lunes, 24 de febrero de 2020

La misión de Jardín de niños, es recordarnos la verdadera condición del mundo: Vicente Quirarte

La misión de Jardín de niños, es recordarnos la verdadera condición del mundo: Vicente Quirarte

*Se presentó en la 41 Feria Internacional del Libro de Minería, Jardín de niños, editado por El Colegio Nacional

*Vicente Rojo definió la producción editorial de la segunda mitad del siglo XX, afirmó la editora Ekaterina Álvarez


Jardín de niños no es un poema optimista. Ninguna poesía lo es, sentenció el poeta, integrante de El Colegio Nacional, Vicente Quirarte, quien presentó, con el ilustrador, Alejandro Magallanes y la editora, Ekaterina Álvarez, el libro Jardín de niños, en el que Vicente Rojo y José Emilio Pacheco evocan su infancia.

Recordó Quirarte que, en Las batallas en el desierto, obra que considera “uno de nuestros escasos libros que gozan de fama”, Pacheco hace el retrato de Carlos, “ése niño que se atreve a entrar en el más solitario de los combates”.

Hoy leemos Las batallas... como una novela, no como un cuento, expresó el colegiado, “en sus poderosas 68 páginas, hace la odisea de un niño que se enfrenta a la horrorosa experiencia de crecer con sus principios íntegros y su amor intacto en medio de un mundo donde prevalece el odio”.  

Agregó que quien conoce la obra del escritor, originario de la ciudad de México, puede hallar en las características de ese niño un retrato de autor, “la personalidad de Carlos, que en su edad adulta tiene el valor de recordar, es un resumen de los valores defendidos por José Emilio, ésos que lo llevaron a construir una escritura que admite varias fraternidades, pero al final nos deja con la sensación de estar ante un estilo que por diversos motivos hacemos inmediatamente nuestro”.

La misión de Jardín de niños es recordarnos la verdadera condición del mundo desde que el ser es pura materia informe, hasta que llega al fin de su aventura terrestre, sin embargo, añadió el académico de la UNAM, hay en las palabras de José Emilio, sitio para la esperanza.    

El libro no está dedicado a los niños, se trata de recuerdos plasmados en un volumen que, como lo explicó Alejandro Cruz Atienza, director editorial de
El Colegio Nacional, implica como todo libro, “una obra colectiva con su propia complejidad técnica, que originalmente fue un ejemplar en serigrafía de gran formato que tuvo que ser adaptado al offset”.

En 1978, José Emilio Pacheco y el artista Vicente Rojo publicaron Jardín de niños. El tiraje constó de 120 ejemplares encuadernados con una espiral. Contiene reproducciones de trabajos en serigrafía, e incluye algo parecido a cartas, páginas transparentes y postales.

Cruz Atienza refirió que la edición de este libro a su cargo, tuvo su origen en la conmemoración de los 80 años del exilio español, que son los orígenes de Vicente Rojo, los 80 años que cumpliría Pacheco, así como la voluntad de Laura Emilia, hija del coautor de Jardín de niños, sumados al esfuerzo de El Colegio Nacional.

Quirarte reveló que Jardín de niños es la última sección del libro titulado Desde entonces, que incluye poemas de 1975 a 1978.
  
Por su parte, Alejandro Magallanes, afirmó que Vicente Rojo no ilustra los poemas de José Emilio Pacheco sino que cada uno expone su visión de la infancia.
Magallanes, el artífice editorial más importante de los últimos años en México, como lo definió Alejandro Cruz, recordó que Pacheco y Rojo se llevaban 7 años, que el escritor junto a Carlos Monsiváis es a quienes Rojo considerado sus mejores amigos.

Magallanes, habló de manera espontánea, sobre algunas de las 48 páginas del libro, adicionando sus particulares anécdotas y observaciones, entre las que destacan la imagen de un bombardero, un trompo, el rehilete, objeto con el que según el ilustrador, Rojo representa la memoria, además del símbolo que alude al mismo tiempo a la poesía y al mar.   

Cabe recordar que Vicente Rojo, pintor, diseñador y editor, llegó a México en 1949 a los 17 años, y su padre en 1939.

Finalmente, la editora Ekaterina Álvarez expuso que Vicente Rojo definió la producción editorial de la segunda mitad del siglo XX y compartió una anécdota en la que la lentitud le ganó a la velocidad respecto a la creación editorial, ahora que “nos ha devorado el mundo de la simultaneidad, la inmediatez y la eficiencia del mundo digital”.

Recordó que los libros mucho antes que, con programas de diseño, procesadores de pdf, y veloces máquinas, se hacen con las manos, el cuerpo y también con una goma. “En este sentido, la lectura de un libro como Jardín de niños, es un gesto que compromete los sentidos y nuestro cuerpo”.



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