sábado, 6 de julio de 2019

Tren Maya: los indígenas critican que AMLO destruirá selvas


R. R. | Cancún | 29 de abril de 2019 12 comentarios

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El secretario particular del Instituto para el Desarrollo de Pueblos Mayas y las Comunidades Indígenas (Inmaya), Stalin Bello Rendón, declaró según qroohoy que el proyecto del Tren Maya ha dividido a los habitantes de las comunidades por donde pasaría el transporte, por algunas de las inquietudes que tienen aquellas que están en contra.
“Principalmente por la destrucción de la selva y la afectación que ocasionaría al medio ambiente y la fauna, además también he escuchado algunos comentarios que precisamente con esta modernización se estaría perdiendo la esencia de estas comunidades que es lo que las hace enriquecedoras, únicas y mágicas”, reveló Bello Rendón sobre el proyecto turístico estrella de AMLO.
En el debate que sostienen ejidatarios de la Península de Yucatán sobre el impacto que tendrá el Tren Maya al pasar por su territorio, Pedro Uc reprocha que lleve el nombre asociado a su cultura indígena. Como recoge Noticaribe, asegura que sólo se emplea con fines comerciales, pero no porque ellos tengan inclusión en este proyecto de infraestructura.
“A este Tren le ponen un apellido que se ha vuelto un producto de valor económico. Ahora resulta que la palabra maya ya tiene un precio muy bueno. “Tenemos, por ejemplo, una línea de autobuses que se llama Mayab, que de maya no tiene nada, tenemos una Riviera Maya donde ningún maya tiene chance de estar allá y, por si fuera poco, ahorita viene también el Tren Maya”, lamentó
“Nos dice Fonatur: ‘Disculpen si pensaron que les veníamos a consultar, pero les vamos a meter un tren y si no se suben al tren, se los va a llevar el tren, ¡qué poca madre!”, afirma el activista maya y licenciado en educación media en ciencias sociales.
En su intervención, Uc expone que el Tren Maya sólo beneficiará a las empresas a cargo del proyecto mientras que los pueblos indígenas mayas corren el riesgo de perder los territorios que históricamente han dedicado al manejo forestal, a la producción de chicle y de miel orgánica. “Ni rentamos, ni vendemos la tierra”, sentencia.
El “DE-BA-TREN-‘MAYA’” congregó a ejidatarios de la Península de Yucatán que están en alerta respecto a las consecuencias que tendrá el proyecto de infraestructura que impulsa el Presidente Andrés Manuel López Obrador en el sureste del País.
“El Gobierno debe preguntarnos qué proyecto necesitamos y no que nos imponga su proyecto. Como Consejo Regional Indígena Maya no estamos de acuerdo con el proyecto del Tren, lo digo y lo sostengo”, dice Manuel Puc, ejidatario del Ejido Nueva Jerusalén y miembro del Consejo Regional Indígena Maya de Bacalar.
Luis Chimal Balam, comisariado ejidal del Ejido de Bacalar, explica que representantes del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), le han buscado tres veces para solicitarle tierras para el Tren Maya, aunque sin presentarle un mecanismo definitivo de participación.
El ejido, a cargo de Luis, se compone de 54 mil 280 hectáreas y se localiza a un costado de donde se explora la posibilidad de instalar una estación del tren en su paso por Bacalar.
“Dice Fonatur que ellos quieren que seamos partícipes como socios con nuestras tierras, pero en realidad nos estamos dando cuenta que no nos conviene. Tenemos que ver de qué forma podemos trabajar, nosotros lo que queremos es que nos presenten los proyectos. ¿Qué nos van a dar a cambio?
“Por ejemplo, que yo le diga: te voy a dar tantas tierras, pero hazme 50 cuartos de un hotel para que yo rente o ocúpame a la gente de mi ejido para los trabajos”, plantea el comisariado ejidal.
Leydy Pech, activista maya en contra de la deforestación y el cultivo de soya transgénica, señala que el Tren Maya es otro megaproyecto que amenaza los recursos naturales de la Península y que impondrá un nuevo ordenamiento territorial.
“Hopelchén es el municipio más deforestado a nivel nacional, tenemos el problema del agua contaminada, la muerte de las abejas por el uso de plaguicidas, se plantea un proyecto como si nosotros no existiéramos.
