sábado, 28 de marzo de 2020

Los signos principales del fin de los tiempos 

25/03/2003 - Autor: Desconocido - Fuente: Webislam
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Fin de los Tiempos
Fin de los Tiempos
Aparición de Jesús, el Mesías, hijo de María, con ambos sea la Paz.
Dijo el Profeta (BPDyC): «¡Por Aquel en cuyas Manos se encuentra mi alma!: Falta muy poco para que descienda entre vosotros el hijo de María como un juez equitativo. Romperá el crucifijo, matará el cerdo, y hará cesar la capitación. Entonces abundará la riqueza hasta que no la acepte nadie».
En otra versión se agrega respecto de la abundancia de la riqueza: «A punto tal que una sola prosternación (en oración) será mejor entonces que el mundo y todo cuanto él contiene». Y en una tercera versión se dan otros signos especiales de la época de la aparición de Jesús (P): «Y serán abandonadas las camellas, y él no montará en ellas, y huirá la enemistad, el odio y la envidia. Entonces serán llamados los seres hacia la riqueza y nadie la aceptará».
Dijo el Profeta (BPDyC): «No habrá entre mí y él (Jesús) Profeta alguno, y él está por venir. Cuando lo veáis lo conoceréis porque es un hombre de estatura media, más alto que bajo; su tez más cerca al rosado y al blanco. Aparecerá (vestido) con dos capas amarillentas, y su cabeza parecerá gotear, aunque no tenga humedad. Luchará por el Islam en contra de la gente que se oponga a éste, y Allah suprimirá en su época a todas las comunidades, excepto el Islam. Exterminará al falso mesías (al anticristo) y luego permanecerá en la tierra durante cuarenta años. Después fallecerá y los musulmanes rezarán por él».
Estos hadices o tradiciones del Profeta (BPDyC) contienen una notable información acerca del Mesías, Jesús, el hijo de María, con él sea la Paz. Nada de esto encontramos en la tradición cristiana, sino que por el contrario éstas son en muchos aspectos profecías que van en contra de algunas creencias principales del cristianismo. Poco interesa esto último, porque una profecía no se aprecia por el contenido teológico o filosófico que presenta, sino por su veracidad o su falsedad, y eso solamente lo demuestra el tiempo. No se debe rechazar o aceptar una profecía en base a la creencia que alguien tenga, la profecía o bien es verdadera, o bien es falsa, y eso únicamente se verifica con su concreción o no.
Los musulmanes aceptan estas profecías en base a la tradición, es decir por haberse comprobado que el modo de su transmisión y el contenido del texto que nos llega son auténticos5.
En las profecías recién mencionadas se habla sobre la «capitación», es decir un tipo de impuesto que abonaban los que no eran musulmanes pero que vivían en territorio islámico, en compensación por sus estatus de protegidos del Islam. No tenían que servir en los ejércitos, no tenían obligaciones con el gobierno, y recibían en cambio iguales derechos económicos y religiosos. Ejemplo de ello son los cristianos y judíos que vivían en el territorio del Islam. Debido a esto abonaban un impuesto compensatorio, llamado yizíah, «capitación» (impuesto «por cabeza»).
Hoy en día en los países islámicos ya no se aplica esta disposición, y ello parece ser una señal preanunciadora de la misión de Jesús (P), que según el Profeta (BPDyC) eliminaría la capitación.
Habrá quizás en estas profecías aspectos chocantes para los cristianos, como cuando dice: «Romperá el crucifijo», es decir, la imagen del crucificado, cuya importancia reside en el significado teológico que las iglesias cristianas dan a esa imagen. Es evidente que la profecía no se refiere tanto al objeto material, al «crucifijo», cuanto a la interpretación teológica de la crucifixión, creada por la iglesia, y que representa la médula de la actual religión cristiana. ¿Se trata de una tradición auténtica y adecuada a la vida espiritual?, ¿o es una teología creada para una mentalidad que ya no existe?. Pero lo más importante es preguntarse: ¿Esta teología tiene algo que ver con el verdadero Mensaje de Jesús (P)?
El Islam sostiene que el Mensaje de Jesús (P) fue modificado para adaptarlo a la mentalidad pagana que predominaba en occidente en épocas del Imperio Romano. Hoy, a casi dos mil años de distancia, esa mentalidad ha desaparecido casi totalmente. Ya no se «concibe» la teología de la encarnación, del pecado original irredimible por parte del hombre, del sacrificio de la cruz. Este simbolismo tiene como telón de fondo a la concepción trinitaria, que también hoy parece no ser comprendida por la gente de occidente. Todo esto ya no conmueve al occidental actual, ni le enseña a conocerse a sí mismo, como si una interpretación semejante de lo sagrado le quedara apretada, como su ropa de la niñez.
