martes, 27 de octubre de 2020

Cómo moldeó la superficie de la Tierra el impacto del meteorito que acabó con los dinosaurios

 

Cómo moldeó la superficie de la Tierra el impacto del meteorito que acabó con los dinosaurios

Hace algo más de 66 millones de años una gigantesca roca, de entre 10 y 12 kilómetros de diámetro, llegada del espacio exterior, chocó contra la actual península mexicana de Yucatán. Tan colosal impacto provocó una explosión 10.000 veces superior al arsenal atómico existente hoy en día. Una explosión que alteró el clima terrestre, provocando la extinción del 75%  de la vida, incluidos los dinosaurios. Prueba de todo lo anterior es el cráter de Chicxulub: una depresión de 200 kilómetros oculta bajo una capa de rocas de alrededor de mil metros, con gran parte de su “fisonomía” situada bajo el mar.

En el momento actual –y tal y como Ancient-Origins.es anunció la pasada primavera-, un equipo científico internacional está realizando en el cráter la primera perforación subacuática. Ahora, según informaciones publicadas en el diario español ABC, la Expedición 364 del Programa Internacional de Descubrimiento Oceánico (IODP) ha recuperado una serie de rocas que han confirmado la hipótesis de la formación de los anillos de picos en los cráteres creados por impactos de meteoritos gigantes.

Las conclusiones de los estudios practicados a las rocas recuperadas han sido comunicadas a través de un artículo publicado en la prestigiosa revista Science. En él se indica que los picos centrales se forman por el levantamiento de rocas durante la formación del cráter: apenas unos segundos en los que el meteorito convirtió la piedra sólida en una masa moldeable. A medida que el tamaño del cráter aumenta, los picos centrales se convierten en anillos de picos. Es decir: los grandes impactos causados por asteroides de gran tamaño moldean las superficies de los planetas mezclando materiales de la superficie con rocas más profundas.

Los científicos observaron que el inmenso cráter se formó por rocas subterráneas levantadas y fracturadas. Por lo tanto, concluyen que los grandes impactos generan flujos verticales y aumentan la porosidad en la corteza planetaria. Pero el estudio de las muestras no acaba aquí, sino que se continuará investigando qué sucedió en nuestro planeta después del impacto.

Una de las rocas recuperadas del cráter de Chicxulub. (Fotografía: ABC/ECORD_IODP)

Una de las rocas recuperadas del cráter de Chicxulub. (Fotografía: ABC/ECORD_IODP)

Durante las excavaciones realizadas este año se recuperaron más de 300 testigos, con una longitud total cercana a los 1.500 metros, que serán estudiados a lo largo del próximo año 2017 por los miembros del equipo científico internacional. Según informaciones publicadas por Granada Hoy, uno de los expertos que continuará estudiando los sondeos hasta ahora realizados será el español Francisco Javier Rodríguez-Tovar: catedrático y profesor del departamento de Estratigrafía y Paleontología de la Universidad de Granada (UGR).

La selección de Rodríguez-Tovar se ha fundamentado en su dilatada experiencia en el estudio icnológico del límite Cretácico-Paleógeno en afloramientos de todo el mundo, entre los que se incluyen los localizados en España, Sur de Francia, Austria, Italia, o Túnez. El equipo de científicos de la Expedición 364 está liderado por los profesores Sean Gulick, miembro del Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas y Joanna Morgan miembro del Imperial College de Londres. En él también participan investigadores de Estados Unidos, México, Japón, Australia, Canadá o China, entre otros países.

Recreación del impacto del gran asteroide que acabó con los dinosaurios (ABC/Universidad de Tohoku)

Recreación del impacto del gran asteroide que acabó con los dinosaurios (ABC/Universidad de Tohoku)

Los principales objetivos científicos de la expedición son averiguar la naturaleza y mecanismos de formación del anillo de cráteres que conforma la estructura de Chicxulub; la naturaleza y procedencia de las rocas que forman el anillo de picos; la cinemática y dinámica de la formación de dicho anillo, o la biosfera profunda y habitabilidad del medio tras el impacto. Asimismo, se pretende averiguar si hubo intensa actividad hidrotermal en las rocas que formaron el anillo de picos, qué tipo de vida microbiana colonizó el anillo de cráteres y cuánto tiempo tardó en recuperarse la vida en los océanos tras el impacto.

Imagen de portada: Localización del cráter de Chicxulub en la península mexicana de Yucatán (Granada Hoy)

Autor: Mariló T. A.

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