Volver al pasado
Aunque suena parecido a un titulo de cinta cinematográfica, lo que vivimos actualmente en México es en realidad un verdadero viaje en el tiempo, pero un viaje al pasado. La forma en que Andrés Manuel López Obrador lleva la administración pública federal es lo más parecido a lo que en su tiempo hizo Luis Echeverría presidente entre 1970 y 1976 o José López Portillo presidente entre 1976 y 1982; consolidar un absoluto centralismo, concentrar las decisiones de país en un solo hombre, y controlar desde el gobierno todas las actividades políticas y económicas.
Estamos en un franco retroceso. Resulta que el pasado 22 de julio se firmó en el Palacio Nacional un memorándum que ha circulado entre los trabajadores de la Secretaría de Energía, de la Comisión Nacional de Hidrocarburos y de la Comisión Reguladora de Energía en donde se establece que el presidente de México plantea que “es urgente profundizar en los cambios ya iniciados para rescatar a Petróleos Mexicanos y a la Comisión Federal de Electricidad, considerando estas empresas públicas como estratégicas e indispensables para el desarrollo independiente y soberano de la nación.
¿Qué significa esto? Lopez Obrador, en su idea de cambiar la forma de hacer gobierno, que en realidad es un retroceso de al menos 50 años, plantea el presentar una iniciativa de reforma constitucional ante el Congreso de la Unión para hacer valer el principio de “dominio de la nación sobre los recursos naturales”.
Esto es el desmantelamiento de le reforma energética realizada en la administración de Enrique Peña Nieto. ¿Dar marcha atrás a la reforma energética, implica correr del país a las empresas que ahora participan en la generación, distribución y venta de energéticos? En realidad, no. La propuesta considera que se mantenga el actual régimen legal y los contratos con empresas privadas. Su participación en la generación de electricidad en ningún momento podrá exceder del 46 por ciento y su modalidad será el de empresas contratistas de Pemex y la CFE.
Aunque en el memorándum se lee que la reforma constitucional es la última alternativa para hacer valer el principio de dominio de la nación y con ello proponer una “nueva reforma energética”, el planteamiento presidencial, a decir de El Economista, diario que reveló el contenido del memorándum, es la aplicación de las políticas energéticas de tiempos del General Lázaro Cárdenas del Río y Adolfo López Mateos. López Obrador es un hombre que gobierna mirando al pasado, busca arroparse con figuras políticas históricas para encontrar un lugar en la memoria.
Lo que no entiende es que quien decide mal y perjudica al pueblo su nombre es borrado de la historia; hay algunos López que así lo han sufrido.
Corazón que sí siente
Estallido en el Puerto de Beirut. ¿Quién guarda casi 3 mil toneladas de nitrato de amonio en una bodega para que algo o alguien lo haga estallar? Las dudas asaltan.
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