miércoles, 31 de julio de 2019

La decepción de los intelectuales con AMLO: Carlos Rubio

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El desencanto que se está viviendo en México por parte de los ciudadanos, sobre todo de aquellos que han sentido a sangre fría los golpes de la Cuarta Transformación, se extiende cada día más en los diferentes sectores del país. 
Antes de las elecciones presidenciales del año pasado, muchas veces se hizo referencia que mexicanos de índole intelectual creía que Andrés Manuel López Obrador cambiaría el rumbo de México, sería un buen presidente y la corrupción se acabaría. 
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Sin embargo, la esperanza fue demasiada, el discurso que él mismo pregonó desde 2006 –incluso antes– dejó la vara alta, con la cual “México está viviendo una situación paradójica, pues con una retórica de izquierda se está ejecutando una política de derecha, afectando la ciencia, la cultura y la educación”.
Las políticas de auteridad de AMLO han sido una pesadilla para muchos, sacudiendo a los refugios de mujeres víctimas de violencia, las estancias infantiles, comedores comunitarios, Seguro Popular, Prospera, Conacyt, turismo, Ciencia y Cultura. 
En esta última, sin duda, uno de los más grandes golpes del Gobierno “mágico” que prometió Andrés Manuel, pues como dice Carlos Rubio en su texto Guerra civil en la cultura mexicana, “el sector cultural mexicano votó mayoritariamente por AMLO, pero su desencanto por esta especie de guerra de baja intensidad que está padeciendo, es cada vez mayor y puede convertirse en necesidad defensiva y guerrillera”.
Y es que recordemos, que el sector de cultura ha padecido graves daños, sobre todo los trabajadores de las distintas dependencias, como las que encontramos el Fonca, laBiblioteca Vasconcelos, el Instituto Mexicano de la Radio, el Instituto Nacional de Antropología e Historia y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, fueron despedidos.
Y todo esto se debió a un “malentendido” por parte del presidente, pues al final resultó que lo que entendía por “cultura”, lo cual no solo dejó boquiabiertos, sino profundamente preocupados a amplios sectores de la sociedad mexicana, era indiscutiblemente, sólo vista desde su concepción.
“Porque la cultura es lo que tiene que ver con los pueblos, y nunca los pueblos originarios, los integrantes de nuestras culturas, habían sido atendidos como ahora. Imagínense que (en) todos los programas sociales, el objetivo preferente son los pueblos indígenas, que es la verdad más íntima de México, es lo más importante culturalmente hablando”, dijo.
Y es que López Obrador también justificó todos estos cambios y recortes bajo el argumento con un problema de corrupción, eso sí, sólo de palabra, porque nunca ha mostrado pruebas ni mencionado nombres, y si los llega a mencionar no hace nada. ¿Por qué? Porque su fuerte no es la venganza. 
Es claro que la alta esperanza ha decaído e incluso desaparecido, y por obvias razones comienzan los ataques, la guerra y las contradicciones.  
Pero hasta ahora, sólo vemos cómo va en aumento el número de personas arrepentidas por haber votado por López Obrador, y la decepción que su Gobierno, a tan sólo casi 8 meses de haber comenzado, ha causado una verdadera crisis para los mexicanos.
Puedes leer el texto completo de Carlos Rubio RosellGuerra civil en la cultura mexicana

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