Poco importa, entonces, la discusión teológica sobre si esas ideas de pecado, sacrificio, eucaristía y trinidad, son o no «verdaderas», cuando en realidad han sido superadas por la vida del hombre occidental, el que para su bien, a veces, a veces para su mal, ha desarrollado su mente, y ya no acepta una interpretación que no «siente» ni comprende, que era adecuada para su infancia, pero no para su adultez.
Las profecías insisten que en la época de la segunda venida de Jesús (P) predominará el rechazo de las riquezas, y habrá un crecimiento de la piedad en lugar de la ambición. Esto será consecuencia de la purificación que conseguirá el ser humano en esa época, purificación que llegará a tal punto que una sola prosternación en rezo será para él mejor que toda la riqueza del mundo. En esa época, el corazón de los seres estará rebozando de Fe, «huirán la enemistad, el odio y la envidia»...6
Otra novedad es que en la época en que aparezca el Mesías (P), los pueblos que como el árabe desde tiempo inmemorial utilizan el camello para transporte (a tal punto que decir «árabe» es pensar en su camello), abandonarán este animal como medio de transporte, es decir abandonarán su forma de vida habitual. No necesitarán de esos animales porque habrán aparecido otros medios de transporte. ¿No estamos describiendo nuestra época, en la cual ya los árabes han «abandonado las camellas», como dice el Sagrado Corán, y emplean automotores? Este es un signo del Fin de los Tiempos y de la concreción de los acontecimientos anunciados en las profecías.
Hemos mencionado una profecía que nos informa sobre la ausencia de Profetas y Mensajeros entre Muhammad (BPDyC) y la segunda venida de Jesús (P), al Fin de los Tiempos, que dice «no habrá entre mí (Muhammad) y él (Jesús en su segunda venida) Profeta alguno». Curiosamente estos dos Profetas y Mensajeros (BP) presentan la particularidad de venir en el tiempo uno detrás de otro, y no haber ningún Profeta interpuesto entre ambos. Así desde la primera misión de Jesús (P) hasta la del Profeta Muhammad (BPDyC), en el 571 d.C., no hubo otros Profetas. Pero también desde la desaparición de Muhammad (BPDyC) hasta la reaparición de Jesús (P) tampoco los habrá. Se trata de dos «interregnos», el primero de ellos mencionado en el propio Sagrado Corán que dice: «¡Gentes de la Escritura (cristianos y judíos)! Os ha venido Nuestro Mensajero para evidenciaros la Verdad, después de una suspensión del envío de los Mensajeros» (5:19). Esta es también una característica del Fin de los Tiempos.
Algo de suma importancia a tener en cuenta es que la próxima venida de Jesús (P) tiene un significado muy diferente a la primera. En la primera predicó una revelación, que anunciaba la próxima venida del Reino de Dios, lo cual significaba la aparición de Muhammad (BPDyC) y del Sagrado Corán. El Islam es para nosotros el verdadero Reino de Dios anunciado por Jesús (P). Pero en su próxima venida él no tendrá a cargo predicar nada nuevo, porque todo ya ha sido revelado, sino que su tarea consistirá en: 1) Eliminar el crucifijo, a lo que ya nos hemos referido; 2) matar a todos los cerdos que haya sobre la tierra, lo cual podría ser interpretado, además de la forma literal (la extirpación de esos animales), también de una forma metafórica; 3) eliminar la capitación, lo cual supone modificar una disposición de la ley islámica, disposición que separaba a la comunidad de «la gente de la Escritura» (cristianos y judíos) respecto de la de los musulmanes.
Son tres tareas enfocadas hacia la comunidad cristiana, y por extensión a la judía. ¿Pero qué otras tareas de Jesús (P) conciernen al resto de la gente?: 1) Aparece como «juez equitativo», principalmente para los cristianos, pero también para el resto de la gente; 2) purificará a la humanidad de sus vicios; 3) luchará por el Islam contra sus enemigos, hasta hacerlo prevalecer sobre el resto de las tradiciones; 4) eliminará al «falso mesías» o «anticristo», que por entonces gobernará la tierra, y al cual nos referiremos más adelante.