“El Tren se suma a la fila de los otros megaproyectos que nos están llegando. A mí, como maya, un ordenamiento territorial no me funciona, porque los pueblos no tomamos asÌ las decisiones. No dividimos y decimos: este pedazo se puede usar para esto, este otro para esto, yo tengo una manera distinta de usar mi territorio, ¿por qué me lo tienen que venir a decir?, eso ha traído más conflicto”, señala Pech.
Alika Santiago Trejo, integrante de la colectiva Kluumil X¥ Ko¥olelo¥ob (Tierra de Mujeres), añade que le preocupa la imposición del Tren Maya sin que sea tomada en cuenta la oposición al proyecto que tienen los indígenas mayas. “El Gobierno debe respetar la libre determinación de los pueblos, que somos los dueños del territorio”, dice Santiago.
Tras dos días consecutivos de exponer sus inquietudes, el debate concluye en medio de un apagón que afecta a toda la Península de Yucatán, dejando sin energía eléctrica a toda la zona y con la incertidumbre de los ejidatarios sobre el futuro de su territorio.
Expertos en temas ambientales y ejidatarios advierten que el Tren Maya impactará severamente a las comunidades en la tenencia de la tierra, en lo ambiental y en lo social.
“Deberíamos ir a un proyecto más participativo, sin prisa por hacer asignaciones directas a empresas internacionales y sin traer un montón de turistas sin haber atendido antes la problemática local ambiental”, alertó Sergio Madrid, director del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible.
Entre los problemas que deben resolverse antes, dijo, está el esquema de gestión de residuos sólidos urbanos y la contaminación hídrica. Durante su participación en el “DEBA-TREN ‘MAYA’”, que tuvo lugar en esta comunidad, Leticia Merino, investigadora de la UNAM, alertó sobre el riesgo de despojo de tierras a las comunidades. “Otro tema es la deforestación que ya se viene dando y que se está incrementando”.
Pedro Uc, ejidatario, expuso que los pueblos indígenas corren el riesgo de perder los territorios que históricamente han dedicado al manejo forestal, a la producción de chicle y de miel orgánica.
Defensores del medio ambiente, especialistas en el tema y pobladores advierten que el Tren Maya, uno de los principales proyectos de infraestructura del Gobierno federal, se perfila bajo un modelo neoliberal que resulta contradictorio con la abolición al neoliberalismo decretada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Algunas de las medidas que cuestionan son la estructuración de los Fideicomisos de Inversión de Bienes Raíces (Fibras) del Tren Maya, en cuyas ganancias quedan fuera los ejidatarios, las asignaciones directas de contratos a empresas extranjeras para diseñar el plan maestro y el estudio costo-beneficio.
Para la estación del Tren Maya en Bacalar, abunda, los promotores pretenden adquirir 5 mil hectáreas y algunos ejidatarios ya sostienen negociaciones individuales con empresas extranjeras ante la presión que ejercen para adquirir los terrenos, lo cual deriva en la división de las comunidades indígenas mayas.
“Hay más de 500 conflictos ambientales en todo el País precisamente por este modelo, en donde llegan gestores de Gobierno o de las empresas, van a hacer un proyecto, ofrecen dinero a los ejidatarios de manera individual, algunos se resisten, pero otros aceptan por una necesidad económica real y esto rompe el tejido social de la vida comunitaria que tiene el ejido”, explica Benet.
El Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS) advierte que a lo largo de la ruta del Tren Maya existen mil 828 comunidades rurales y 163 núcleos ejidales.
“Queremos levantar una alerta, ¡cuidado!, como se está diseñando el Tren Maya nos va impactar en las comunidades, en la tenencia de la tierra, en lo ambiental y en lo social”, alerta Sergio Madrid, director ejecutivo del CCMSS.
“Deberíamos de ir a un proyecto más participativo, sin prisa por hacer asignaciones directas a empresas internacionales y sin traer un montón de turistas sin haber atendido antes la problemática local ambiental”. Entre los problemas ambientales que deben resolverse de manera prioritaria, dice, está el esquema de gestión de residuos sólidos urbanos y la contaminación hídrica que predomina en Bacalar.
