Nuevo rechazo al proyecto del Tren Maya
Seis organizaciones que representan a las comunidades mayas yucatecas y académicos manifestaron hoy nuevo rechazo al proyecto del Tren Maya porque el gobierno federal no tiene un proyecto concreto, no hay estudios que muestren el impacto ambiental, económico y social y las consultas no se realizan bajo los estándares internacionales.
Los opositores al proyecto no lo llaman Tren Maya sino Tren Peninsular y advierte que es un proyecto devastador, que generará empleos de mala calidad y los grandes beneficiados serán los inversionistas como sucede con el modelo de desarrollo de Cancún y la Rivera Maya, en Quintana Roo, cuyos pueblos y la riqueza ambiental fueron arrasados y desaparecidos por el mal llamado desarrollo económico.
Argumentos contra el proyecto
Dirigentes de las agrupaciones que expusieron sus razones y argumentos con amplitud contra el proyecto del nuevo ferrocarril fueron Bernardo Caamal Itzá, representante de la asamblea de defensores del territorio maya Mu`uch Xinbal; Alberto Rodríguez Pisté, del Consejo Maya del Poniente de Yucatán Chik’in já; doctora Alejandra García Quintanilla, del colectivo Popol Vu; doctor Aurelio Sánchez Suárez, del Centro de Investigaciones Regionales Hideyo Noguchi de la Uady; doctor Rodrigo Patiño, investigador del Cinvestav Mérida y representante de la agrupación Articulación Yucatán; y doctor Rodrigo Llanes Salazar, investigador de la UNAM y representante del Observatorio de la Consulta al Pueblo Maya en este proceso de aprobación del proyecto presidencial.
Todos coinciden que el proyecto resultará más destructivo de los recursos naturales con la creación de los polos de desarrollo y no ven beneficios para los habitantes de los pueblos originarios que están en la ruta del trazo de Tren Maya.
“Nosotros que vivimos en las comunidades y en los montes sabemos que nos van a afectar muchísimo este proyecto”, manifestó Alberto Rodríguez, quien es guía de turistas en la reserva de Celestún, es herpentólogo y observador de aves y afirma que en la zona de Calakmul, Campeche, el registro de aves, felinos y monos ha bajado drásticamente y aún no está urbanizado.
Desinformación y mala fe
Dijo que los pueblos originarios no son bien informados del proyecto, el propio gobierno genera desinformación y pide que se apruebe el proyecto por lo que actúa de mala fe porque no da una información clara, a fondo y sustentada en la ciencia sobre las afectaciones que causará este proyecto.
El doctor Patiño se refirió a las propiedades de los terrenos que son tomadas en cuenta para el desarrollo integral del Tren Maya y aseguró que desde hace dos años o más la tenencia de la tierra de cientos de hectáreas están en posesión de políticos y empresarios porque tuvieron a la mano información privilegiada. Por lo tanto no tiene caso que ahora Fonatur y el IMPI pidan a los ejidatarios que no vendan sus tierras.
Asambleas inadecuadas
Calificaron como inadecuadas las asambleas informativas que realizaron las dos dependencias federales para tratar de cumplir con la consulta a la comunidad maya de Yucatán, pero esas reuniones no se hizo bajo las costumbres y usos de los pueblos originarios por lo tanto incumplen con las recomendaciones de instituciones internacionales defensoras de los derechos humanos indígenas y de determinación de los pueblos originarios.
De hecho, el tren maya surge en medio de violaciones a los derechos humanos porque no se hizo consulta pública previa y ya se dieron de 50 a 100 contratos con asignación directa.
Irregularidades detectadas
El doctor Llanes Salazar expuso siete puntos irregulares detectadas en las asambleas del 29 de noviembre pasado en Yucatán.
1) La consulta se organizó de manera unilateral sin conocimiento y participación de los pueblos originarios.
2) Fue restrictivo porque sólo recabó opiniones cuando las indicaciones internacionales dicen que deben pedir el consentimiento de los habitantes.
3) Debe de ser una consulta bien informada y el gobierno no mostró estudios sobre el impacto de la infraestructura.
4) La consulta debió ser previa a la iniciación del proyecto y las consultas son después, pero lo más increíble es que ni siquiera muestren el diseño ejecutivo de la obra. Además, la información la dan a cuenta gotas para que no haya una panorama completo del proyecto.
5) Uno de los aspectos más sensibles es que no existen estudios de investigación sobre riesgos ambientales, sociales, económicos ni de beneficios para los pueblos originarios. En las asambleas informativas sólo dieron media hora para preguntas y respuestas, el mayor tiempo fue para la exposición de Fonatur y el IMPI.
6) El propio presidente Andrés Manuel López Obrador ha descalificado a quienes opinan contrario y hacen las advertencias sobre el proyecto y los liderazgos que avalan el Tren Maya como los líderes supremos no representan a la totalidad de los mayas yucatecos.
7) Lo más grave del proyecto no es el Tren Maya sino los polos de desarrollo que proponen, porque no respetan la interculturalidad de los pueblos originarios.
“¡No al tren maya!”
“Ese proyecto es un huracán que va a barrer con los pueblos, con la gente, con la naturaleza y con el monte”, advirtió la investigadora social jubilada Alejandra García. “Será el término de una vida tranquila en los pueblos y empezarán a vivir una vida de mala calidad y en una península desértica con altas temperaturas de calor”.
Y en voz del indígena maya Alberto Rodríguez dijeron ¡No al tren maya!- (Por Joaquín Chan Caamal).
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