Si alguien piensa que estas profecías son sectarias y contrarias al cristianismo se equivoca, porque como ya hemos dicho las profecías no son materia de discusión teológica o filosófica. Lo que vale de una profecía es que anuncian hechos concretos, no dogmas de fe, y por lo tanto lo único que interesa es su veracidad o su falsedad, lo cual está vinculado a un tiempo por venir. Del mismo modo los Profetas Isaías y Jeremías (P) podrían ser acusados de fanáticos enemigos de la religión judía, porque anunciaron cosas contrarias al pueblo judío, el Mesías (P) podría ser acusado de lo mismo, por haber anunciado que de Jerusalén no quedaría piedra sobre piedra. No es así, una profecía se juzga de acuerdo a su mero contenido, no agrega ni quita nada a la fe de las personas, únicamente la confirma, en caso de que la profecía se concrete.
Las profecías de Muhammad (BPDyC) provienen de hace 1400 años, de un Profeta que no tenía ninguna posibilidad de enfrentarse al cristianismo, el que por entonces era una religión poderosa que cubría gran parte del Cercano Oriente. Pero el Profeta (BPDyC) no tenía tampoco por qué enfrentarse al cristianismo, y nunca demostró desear hacerlo sino todo lo contrario.
Muhammad (BPDyC) era un Profeta del desierto, con una comunidad débil ¡¿cómo podría pensar siquiera que Jesús (P) en su segunda venida «luchará por el Islam», o «eliminará el crucifijo», cuando las teologías de la trinidad y la encarnación por entonces eran doctrina firme y acatada por todos los cristianos?!. ¡¿Cómo es posible que él anunciara que «eliminará la capitación», cuando esta ordenanza ni remotamente había sido impuesta todavía a los cristianos del Cercano Oriente sino a los pocos de Arabia?!
Uno de los aspectos extraordinarios de estas profecías es que dan de Jesús (P) una idea activa, fuerte, no anodina y débil. Jesús (P) no es un fracasado que se conforma con la injusticia, sino que «exterminará al falso mesías (o anticristo)». Los cristianos, por el contrario, consideran la segunda venida de Jesús (P) como la de un ser celestial, pasivo, incapaz de portar armas o utilizarlas. No es así, su venida con la espada está anunciada para la segunda época de su misión. Pero si sus mismos discípulos de la primera época tenían espadas... Como se recordará él ordenó a Pedro envainar la espada, lo cual quiere decir que la llevaba. Cualquier Profeta puede utilizar la espada por orden divina, como la utilizó Abraham, Moisés, David, Salomón y otros. La falsa idea de que la fe no utiliza la espada está lamentablemente contra todas las pruebas históricas, sobre todo las que se refieren al cristianismo y al judaísmo.
Las diferencias entre las comunidades islámica, cristiana y judía desaparecerá en el Final de los tiempos, Jesús impondrá la ley revelada por el Sagrado Corán, como el último Mensaje para la humanidad. Reinará en Jerusalén durante cuarenta años, y algunos sabios musulmanes, como Al-Gazali, agregan que se casará y que tendrá hijos, siendo su descendencia la que purificará a la raza humana. Siendo Mesías (purificado y perfecto), los que desciendan de él constituirán una humanidad purificada, como vuelta al origen. La humanidad actual está maltrecha y deformada, y él sería como el próximo Adán de una nueva etapa de la humanidad.
Otra tradición del Profeta (BPDyC) dice lo siguiente: «¡Por Aquel en Cuyas manos se encuentra mi alma! El hijo de María dará aleluyas en la quebrada de Rauhá’ (localidad a 10 Km. de la actual ciudad sagrada Medina, en Arabia Saudita), de peregrinación o visitación, o uniendo ambas a la vez».
La peregrinación a la ciudad sagrada de La Meca es uno de los deberes religiosos que el musulmán cumple al menos una vez en la vida. Se realiza en el último mes del calendario lunar islámico, y consiste en visitar la sagrada Ka’bah, el Templo de Allah, situado en el valle de La Meca. Además de la peregrinación se efectúa la visitación o pequeña peregrinación, sea junto con la peregrinación, sea durante el resto del año. La visitación consiste en realizar idénticas devociones ante el Templo, pero se omiten algunos ritos de la peregrinación. Es posible, entonces, unir la visitación y la peregrinación y realizarlas al mismo tiempo, en época de peregrinación, de tal modo de cumplir con ambas, y esto es lo debido7.
Según la tradición que comentamos, Jesús (P) visitará el Templo de la Ka’bah, cumpliendo una u otra forma de la peregrinación, y dará aleluyas (del árabe hal-lala, que significa invocar a Allah) en un lugar determinado de su viaje. Esta práctica de invocar a Dios forma parte de los ritos del peregrino durante su marcha hacia el Templo.
