delante de Dios según las reglas de los seres espirituales y se os aparecerá! Se puede decir también que este libro es el Espíritu primero, la misma cosa que la sede del Decreto -Qadâ- y el abrigo del Espíritu muhammadí o más bien este Espíritu mismo. 79.- Que únicamente tocan los purificados, a saber los espíritus desprendidos -muyarrad-, puros de la mancha de las naturalezas individuales y de las turbaciones debidas a las ataduras materiales. 80.- Mensaje transmitido gradualmente de parte del Señor de los Mundos, porque Su ciencia ha aparecido sobre el soporte epifánico muhammadí y porque ha descendido con El sobre este soporte, gradualmente, por modo de estrellas. 81.- ¿Es entonces este Advenimiento -del Corán- lo que eludís, pues? Desdeñándole, no preocupandoos y no haciendo ningún esfuezo para servir a su verdad y comprender su sentido, actuando pues como alguien que esbozara un semblante de condescendencia y que en verdad tomara el Corán a la ligera, considerándole desdeñable. 82.- ¿Haciendo vuestro alimento de la acusación de mentira?, es decir, haciendo de esta acusación de mentira vuestro alimento del corazón y vuestra verdadera comida; llegáis a ello en efecto cuando os veláis por vuestras propias ciencias y por vuestro rechazo de todo lo que no del género de vuestras ciencias, como hace el ignorante que rechaza todo lo que diverge de su creencia dogmática: así, su ciencia limitada, por ella misma, constituye una acusación de mentira -contra la Verdad-. Se puede comprender todavía que el alimento del cual se trata es el hecho mismo de hablar constantemente de mentira -al respecto del Corán-; es como si uno hiciera su alimento de ese acto negador, y es en un sentido parecido como se dice de alguien que persiste en la mentira que "su alimento es la mentira". 83-87.- ¿Por qué pues, cuando vuestra alma os sube a la garganta etc... por qué no la devolvéis si sois verídicos en vuestra pretensión de estar -libres y dueños de vosotros mismos- no regidos, ni dominados, ni obligados por un poder superior? Por eso se quiere significar que estáis bajo la obligación de un poder señorial y que sois impotentes vosotros mismos, pues de otro modo -es decir, si fuerais libres y dueños de vuestro destino- deberíais poder rechazar esa cosa extremadamente aborrecida: la muerte. 88-89.- Después, ese muerto, si es de entre los Próximos -al muqarrabûna- que constituyen una de las tres categorías de seres precitados en el versículo 11 -, tendrá el Reposo de la llegada a la meta -Rawhu-l-wusûl- en el Paraíso de la Esencia Suprema, los Aromas -Rayhân- del Paraíso de los Atributos divinos y de sus epifanías gozosas y regocijantes, así como de las Delicias del Paraíso de los Actos Divinos y de sus sabores. 90-91.- Y si es de entre las Gentes de la derecha, los bienaventurados y los puros, tendrá el placer y la satisfacción del encuentro con las gentes de la Derecha que le acogerán con un saludo que corresponde a la integridad de la naturaleza primordial -salâmatu-l-fitrah-, a la preservación del castigo y a la exención de defectos síquicos, en el Paraíso de los Atributos. 92-94.- Pero si es de entre los contestadores extraviados, los infortunados que se oponen a los precedentes cuyas perfecciones niegan, gentes veladas por la ignorancia necia, tendrá, por arriba, el castigo correspondiente a las formas de creencia corrompidas y a las obscuridades de la estupidez grosera, castigo descrito como un descenso a un agua hirviente -nuzulun min hamîm- y tendrá todavía, por abajo, el castigo de las formas corporales con sus consecuencias en el orden de los actos, descrito como quemadura en un fuego intenso -tasliyatu yahîm. 95-96.- Las cosas mencionadas concernientes a los estados de las tres categorías en cuestión, y sus consecuencias, expresan la verda de hecho y la claridad de estado según la visión directa de los contemplativos que han visto la Gran Resurrección -al Qiyâmatu-l-kubrâ- y que han realizado han realizado en ellos mismos la verdad de su certeza y de su visión. ¡Y Dios es más sabio! Sura 10: Jonás 1.- Alif-Lâm-Râ. Esas son las aleyas del Libro Sabio. Râ es una designación de la Rahma, o la Misericordia que es la esencia Muhammadí conforme a la aleya: "No te hemos enviado sino como una Misericordia para los mundos". En cuanto al Alif y a la Lâm su sentido ha sido explicado antes. Esas que designo por las letras mencionadas son los fundamentos del Libro del Todo Universal detentador de la Sabiduría, o del Libro en los Detalles precisos y firmemente establecidos. Todavía se puede comprender el comienzo de esta sura como una fórmula de juramento por Dios, considerando primero la Ipseidad-Unidad de una manera sintética, y considerando después el Atributo de Unicidad de una manera distintiva, por un lado en la interioridad propia al Yabarût -el mundo de los Nombres Divinos y de las esencias inmudables de las cosas- y por otro lado en la exterioridad propia al Rahamût -el mundo manifestado envuelto por la Misericordia divina-, según lo que se ha dicho. 44.- Dios no perjudica a los hombre en nada, son los hombres quienes se perjudican a sí mismos. Dios no perjudica en nada a los hombres pidiéndoles algo que no esté contenido en su predisposición; al contrario son los hombres quienes se perjudican a sí mismos utilizando su predisposición para aquello para lo cual no había sido creada. 85.- Remitíos a El si sois creyentes. Si tomamos la sumisión -islam- en el sentido de dejarse conducir, la entrega a Dios es una condición previa, no un resultado. La aleya significa entonces: Si vuestra fe es realmente de certeza, abandonaos a Dios, a condición de que no hagáis más actos y que no os atribuyáis más ni fuerza ni eficiencia a nosotros mismos o a quienquiera que sea; sino sed dóciles de conducir como un muerto. Pues la condición de la autenticidad del abandono a Dios, es la desaparición -fanâ- de los restos de los actos y de las fuerzas. 

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