“Hay una amenaza muy grande de despojo de tierras a las comunidades, como ha pasado en los últimos 30 años en el crecimiento de la zona turística maya, desde Cancún hasta Bacalar”, enfatiza Leticia Merino Pérez, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
“Las comunidades tienen que protegerse para que no pierdan la tierra, que es el activo más importante que tienen, y aquellos que estén dispuestos a vender, hay que asegurarse que lo hagan en condiciones que no sean abiertamente desventajosas para ellos”, agrega.
La ruta por la que pasará el Tren Maya en Cancún ya se definió, según se puede constatar en el Programa Municipal de Desarrollo Urbano de Benito Juárez 2018-2019. La línea llegará al municipio de Lázaro Cárdenas, a través de la carretera Kantunil-Cancún e ingresará a Cancún por la Avenida Huayacán, colindante con el aeropuerto del destino caribeño.
Del aeropuerto la ruta seguirá su camino hacia el sur, en dirección al municipio de Solidaridad, hacia Playa del Carmen. La vía ferroviaria continuará el camino marcado por el cableado de alta tensión de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el cual cuenta con Derecho de Vía.
Los usos del suelo en el tramo por el que correrá el tren, correspondiente al Distrito 22 municipal, se modificaron de mixto (vivienda, comercio, oficinas, equipamiento y pequeña industria) a habitacional, debido al paso del ferrocarril por el municipio. Según recoge el Programa, el tramo del Tren Maya en Cancún se extenderá por apenas 9 kilómetros de distancia.
Asimismo, en el documento se informa que uno de los proyectos estratégicos para la actual administración municipal, encabezada por María Elena Hermelinda Lezama, será la construcción de un sistema de transporte de Autobuses de Tránsito Rápido (BRT, por sus siglas en inglés), semejante al Metrobús de la Ciudad de México. Dicho sistema entroncará con la estación del Tren Maya y atravesará gran parte del municipio.
El programa, finalmente, se publicó en el periódico oficial de Quintana Roo a siete meses de que el Tribunal de Justicia Administrativa (TJA) concediera una suspensión provisional para impedir que se publicara en dicho medio por haberse violentado el proceso de consulta ciudadana (La Promoción y el Tren Maya).
El Tren Maya estará concluido en cuatro años y costará entre 120.000 y 150.000 millones de pesos y se financiarán a seis años con dinero público y privado, según aseguró AMLO. Este ambicioso proyecto, no obstante, ha desatado las críticas puesto que puede provocar efectos negativos por su impacto ambiental y no tener el éxito turístico que se está previendo, como ya informó REPORTUR.mx (Tren Maya: prevén crisis ambiental con dudas del éxito turístico).
El expresidente de México Felipe Calderón alertó según Dinero de que el Tren Maya, a donde se dirigieron los recursos del Derecho de No Residente (DNR) que antes tenía el CPTM, puede provocar una crisis ambiental en el sureste de México y que además no tendrá el éxito turístico que se está previendo (Tren Maya será financiado con esquema de inversión mixta).
“No hay un economista serio que haya demostrado que el Tren Maya tiene viabilidad económica” y en cambio, expuso, sí tiene el potencial de deteriorar ambientalmente zonas como Calakmul”, avisó el mandatario en Sevilla durante la última cumbre de la World Travel Tourism Council (WTTC).
Julián Balbuena Alonso, presidente del Consejo de Administración y CEO de Best Day Travel Group, también calificó de preocupante el cierre del Consejo de Promoción Turística (CPTM), según Cancunissimo, y exigió al gobierno federal que los recursos que se destinaban para la promoción turística, se ocupen para su fin.
“Perdón, pero nunca le costó al gobierno”, señaló Balbuena el pasado 2 de abril en el Foro Nacional de Turismo, pues aseguró que los turistas sostenían al CPTM con el pago del Derecho de No Residentes (DNR) y se etiquetaban para la promoción, y recalcó la situación es más delicada, pues sostiene que todo recurso será destinado al proyecto del Tren Maya.