El Dayyal o falso mesías
Cuenta una de las seguidoras del Profeta, (BPDyC) llamada Fátima Bint Qais, que cierto día escuchó la llamada a oración comunitaria y cuando el Profeta (BPDyC) terminó la oración se sentó en su estrado, mientras sonreía, y dijo:
«¡Que cada uno permanezca en su lugar!». Luego preguntó: «¿Sabéis para qué os he convocado?»... Continuó: «¡Por Allah!, no os he convocado por algún anhelo, ni por ningún temor, sino porque Tamim Al-Dari, que era cristiano, vino a mi y me dió el juramento de lealtad y se islamizó. El me contó algo que coincide con lo que os narraba del falso mesías. Me contó que embarcó en un navío con treinta hombres... y que las corrientes jugaron con ellos durante un mes en el mar. Luego recalaron en una isla, al ocaso, y se instalaron en los botes del navío para desembarcar en ella». Y sigue contando otros incidentes hasta agregar: «Luego fuimos prestamente hasta entrar en el monasterio (que allí había), y he aquí un hombre, lo más extraordinario que habíamos visto jamás, y nunca tan amarrado, pues tenía sus manos atadas juntadas a su cuello, y entre sus hombros y su cuello estaba encadenado. Exclamamos: ‘¡Pobre de tí! ¿Quién eres?’. Respondió: ‘Vosotros podréis saber sobre mí, pero informadme quiénes sois’. Respondimos: ‘Somos árabes, nos hemos hecho a la mar en un navío y coincidimos con un mar turbado, jugando las olas con nosotros durante un mes. Luego recalamos en esta isla, y vinimos en un bote...’ Preguntó el encadenado: ‘Informadme sobre las palmeras de Baisan (en Palestina, al sur del Tiberíades)... Os pregunto por sus datileras, ¿todavía dan frutos?’. Contestamos: ‘Sí’. Dijo: ‘Pero está pronto, sin duda, el día en que no den frutoInformadme acerca del lago Tiberíades...¿todavía tiene agua?’. Respondimos: ‘Si, mucha agua’, Dijo: ‘Empero su agua está pronta a desaparecer. Informadme sobre el manantial de Zugar...¿hay en él agua?, ¿sus habitantes siempre utilizan el agua del manantial?’. Respondimos: ‘Sí, tiene mucha agua y sus habitantes siempre la utilizan’. Preguntó: ‘Informadme acerca del Profeta Fiel (Muhammad) ¿Qué es de él?’. Contestamos: ‘Salió de La Meca y se instaló en Medina’. Preguntó: ‘¿Los árabes lucharon contra él?’. Respondimos: ‘Sí’. Inquirió: ‘¿Qué hizo con ellos?’. Y le respondimos que se había impuesto sobre el resto de los árabes y que éstos lo obedecían. Exclamó: ‘¿Esto ha sucedido de verdad?’. Dijimos: ‘Sí’. Afirmó: ‘Es mejor para ellos que lo obedezcan. En cuanto a mí, os informo... Soy el falso mesías y está pronto que se me permita aparecer. Surgiré y recorreré la tierra y no dejaré lugar de ella sin descender en él durante cuarenta días, excepto La Meca y Medina, pues ambas me han sido prohibidas. Cada vez que lo intente me recibirá un ángel en cuya mano tendrá una espada blandiente que me repelerá de allí. En cada paso montañoso hacia ellas habrá ángeles que las resguarden’... Entonces el Profeta (BPDyC) dijo: ‘¿Vendrá del mar de Siria, o del mar del Yemen?. No, sino que vendrá de la parte de oriente. ¿De donde será?... de la parte de oriente’, y señaló con la mano hacia oriente...»
El que narró al Profeta (BPDyC) esta historia, llamado Tamim Al-Dari, era un árabe de Palestina, de religión cristiana. El Profeta (BPDyC) solía convocar a la gente mediante el llamado a oración comunitaria cuando sucedía algo trascendente que ellos debían conocer. La noticia del Dayyal o falso mesías había estado entre los temas en los que el Profeta (BPDyC) había insistido últimamente, por eso dice «él me contó algo que coincide con lo que os narraba el falso mesías». En una tradición se dice que el Profeta (BPDyC) insistió mucho en sus disertaciones, durante cierto período, sobre el tema del falso mesías, y que estuvo un mes o más enseñando al respecto.
