Nada con tanto movimiento como la fotografía; dibujos acelerados, definió este arte Cartier-Bresson. Por ello, aquí se muestra el tiempo obturado y permanente. Son 121 ejemplos de su contundencia en la exposición De humanos, lugares y cosas, fotografías de la Colección Toledo, en las galerías de la Antigua Academia de San Carlos, en el Centro Histórico de Ciudad de México.
La Facultad de Artes y Diseño (FAD), por medio de la Cátedra Extraordinaria Francisco Toledo, con apoyo del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, entre otras instancias universitarias y gubernamentales, pusieron en marcha la exhibición que reúne a 36 autores en seis núcleos temáticos: Personajes; De lugares y cosas; Rituales y ceremonias; Mujeres y familia; así como Los trabajos y los días y De humani corporis fabrica.
Ante autoridades, funcionarios, e integrantes de la comunidad universitaria, Gerardo García Luna-Martínez, director de la FAD, hizo la declaratoria inaugural y dijo que actos como éste ejemplifican la vocación de conformar y servir a este país a partir de su Universidad.
“Es una exposición fecunda y potente, que narra momentos. Lo verdaderamente enunciativo en una fotografía, decía Roland Barthes, es alingüístico, no se puede decir, y hay imágenes que punzan, que lastiman y lo importante es reconocerlas en instantes, en milésimas de segundo que han quedado eternas, como estatuas que han visto una medusa. Les aseguro que las 121 imágenes capturan la eternidad y el espíritu humano”, expuso García Luna-Martínez.
José de Santiago Silva, coordinador de Investigación, Difusión y Catalogación de Colecciones de la FAD y curador de la muestra, comentó que ésta tiene por objetivo poner en común la visión que varios artistas tienen, proponen o sugieren en torno a lo humano, la vida, la sociedad y al entorno.
“La temática más frecuente es la mexicana y particularmente la oaxaqueña. Es congruente con la inspiración que ha animado al maestro Francisco Toledo, tanto en su producción de arte, como en su promotoría cultural. Es muy raro que se desarrollen artistas sin conciencia histórica, no se puede improvisar la habilidad ni la maestría”, subrayó.
Recorrido
De humanos, lugares y cosas abre con Viernes Santo en Chalma, de Pedro Meyer, que deja tatuado el rictus de un niño entre el asombro y el miedo. La narrativa museográfica continua con Nuestra Señora de las Iguanas en Juchitán, de Graciela Iturbide.
Las tendencias van del arte social y de protesta, a los derechos de las mujeres, las comunidades indígenas, así como la segregación racial y económica.
Destacan también los retratos en mate de mexicanos universales como Rufino Tamayo, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, este último en el Palacio Negro de Lecumberri.
Sorprendidos algunos visitantes, corroboran la faceta vocacional fotográfica de Juan Rulfo, con imágenes de 1955, como Panteón de Huamantla y Niño y tambor, sin olvidar Erupción del Paricutín e Iglesia Parangaricutiro.
En el cruce de la primera sala, magnetizan “la mirada tierna, determinadamente bélica” de la Mujer zapatista, de Antonio Turok, e Hija de Jesús de Tony Gleaton. Sin desatender Mujer de Tehuantepec cargando un jicapextle en la cabeza, de 1929, retratada por Tina Modotti.
Aparece también la alegría capturada en las fotos de Josef Koudelka, y el Mono de la suerte de Flor Garduño. Se subraya la presencia de la Escena en canoa de la serie Huaves, de Frederik Star, de impoluto foco y probada emoción que data de 1899.
Por supuesto, nadie olvida las imprescindibles de Manuel Álvarez Bravo, Nacho López, Maya Goded, Héctor García, Rogelio Cuéllar, Mariana Yampolsky, Lola Álvarez Bravo, entre muchos otros.
Ya en el epílogo, el mismo Francisco Toledo y Sotero Constantino con Mujeres juchitecasmuestran el espíritu y la transgresión estética de la dermis desnuda.
De humanos, lugares y cosas, Galerías de la Antigua Academia de San Carlos, entrada por el número 37 de la Calle Zapata, Centro Histórico, de lunes a viernes de 10 a 18 horas, hasta el 25 de octubre.
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