Con firmeza, dijo que “sólo 6 mil millones de pesos son apenas el cuatro por ciento de lo que costará el Tren Maya”, por lo que aconsejó al gobierno federal que “si necesitan conseguir el 96 por ciento para el Tren Maya, que consigan el otro cuatro por ciento y déjennos la promoción turística y permítanos seguir generando turismo”.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y el equipo encargado del proyecto del Tren Maya, liderado por el Director General de Fonatur, Rogelio Jiménez Pons, sostuvieron una reunión hace unas semanas en la que se acordó que el proyecto será financiado mediante un esquema de inversión mixta.
Una parte de la inversión (aproximadamente el 10%) quedará a cargo del Gobierno y el resto quedará a cargo de las empresas privadas que resulten adjudicatarias de esos contratos de inversión mixta en los concursos correspondientes.
Las empresas adjudicatarias de los contratos de inversión mixta serán responsables de la ingeniería de detalle y de la construcción de las vías férreas, o del diseño y fabricación de los trenes, según sea el caso, y de su puesta en operación.
El Tren Maya como se adelantó en FITUR y publicamos en REPORTUR.mx, recorrerá cerca de 150 kilómetros por hora y contará con un gran salón comedor donde se ofrecerá comida regional y dormitorios de primer nivel, entre otras cosas. (Sectur presenta los detalles del Tren Maya en la antesala de Fitur).
Además,  las compañías serán responsable de su mantenimiento óptimo por un plazo de 30 años contando a partir del inicio de operaciones. Las bases de las licitaciones serán abiertas, con el fin de propiciar el mayor número de participantes. Existirá interconectividad con el resto del país a partir de la coordinación entre el Tren Maya y el Corredor Transístmico.
El apego a la ley, dijo AMLO, será un eje rector del proyecto, tanto en lo que respecta al medio ambiente, como a las comunidades en la zona de influencia del Tren Maya. Esto incluye la elaboración de las Manifestaciones de Impacto Ambiental (MIA).
Una vez que se obtengan los resultados de los estudios, se aplicarán las medidas de contención y mitigación correspondientes. Asimismo, el Tren Maya realizará las consultas a los pueblos originarios con apego a la ley y en completa observancia del Convenio Número 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre pueblos indígenas.
A 25 años de surgir el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en la selva Lacandona de Chiapas, nuevamente regresó a escena el pasado enero para oponerse tajantemente a la construcción del Tren Maya, ya que destacan afectan tanto a la región como a su población.
Esta pronunciación se dio en un discurso dado por las comandantas Berenice y Everilda desde la Selva Lacandona, las cuales manifestaron que no permitirán ningún proyecto que destruya la vida de la humanidad y la muerte de la madre tierra. “(Estaremos) enfrentando los ataques del mal gobierno con la creación de programas que nos confunden para querer acabar con nosotros”, advirtieron.
Durante el evento, también participó el subcomandante Moisés, vocero de la agrupación zapatista, quien explicó que los planes propuestos por López Obrador afectan a la región de la Selva Lacandona. Moisés aseguró que el movimiento zapatista no le cree a López Obrador y consideró la consulta del Tren Maya como una ‘burla’.
El EZLN reunió a poco más de 10 mil indígenas que forman parte del grupo. Ahí, también se comparó el proyecto del Tren Maya con el programa Proárbol, realizado en el sexenio de Felipe Calderon.
“Es lo mismo que está copiando (López Obrador) de los otros que pasaron, y que nosotros los tumbamos con nuestra resistencia y rebeldía. Como lo hicimos hace 25 años con el que se decía un hombre poderoso, Carlos Salinas de Gortari”, precisó el vocero de los zapatistas.
El EZLN prevé para los próximos seis años un escenario adverso para su movimiento. Insistieron en que el Gobierno de López Obrador no es la respuesta para tener mejores condiciones de vida.
Asimismo se criticó también la formación de la Guardia Nacional. “Nosotros le decimos que no le creemos (…) No le tenemos miedo a su guardia nacional, que cambió de nombre, para no decir Ejército”, mencionó.
Ante este proyecto como adelantamos en REPORTUR.mx también se han pronunciado Indígenas mayas de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, al considerar que se realizan a costa de la propiedad de sus territorios, en detrimento de la salud de numerosas poblaciones locales y en perjuicio de la conservación de sus recursos naturales. (Tren Maya: grupos indígenas se plantan contra el plan de AMLO).

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