El escenario de los hechos que se mencionan en la narración es bien adecuado al tipo de información que se quiere transmitir, una información oculta, extraordinaria: El mar embravecido durante un mes, algo verdaderamente insólito, el barco perdido en medio de esa turbulencia, una isla desconocida... El estado en que se encontraba el hombre del monasterio, amarrado en forma total, nos transmite la impresión de un sujeto peligroso, que debe permanecer en ese estado durante tanto tiempo como sea necesario. El hecho de que se encuentre en un monasterio también es simbólico, es decir está encadenado en un lugar de oración, de vida espiritual, porque él representa todo lo contrario.
Inmediatamente pregunta por los signos que en Palestina indicarán su aparición. Los palmerales de Baisán dejarán de dar dátiles, el lago de Tiberíades quedará seco, un manantial también de Palestina dejará de surtir agua, y, por fin, la aparición de Muhammad (BPDyC), que precede a la del falso mesías y a la segunda venida del verdadero Mesías (P).
Ahora bien, esta narración obliga a pensar que el falso mesías está ya presente en este mundo, desde una época que desconocemos, y que solamente necesita ser desencadenado. ¿Pero está presente como una persona viva, o lo está en un sentido metafórico? Y en este último caso, ¿cómo se puede interpretar la narración citada, que figura en una de las colecciones más veraces, como lo es la de Muslim? Se puede pensar que lo que dice la narración es veraz, pero que le sucedió al que la cuenta sólo para que sirviera de prueba a los creyentes, como anuncio de la proximidad del Dayyal o falso mesías, con la mención de los signos que lo precederán. A veces no es necesario que este tipo de sucesos sean «reales», es decir pertenezcan a la vida habitual a los seres humanos, sino que basta que se presenten en sueños para ser creíbles. En este caso se presenta como algo que aconteció en un lugar y en un momento del tiempo, para dar más certidumbre a lo que se narra.
Otra tradición profética dice: «Aparecerá el Dayyal en una época de debilidad en la religión, de escasez del conocimiento (espiritual). Dominará cuarenta días viajando por la tierra, un día de ellos equivalente a un año, otro equivalente a un mes, otro equivalente a una semana, y el resto de los días serán iguales a vuestros días comunes. Tendrá una montura sobre la que se trasladará cuyo largo será de cuarenta brazadas. Dirá a la gente: ‘¡Yo soy vuestro Dios!’, aunque sin embargo es bizco (es decir imperfecto). ¡Vuestro Señor no es por cierto bizco!. Tendrá escrito entre sus dos ojos: K(a)F(i)R (impío) como una prueba (en su contra), lo que podrá leer cualquier creyente, sea letrado o analfabeto. Hollará toda agua y toda tierra, excepto Medina y La Meca, a las que Allah, exaltado sea, se las prohibió, y cuyos accesos guardarán los ángeles... Allah enviará con él (con el falso mesías) algunos satanaces que hablarán a la gente, y él ejercerá una gran tentación: Ordenará al cielo llover y éste lo hará a la vista de la gente, y matará a uno y luego lo resucitará a la vista de la gente, pero no podrá imponer esto (la resurrección) a ninguna otra alma. Proclamará: ‘¡Humanidad! ¿Acaso puede hacer esto otro que el Señor...?’»
Esta tradición nos dice más sobre la época en que aparecerá el falso mesías. Será una época escéptica, donde no haya fe, como lo es la nuestra en gran medida. A ello va enlazado el desconocimiento de lo espiritual, de la sabiduría, que hoy casi no existe. Por otras tradiciones sabemos que en el Fin de los Tiempos predominará la corrupción gubernamental y social, gobernarán los peores y estarán desprestigiadas las personas de bien. La familia será destruida, no se respetará a los padres, y los hijos manejarán su vida a su antojo desde muy jóvenes. Otros rasgos de esa época ya han sido comentados en otro lugar de este escrito.
Por esta tradición sabemos que el falso mesías gobernará la tierra entera durante un lapso de cuarenta días. Pero, en realidad, este lapso de tiempo es aparente, porque es más largo al principio y más corto al final, lo cual significa que «cuarenta» indica una duración simbólica, indefinida, más que una cantidad exacta.
Al-Mahdi, con él sea la Paz
Así se llama en el Islam al Restaurador espiritual de nuestra época, al máximo conductor espiritual de la humanidad en el Fin de los Tiempos, que reimplantará la paz y la justicia en el mundo, como dicen las tradiciones que luego citaremos. Ya habíamos adelantado algo sobre el significado del apelativo Al-Mahdí, pero además debemos saber que es el conductor de toda la humanidad, no sólo de los musulmanes, pues hereda su autoridad del Profeta (BPDyC) y éste fue un Mensajero universal. Es el gobernante espiritual y político de todos los pueblos, aunque especialmente pertenezca al Islam e imponga la Ley del Sagrado Corán a toda la tierra.
