jueves, 6 de agosto de 2020

Publicada: jueves, 6 de agosto de 2020 5:34
Actualizada: jueves, 6 de agosto de 2020 6:55
De la zona del puerto de Beirut donde estallaron más de 2700 toneladas de nitrato de amonio la tarde del martes aún emana humo.
Beirut amaneció el miércoles ante un panorama desolador: es una capital devastada, que lleva a pensar en el apocalipsis, un día después de la fuerte explosión en el puerto que acabó con la vida de al menos 135 personas y ha dejado más de 5000 heridos.
Los equipos de rescate continúan sus labores para encontrar a las decenas de personas que permanecen sepultadas bajo los escombros de edificios completamente devastados. Y los hospitales está llenos de heridos y esperan la llegada de más heridos.
La magnitud de la explosión
El Servicio Geológico de EE.UU. (USGS, por sus siglas en inglés) informó que la detonación fue equivalente a un terremoto de magnitud 3,3 de grados de Richter.
El gobernador de Beirut, Marwan Abud, ha calificado la destrucción generada por dicha explosión a la devastación causada por la bomba atómica de Hiroshima y Nagasaki, de la que se cumplen este jueves 75 años.
Sin embargo, un equipo de especialistas de la Universidad de Sheffield (Reino Unido) estima que fue del equivalente a entre 1000 y 1500 toneladas de TNT, un 10% de la magnitud de la bomba de Hiroshima.
Foto satelital muestra la destrucción generada en el puerto de Beirut. (Fuente: Cnes 2020, Vía Airbus DS)

“Yo vi gente volando por el aire”
Según el gobernador de Beirut, Marwan Aboud, la explosión fue tan fuerte que, hasta 300 000 personas se quedaron sin domicilio debido a los enormes daños, estimados en más de 3000 millones de dólares, y que han afectado a más de la mitad de la capital de unos dos millones de habitantes.
“Barrios enteros han quedado reducidos a escombros. Los autos están volcados. La gente perdió sus hogares y sus medios de subsistencia”, aseguró Aya Majzoub, investigadora de Human Rights Watch en El Líbano, a CTV News Channel.
Ahmad Yasin, un ciudadano libanés, estaba en su automóvil, rumbo a casa en el momento de la explosión. “Mi auto saltó, vi gente volando por el aire”, dijo al mismo medio. “Tiendas, apartamentos, casas, todo se vino abajo. La gente estaba gritando, corriendo”, añadió.
La periodista Sunniva Rose vio una nube en forma de hongo que se elevaba mientras conducía hacia la ciudad para acercarse lo más posible.
Complot contra Hezbolá
Pese a que, de la zona del puerto de Beirut, destruido por la explosión de un almacén de nitrato de amonio, el humo continúa elevándose hacia el cielo, e incluso los equipos de bomberos y socorro no han podido acercarse al lugar de los hechos, los medios vinculados con Arabia Saudí, el régimen de Israel y los Estados Unidos empezaron difundir informes en los que ofrecen detalles sobre las causas de la explosión y culpan al Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) del incidente.
Hay que evitar los informes polémicos de estos medios y esperar hasta que el Gobierno libanés concluya sus investigaciones para aclarar las causas de la detonación. Pero también hay que ofrecer detalles minuciosos al respecto para entender qué grupos se benefician de dicha explosión.  
En primer lugar, aún no hay evidencia de que el accidente haya sido intencional, ni tampoco algo que muestre que la explosión haya sido accidental. Pero si actuamos como los medios saudíes y consideramos la explosión como un acto provocado a propósito, ¿quién se beneficia de esa tragedia en este momento?
Si consideramos que la explosión ha ocurrido en el marco de la escena general libanesa, donde la alianza entre EE.UU., el régimen de Tel Aviv y Arabia Saudí ha recurrido a todos los medios a su alcance para desarmar a Hezbolá, entonces, la guerra civil y matar de hambre a El Líbano no se consideran líneas rojas para esta coalición.
Silos de grano de Beirut quedo totalmente destruido.

Por lo que la explosión se produce en el marco del bloqueo estadounidense impuesto a Siria y El Líbano, apuntando al símbolo de la economía libanesa, que es el puerto de Beirut, y explotarlo para conseguir su objetivo más deseado que es el derrocamiento del Gobierno del premier Hasan Diab.
 Esta alianza busca incrementar la presión al Gobierno de Diab, mediante la incitación de los libaneses a salir a las calles.
Además, esta explosión se considera un salvavidas para la entidad israelí que ha estado en alerta después de matar a un combatiente de Hezbolá en un bombardeo en Damasco, capital de Siria.
Los israelíes llevan días esperando la respuesta de Hezbolá, que ahora puede retrasarse debido a la catástrofe que afectó a El Líbano, que también obligó al secretario general de Hezbolá, Seyed Hasan Nasralá, a posponer su discurso, previsto para este miércoles.
A pesar de las investigaciones preliminares que indicaron que la explosión fue accidental y se produjo debido a negligencia y mala gestión, sin embargo, Arabia Saudí, EE.UU., y el régimen israelí vinculan, de manera estúpida, la explosión con el tribunal Rafik Hariri.
El Tribunal Especial para el Líbano (TEL) dicta este viernes sentencia en el proceso desarrollado entre 2014 y 2018 por el asesinato del que fuera primer ministro del país, Rafik Hariri, quien murió en 2005 en Beirut de un atentado. Los cuatro acusados son partidarios de Hezbolá.
Esta alianza quiere insinuar que Hezbolá quería distraer la opinión pública de El Líbano del fallo que dictará el tribunal respecto la muerte de Hariri.
Pero aquí toca responder a estas preguntas:
¿Cómo Hezbolá puede destruir la economía de El Líbano mientras este movimiento es uno de los más interesados a apoyarla para enfrentar las sanciones económicas de Estados Unidos y Arabia Saudí?
¿Cómo puede contribuir Hezbolá a la caída del Gobierno de Hasan Diab? Mientras el hombre es acusado por dicha coalición de ser el jefe del Gobierno de Hezbolá.
¿Cómo puede Hezbolá proporcionar un servicio gratuito a EE.UU., Arabia Saudí e Israel para infligir un duro golpe a la economía libanesa?
Finalmente, aunque todos esperamos el resultado de las investigaciones, la línea general que siguen los medios de Arabia Saudí, EE.UU., y el régimen de Israel recuerda a la atmósfera que prevaleció en El Líbano después del asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri, que terminó con la salida de las fuerzas sirias del territorio libanés.
Por Mohsen Khalif Zade

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