viernes, 29 de mayo de 2020

Coronavirus: salud mental antes y después de la pandemia

El aislamiento forzoso y la necesidad de quedar resguardados de una amenaza letal por un virus nos ha lastimado

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Ansiedad, estrés y sensaciones de vacío y de frustración no eran ajenas a nuestra forma de vida exigente y ambiciosa
Nuestra vida cotidiana fue construida durante muchos años y con mucho esfuerzo por nuestros ancestros familiares que hicieron su camino basado en el bienestar,  para ofrecernos un mundo seguro y continuo, sostenido por formas, ideologías sistemas y objetos que nos fueron legados con mucho trabajo, con la consigna de creernos la especie privilegiada como  humanos sobre la tierra. En este podcast de Divagando en la mente de… analizaremos las consecuencias en la salud mental antes y después de la pandemia por coronavirus.
Las ideas sobre el conocimiento y avances de la ciencia y las herramientas de la tecnología nos hicieron creer que ya habíamos logrado tener control sobre todo, sobre cada esfera de la tierra, la luna, los astros.
Así también tendríamos la fantasía de la certidumbre y la creencia de una vida estable y duradera, sujetas a frases como hasta que la muerte nos separe o aquí mando yo. Nos daban la sensación de control y de durabilidad durante cada mañana que tomábamos un café antes de comenzar las rutinas cotidianas, que aunque estresados, estábamos listos para desarrollar.
Ansiedad, estrés y sensaciones de vacío y de frustración no eran ajenas a nuestra forma de vida exigente y ambiciosa. Pero nada es estático y sorpresivamente apareció un evento mundial como la pandemia por coronavirus que nos obligó a modificar sustancialmente todo lo ya  habíamos construido en el mundo exterior e interior. Como si estuviéramos en una película de ficción surrealista del fin del mundo.
Aunque los cambios externos tuvimos que realizarlos inmediatamente, aceptar y modificar nuestro pensamiento y nuestras creencias es más lento, tardamos más en entender que está pasando y aún más aceptarlo.
Estamos tristes, asustados, confundidos. La nostalgia nos acompaña en los cambios forzados, y en tres meses de confinamiento hemos transitado a una nueva forma de vivir más solitaria. Hemos logrado flexibilidad para poder sobrevivir al enemigo minúsculo del virus del Covid-19 que nos tiene a todos asustados para evitar ser infectados, y a su vez enfermar.
El aislamiento forzoso y la necesidad de quedar resguardados de una amenaza letal nos ha lastimado. Aunque el estrés es una respuesta natural del organismo a situaciones puntuales que suponen una novedad, un desafío o incluso un trauma, cuando esta respuesta se mantiene de forma prolongada en el tiempo se llega a una situación clínica a la que se denomina estrés crónico y puede tener importantes consecuencias para la salud física y mental.
Definimos trauma a una impresión sensorial que supera la capacidad psíquica de descarga, (mediante la motilidad y la representación mental) . Es una violación psíquica que fragmenta al yo arrojándolo a un tiempo eterno de dolor psíquico.
El trauma no se borra, se queda y hace sus estragos en el cuerpo en la mente y en los pensamientos. Y a la salida de este periodo, que espero no se prolongue mucho más, estaremos todos con el síndrome del estrés post traumático (también conocido como TEPT), un trastorno que las personas presentan después de haber vivido o presenciado un acontecimiento impactante, terrorífico o peligroso.
Cada persona tendrá sus huellas sobre la adaptación en los días de confinamiento, recuerdos, sueños y aprendizajes y, si presentará síntomas, habrá que reconocer observar y atender de manera adecuada y profesional.
 El semáforo verde propuesto por el Gobierno de la CDMX, que nos permitirá salir ya a la nueva normalidad está cerca, pero sabemos que existe la probabilidad del incremento de trastornos mentales y emocionales por el confinamiento. Es muy común. La vulnerabilidad y la fragilidad nos hicieron sentir desamparo.

Escucha y descarga este episodio de Divagando en la mente de…

Pedir ayuda a los profesionales de la salud mental es una alternativa muy valiosa y necesaria para continuar cuidando nuestra salud mental que ha estado mermada por tantos días de confinamiento, de convivencia forzada ya sea con la familia o con uno mismo, limitados en los lugares de movimiento y con un futuro poco certero que no nos facilita el entender los nuevos patrones de vida cotidiana que nos depara este nuevo evento histórico.
Ruth Axelroad Divagando en la mente de
mgm

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