Los hadices o tradiciones recopilados sobre el tema llegan a más de 6.000, de muy variadas fuentes y de todas las tendencias dentro del Islam. Aclaramos que los dos sectores principales entre los musulmanes aceptan la existencia de este Restaurador, y creen con alguna variantes en su próxima aparición, los sunnitas sosteniendo que está por nacer en el futuro, los shiitas creyendo que ya nació y que se encuentra oculto en el mundo. Nosotros citaremos aquí unas pocas tradiciones de ambas tendencias, que en el fondo no discrepan en nada.
No existen en el Islam tantas numerosas tradiciones dedicadas sólo a un mismo tema en particular. Pero ello no significa que todas ellas sean ciertas, exentas de agregados o distorsiones. Muchas de las informaciones sobre Al-Mahdí (P) se atribuyen a la Descendencia del Profeta (BPDyC), pero también son numerosas las que se remontan al Profeta mismo.
La aparición de Al-Mahdí es uno de los grandes signos del Fin de los tiempos. Dijo el Profeta (BPDyC):
«Si no restará del mundo más que un solo día, Allah lo alargaría hasta hacer surgir en él a un hombre de mi prosapia o dijo ‘de la gente de mi Casa’8, cuyo nombre coincidirá con el mío Muhammad,... que llenará la tierra de equidad y justicia, como estuvo antes repleta de injusticia y tiranía.»
Y de Alí Ibn Abi Talib, el cuarto Califa (que Allah ennoblezca su rostro y le de Su Complacencia y Su Paz) se registra que narró que el Mensajero de Allah (BPDyC) expresó:
«Si no restara del tiempo más que un día, sin duda que Allah suscitaría en él un hombre de la Gente de mi Casa que llenará la tierra de justicia como estuvo llena de tiranía».
El Mahdí, el Restaurador o el Reorientador, es según estas tradiciones un descendiente del Profeta (BPDyC), por la línea de Alí y de Fátima, la hija menor del Profeta, que es la única de sus hijas que le dió descendencia. La función del Mahdí no se limita a un sólo pueblo o religión, o a un sólo territorio, es universal, mundial, respecto de todos los pueblos, las regiones del planeta y las religiones. Por el contrario, Jesús (P), que también aparece al mismo tiempo que Al-Mahdí, cumple una misión predominantemente dirigida a los cristianos y a los judíos, aunque no exenta de consecuencias formidables para el resto del mundo.
Jesús (P) vendrá a restituir en su pureza original el Mensaje de que fue portador en su primera misión, y a realizar determinados actos, tal como lo hemos mencionado antes. La relación entre ambos es de coordinación, reconocimiento, colaboración y amor. Jesús desciende al mundo después que el Mahdí (con ellos sean la Complacencia y la Paz) haya aparecido, y que se encuentre a punto de iniciar su misión desde La Meca. Allí va Jesús (P), y las tradiciones cuentan que llega a la hora de una de las oraciones islámicas y se suma a los que la realizan, detrás de Al-Mahdí.
Una de las tradiciones antes citadas dice: «Si no restara del tiempo más que un día» Esto tiene que ver, para nosotros, con la cualidad temporal del mundo actual, el «alargamiento del tiempo» es decir el lapso suplementario que vivimos. Nuestra época es como un día alargado, pero es como si se tratase de un sólo día, un sólo momento, porque en realidad el tiempo se cerró en el orden sagrado («se acabó el tiempo»). Nuestro mundo tendría que haber desaparecido, y a ello se refiere una tradición del Profeta (BPDyC) que dice «he visto al tiempo cerrar su círculo como era cuando Allah creó los cielos y la tierra».
¿Qué significa, entonces, esta época, el tiempo que vivimos? Es un lapso de gracia, suplementario, que existe sólo como fruto de la Misericordia divina. Muhammad (BPDyC) es el Signo de la Misericordia, o como es llamado por la tradición islámica, el Profeta de la Misericordia. Y el nuestro es su tiempo, el tiempo de la Misericordia, un lapso de tregua y una oportunidad única, un tiempo especial en la historia de la humanidad. Como cuando un gobierno decreta una amnistía, y los delincuentes tienen la oportunidad de terminar con su pena: Tal es nuestro tiempo, gracias a la más bella criatura de Allah, el Profeta Muhammad (BPDyC).
