En el gremio periodístico nadie ignora que durante los gobiernos populistas de Luis Echeverría y de José López Portillo –de 1970 a 1982–, los medios y los periodistas críticos vivieron algunos de los peores años de censura y persecución.
Por ejemplo, con la ayuda de esbirros a sueldo, Echeverría asaltó el diario Excélsior de aquellos años y, con ello, echó a los periodistas más críticos de la época, encabezados por Julio Scherer García.
De igual manera, con ayuda de la clandestina Liga Comunista 23 de Septiembre, Echeverría avaló el crimen del empresario regiomontano, Eugenio Garza Sada, quien al momento de ser asesinado –durante un supuesto intento de secuestro en septiembre de 1973–, se dirigía a pagar por el rescate de la mayor cadena de diarios del país, “Los Soles”, de José García Valseca.
Y es que en un nuevo intento para controlar a los medios, Echeverría había ahogado  económicamente a la cadena de diarios “El Sol” –entonces con más de 30 plazas en todo el país–, para ponerlos al servicio de su gobierno. 
Al final, una vez asesinado Garza Sada, Echeverría entregó los diarios a su amigo, Mario Vázquez Raña, quien desde entonces convirtió a “Los Soles” en instrumento al servicio del poder priísta.
A su vez, en un arrebato populista al mejor estilo autoritario, el presidente José López Portillo leyó la cartilla a medios y periodistas críticos cuando el 7 de junio de 1982 les gritó durante el festejo de la libertad de expresión: “!no les pago para que me peguen¡”. “Jolopo” vivía los peores momentos de su gobierno fallido.
Y es que en los 12 años del más feroz populismo mexicano –de 1970 a 1982–, la prensa mexicana cuestionó con severidad la llamada “docena trágica”, los gobiernos que llevaron a México a las peores crisis económicas conocidas hasta entones.
Hoy, casi medio siglo después de esos eventos negros para la prensa mexicana y para los periodistas críticos, otro López, el presidente López Obrador, se lanzó contra los medios y los periodistas críticos de su gestión, a los que, intolerante, amenazó abiertamente y les exigió cancelar la crítica a su fallido gobierno.
Y es que igual que en la primera mitad de los años 70 el populista Echeverría aplastó a la prensa critica, hoy, López Obrador lanzó todo el peso del Estado contra los medios críticos.
Y el pecado de esos medios fue decir la verdad, frente al gobierno más mentiroso de la historia.
Pero igual que lo hizo Echeverría hace casi medio siglo, Obrador no sólo amenazó a sus detractores, sino que les advirtió que tendrá consecuencias la crítica al poder y los cuestionamientos a los errores de su gobierno.
Lo simpático del “Déjà vu”, es que si bien en la primera mitad de los años 70 el gobierno de Echeverría asaltó el diario Excélsior para expulsar a los críticos, junto con Julio Scherer García, hoy López Obrador amenaza con asaltar El Universal y Reforma, con el aval de Julio Scherer Ibarra, hijo del director de Excélsior de los años 70.
¿Qué diría hoy Julio Scherer García no sólo de las amenazas de Obrador a El Universal y a Reforma, sino del papel vergonzoso de su hijo, Julio Scherrer Ibarra, al guardar silencio sobre la dictatorial persecución de los medios?
¿Qué diría Julio Scherer García de la siguiente declaración presidencial, la cual parece avalada por su hijo, Julio Scherer Ibarra, uno de los más cercanos sirvientes de AMLO?
Dijo AMLO, en la mañanera del martes 26 de mayo del 2020: “No quiero estar señalando siempre al Universal o al Reforma… los convoco a que depongan esa actitud… (la crítica),  porque si no me veré obligado… no es que les tenga yo mala fe o los vea con malos ojos, no tengo enemigos ni quiero tenerlos… pero como presidente de México tengo la obligación de informarle al pueblo… existe el derecho del pueblo a la información… Entonces si dejo pasar una noticia falsa y luego otra y otra y otra… pues es vivir en la confusión de un mundo enrarecido…”
En pocas palabras, López Obrador invita a los dueños de El Universal y de Reforma, a engañar a los mexicanos, los invita a la complicidad para que no se percaten del gobierno más nefasto de la historia de México.
Y el mensaje del presidente Obrador, es idéntico al mensaje de Echeverría y el de José López Porillo; “o dejan de criticar al gobierno o aténganse a las consecuencias”.
Se los dije.