Recordemos, por un momento, algunos clásicos del viejo refranero popular:
1.- “A la vejez, viruelas”.
2.- “A falta vieja, vergüenza nueva”.
3.- “Ante canas honradas no hay puertas cerradas”.
Viene a cuento el ejercicio memorioso porque, ahora resulta, que ese experimentado y “colmilludo” político llamado Porfirio Muñoz Ledo se dice “chamaqueado” por Morena, por sus legisladores y por el autoritarismo propio de ese partido.
Como saben, la batalla política y mediática del diputado Muñoz Ledo surgió en días pasados cuando, en el pleno de la Comisión Permanente del Congreso, una mayoría de legisladores de Morena votó a favor de no otorgarle la palabra a ex priísta, ex parmista, ex perredista y hoy morenista.
El diputado Muñoz Ledo pretendía exigirle a la presidenta de la CNDH, Rosario Piedra, una postura firme ante la barbarie de la Guardia Nacional, lanzada contra los migrantes centroamericanos, a los que ha reprimido de manera brutal en días reciente.
Luego del autoritarismo de los legisladores de Morena, Muñoz Ledo dijo ver en ese partido el regreso del viejo PRI autoritario y nada democrático y hasta sostuvo que Morena había salido de su corazón.
Y, en efecto, lo que presenciamos los mexicanos en la Comisión Permanente del Congreso –durante el informe de la presidenta de la CNDH–, fue un vulgar y grosero autoritarismo partidista, indigno de una democracia; autoritarismo solapado por la dizque responsable de velar por los derechos humanos en México.
Sin embargo, también ofende al sentido común y a la inteligencia colectivas, la ingenuidad aparente de Muñoz Ledo, uno de los políticos más experimentados y uno de los que ha pertenecido al mayor número de partidos políticos.
Y, por eso las preguntas.
¿No sabía Muñoz Ledo que la señora Piedra es la espuria presidenta de la CNDH?
¿No sabía Porfirio que la señor Piedra fue impuesta de manera ilegal por el dedo presidencial? 
¿De verdad, no conocía Porfirio Muñoz Ledo, el talante autoritario y nada democrático de quienes construyeron Morena?
¿No sabía Muñoz Ledo de lo que son capaces los políticos mexicanos por preservar “un hueso” y cuando se trata de la defensa del líder, el jefe, el presidente o el mandón en turno?
¿No defendió Muños Ledo el golpe criminal –indefendible–, de entonces presidente Díaz Ordaz –en el 68 mexicano–, cuando lanzó al Ejército contra los jóvenes en Tlatelolco?
¿No sabía Muñoz Ledo que Morena es la verdadera Cuarta Transformación del PRI; presunta evolución que, en los hechos, nos lleva de vuelta al populismo y al autoritarismo de lo más rancio del PRI?
¿No sabía Porfirio que López Obrador mandó “al diablo” a las instituciones del Estado?
¿No sabía Muñoz Ledo, que Obrados no respeta leyes, reglas y menos principios y que prepara una dictadura en México?
¿No sabía Porfirio que López Obrador tiene en un puño al Congreso; sean diputados o senadores y que por eso lo defienden a ultranza?
¿No sabía Muñoz Ledo que con el gobierno de López Obrador es letra muerta la división de poderes?
¿El diputado Muñoz Ledo no sabía que en Morena no existen libertades sino unanimidades y que la única voz que vale es la del dueño de Morena?
¿No sabía Muñoz Ledo que la democracia mexicana muere todos los días a causa del autoritarismo de AMLO; idéntico autoritarismo del que fue víctima Muñoz Ledo?
¿No sabía Porfirio que, por orden presidencial, la libertad de expresión está cancelada en la vida nacional; en los medios y, claro, en el Congreso?
¿No sabía Muñoz Ledo que en el gobierno de AMLO han sido perseguidos, desempleado y calumniados los periodistas críticos de Obrador?
No, diputado Muñoz Ledo, hoy no venga a llamarse a sorpresa, cuando usted ha solapado todas las trapacerías de AMLO; las repetidas violaciones constitucionales, el autoritarismo, las venganzas políticas y hasta la quiebra del país.
Ahora resulta: “¡A la vejez, viruelas!”.
¿Le creen a Muñoz Ledo?
¡Increíble!
Se los dije.