En las tradiciones sobre la ascensión del Profeta (BPDyC) se narra que cuando alcanzaba algún nuevo nivel metafísico, los Profetas de cada cielo lo recibían diciendo: «¡Bienvenido sea el hermano fiel, el amado de Allah, surgido para el mejor tiempo!». Es por él que Allah demora el Castigo de esta humanidad, a pesar de estar más justificado que en el caso de Sodoma y Gomorra. Como dice el Sagrado Corán: La Hora viene sin duda, es posible que Yo la oculte para que cada alma sea recompensada por aquello en que se haya empeñado. (20:l5).
¿Pero ésta es la única cualidad de nuestro tiempo, la de ser el tiempo de la Misericordia?, ¿ha dejado éste de ser el mundo de la prueba, por haberse manifestado en plenitud la Misericordia? No, porque en la medida que el tiempo ha llegado a su plenitud con la revelación del Sagrado Corán y la aparición del Profeta (BPDyC) ha aumentado también la prueba, y el riesgo de caer más hondo debido a la mayor altura. Es por eso que la aceptación de las verdades del Sagrado Corán libera como nunca antes pudo hacerlo revelación alguna, pues dan un conocimiento tan elevado y luminoso que constituye una verdadera bendición y fuente de felicidad. Esto es verificable hasta en aquellos que no extraen esos conocimientos del Sagrado Corán mismo, sino que los encuentran en el tesoro de su intelecto, porque es la época de la Misericordia, lo cual también significa que es la era del máximo conocimiento. Pero el rechazo de las verdades reveladas, el odiar al Profeta (BPDyC) y combatirlo representan en nuestra época el mal, y cualquiera sea su éxito momentáneo los enemigos del Islam se hundirán en el fracaso y en la desolación.
Esto tiene que ver con la función de Al-Mahdí como el conductor espiritual universal de nuestra época. El que acepta la necesidad de un Poder divino sobre la tierra, que la gobierne y que dirija a los hombres hacia la plenitud de sus posibilidades espirituales, y a la concreción de la justicia, entonces debe aceptar que Allah, Dios, pone ese Poder divino en el que El quiera. También puso a Satanás, con su poder maligno, como nuestro enemigo. No es posible que exista el poder maligno localizado en alguien, y que no exista el Poder divino localizado en nadie.
En otra tradición dice que Ummu Salama, una esposa del Profeta (BPDyC), narró lo siguiente:
«Escuché al Mensajero de Allah (BPDyC) decir: ‘El Mahdi es de mi descendencia. Será de frente despejada (calvo por la mitad anterior de su cabeza), de nariz aquilina, y llenará la tierra de equidad y justicia, como estuvo llena de injusticia y tiranía. Gobernará siete años’.»
El Mahdí gobernará toda la tierra, y enviará a sus lugartenientes, que serán 313, la misma cantidad de los combatientes musulmanes en la batalla de Badr, la primera del Islam, a todas las regiones de la tierra. Se opondrán a él los opresores que entonces se encuentren gobernando, los impíos que sostienen el ateísmo, los judíos que habrán seguido en su mayoría al falso mesías o anticristo, los cristianos que hayan creído que el anticristo era Jesús vuelto al mundo, y los musulmanes que hayan sido atraídos por tal falso mesías. Al-Mahdí los vencerá por las armas.
Existen numerosas otras tradiciones sobre Al-Mahdí, la Complacencia de Allah sea con él, que describen sus acciones. En una de ellas Alí 9 cuenta:
«Enviará Al-Mahdí a sus emires a todos los rincones (de la tierra), con la justicia para las gentes...( y luego de otras descripciones agregó:) el mal se desvanecerá y sólo permanecerá el bien...»
Hasta aquí hemos citado de fuentes sunnitas. En las imamitas se narran numerosas tradiciones que nosotros sintetizamos en lo que sigue:
Alguien le dijo a uno de los Imames de la Descendencia del Profeta (BPDyC): «Seguramente que yo anhelaría que tú fueras el Restaurador surgido de la Descendencia de Muhammad (BPDyC), que llenará la tierra de equidad y justicia como estuvo llena de injusticia y opresión». El contestó: «...No hay ninguno de nosotros los Imames de la Descendencia del Profeta (BPDyC) que no sea un Restaurador por mandato de Allah Poderoso y Majestuoso, y que no sea Guía hacia la fe de Allah. Empero el Restaurador con el cual Allah purificará la tierra de la gente de la impiedad y del rechazo de lo Divino, y que la llenará de justicia y equidad, será quien su nacimiento se ocultará de la humanidad y desaparecerá de ella su persona, y les estará vedado su nombre, siendo este el del Mensajero de Allah (BPDyC) y su mismo apodo Abu Al-Qasim. Para él se plegará la tierra no habrá distancia y se le allanará todo dificultad (u obstáculo). Se reunirán con él de sus compañeros el número de la gente de Badr el número de los combatientes en esa batalla, la primera victoria del Islam: 313 personas, de lo más apartado de la tierra. Tal es el dicho de Allah Poderoso y Majestuoso: Donde os encontréis os traerá Allah a todos vosotros. Por cierto que Allah es Todopoderoso 2:148. Y cuando se haya reunido con él este número de la gente de la sinceridad y la entrega, Allah impondrá su causa o la hará manifiesta. Y cuando se complete para él lo concertado, que es 10.000 hombres (o personas), él saldrá para dominar la tierra con la anuencia de Allah Poderoso y Majestuoso, y no cesará de eliminar a los enemigos de Allah hasta que Allah esté complacido». Le preguntó su interlocutor: «¡Señor mío! ¿Cómo sabrá él que Allah Poderoso y Majestuoso se habrá complacido?» Respondió: «Allah volcará en su corazón la Misericordia, y cuando penetre en Madina expulsará de allí a Al-Lat y Al-Uzzah dos ídolos de los paganos anteriores al Islam y los quemará».
Alí Zain Al-Abidin, hijo del Imam Al-Husain el nieto del Profeta (BPDyC) expresó: «Los que no se hallarán en sus lechos por haber partido por la noche convocados por Al-Mahdí son 313 hombres, el mismo número de la gente de Badr que amanecerán en La Meca. Tal es el dicho de Allah Poderoso y Majestuoso: Donde os encontréis... 2:148 que son el número de los compañeros del Restaurador (P)» .
En otra tradición en el mismo sentido uno de los Imames descendientes del Profeta (BPDyC), agrega sobre los Emires de Al-Mahdí: «...Ellos son, ¡por Allah!, la comunidad numerada menciona en el Sagrado Corán 11:8 que se reunirá en un mismo momento raudos como el viento de otoño».
En otra tradición se agrega: «Cuando sea autorizado el Imam Al-Mahdí a salir para su misión Allah lo convocará... y estarán a su disposición sus compañeros, los 313 raudos como viento de otoño. Son los de su confianza. Y de ellos habrá a quienes no los hallen en su lecho por la noche, amaneciendo en La Meca. Y de ellos habrá quien sea visto viajar en las nubes durante el día, quien se conocerá por su nombre y el nombre de su padre, y su linaje» Cuenta el que escuchó esta tradición: «...Pregunté: `¿Cuál de ellos será de mayor fe grado espiritual?’» Respondió: «El que viaje en las nubes durante el día...».
Existen dos grupos de seguidores de Al-Mahdí, uno el de sus Emires, quienes son 313, como dicen las tradiciones, y son la gente de su confianza o intimidad. Por otra parte, habrá un grupo de 10.000 que estarán dedicados exclusivamente a luchar por la Causa divina. Ambos grupos estarán formados por todas las razas, culturas y tradiciones religiosas, excepto que los de más alta jerarquía son musulmanes. Al-Mahdí aparecerá cuando se complete su número.
Los ídolos mencionados en la primera tradición fueron destruidos por el Profeta (BPDyC) en La Meca, en el templo de la Ka‘bah, al principio del Islam. Pero aquí que se dice que serán destruidos en Medina, aunque como sabemos dichos ídolos no existen en la actualidad. «Medina» es aquí mencionada como símbolo de todas las organizaciones religiosas, y no sólo se refiere al Islam, porque la tarea de Al-Mahdí comprenderá a todas las religiones y a todos los hombres, aunque él impondrá el Islam en toda la tierra. Por lo tanto, la tradición expresa metafóricamente que los jerarcas de todas las religiones que las utilizan en provecho propio y distorsionan la fe, serán destituidos, exceptuando a quienes sirven a Allah con pureza.
Los compañeros de Al-Mahdí amanecerán en La Meca el día viernes, provenientes de todos los puntos de la tierra, con todo tipo de vestimentas, sin que nadie los haya visto llegar por ningún medio. A algunos sus parientes no los encontrarán en su lecho por la mañana habiendo partido convocados por Al-Mahdí.
Como dice una tradición el viaje de los 313 será extraordinario, para algunos «se plegará» la tierra llegando allí en pocos instantes, caminando, desde los más lejanos confines. Otros, como también dice, volarán por los aires, lo cual indica probablemente que llegarán en avión. Entre éstos el más importante es alguien muy conocido en esa época por su linaje y el nombre de su padre. De los 313 los de mayor intimidad pertenecen seguramente a la Descendencia del Profeta (BPDyC).
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