lunes, 30 de noviembre de 2020

Entre mitos y realidades. Cuitláhuac y la epidemia de viruela de 1520 en Tenochtitlan

 

Entre mitos y realidades. Cuitláhuac y la epidemia de viruela de 1520 en Tenochtitlan

El día 3 de diciembre, se ha de conmemorar el 500 aniversario luctuoso de Cuitláhuac, señor de Iztapalapa, penúltimo tlatoani de Tenochtitlan. Acorde a las crónicas novohispanas, la enfermedad epidémica que trajo a América continental un negro de la expedición de Pánfilo de Narváez, y que fue identificada como viruela, diezmó a la población indígena. Ésta se hizo presente en el Caribe desde marzo de 1520, y en el centro de México, en septiembre del mismo año. La epidemia no tuvo una duración de más de 60 días, terminando a finales de noviembre; sin embargo, entre los afectados se encontraba Cuitláhuac.

Al revisar la información sobre el tlatoani y la causa de su muerte, los estudios son constantes y repetitivos. Sin embargo, a quinientos años de celebrarse el evento citado, ¿será necesario que se reevalúe lo que se conoce y ha sido repetido constantemente? Este trabajo versa sobre Cuitláhuac y su muerte por viruela o viruelas. Se abordará en primer lugar su mención en las Crónicas Novohispanas y Códices indígenas, siguiendo con un análisis de la causa de su muerte. Brevemente, se transitará entre los mitos y las realidades que envuelven al tlatoani y la viruela, primera epidemia del mundo moderno en México.

 

Cuitláhuac en las fuentes

Cuitláhuac, hermano menor y sucesor del tlatoani tenochca Moctezuma, y contrincante férreo de Hernán Cortés, es mencionado en pocas fuentes históricas, así como su reinado breve e intenso. Entre sus primeras menciones, después de recibir a Cortés en Iztapalapa previa llegada a Tenochtitlan, Francisco Cervantes de Salazar señala que el señor de Iztapalapa es uno de los presos del capitán junto con Moctezuma. Cuitláhuac es inesperadamente liberado, en junio de 1520, del cautiverio por sugerencia del tlatoani, señalando que al presentarse su hermano ante la población, esta se calmaría y el mercado de Tlatelolco volvería a sus actividades. De este modo, las tropas ibéricas podrían comprar alimento.

El mismo cronista señala que el plan no fue concretado. En lugar de interceder, Cuitláhuac orquestó la rebelión de la población mexica para liberar a Moctezuma y matar a los españoles. El punto más álgido de la estrategia de Cuitláhuac se reflejó en la noche del 30 de junio de 1520, conocida como “Noche Triste”. Con varios logros militares contra los españoles, acorde a los cronistas Hernando Alvarado Tezozómoc, Domingo Chimalpahin y Fernando de Alva Ixtlilxochitl, Cuitláhuac es “enseñoreado” tlatoani en día 8 ó 5 éecatl, que sería el 16 de septiembre. A partir de entonces, como lo señala Van Zantwijk, se encargó de desarrollar un arsenal que repeliera y aniquilara a los españoles. Además, concertó estrategias políticas, económicas y sociales con las ciudades tributarias. Pese a las diplomacias, su actuar se vio truncado debido a las viruelas, que lo llevaron a la muerte el 3 de diciembre de 1520. Su reinado fue entonces de menos de 60 días, pero ya que se le considera que empezó a regir desde junio, en total tuvo una duración de aproximadamente 80 días.

Recuperar la información anterior sobre Cuitláhuac, fue complejo. Se le menciona extensamente en pocas fuentes, y en otras, se señala solamente como el sucesor de Moctezuma y su repentina muerte. La realmente nula presencia del tlatoani en las fuentes tanto ibéricas, mestizas e indígenas, hace suponer que no encajaba dentro del discurso colonial. Éste, desarrollado desde los primeros instantes que las tropas ibéricas llegan a México, pretendía sustentar y afianzar la conquista y desarrollo de una colonia ibérica en América. Los cronistas no podían representar a Cuitláhuac, pues fue el mayor contrincante mexica que tuvieron. Su sola presencia hace dudar la potencia del ejército de Cortés, y consecuentemente, del imperio castellano. 

 

Viruela y Cuitláhuac

El curso que siguió la viruela después de presentarse en el centro de México a partir del mes de septiembre es incierto. Por los documentos históricos se conoce a los gobernantes que fueron afectados, y, por ende, los pueblos que sufrieron la enfermedad nueva. Para suplir la falta de información, y conocer más a fondo la viruela, se le relacionará con su principal enfermo, Cuitláhuac.

Mientras los españoles se refugiaban en Tlaxcala después de salir de Tenochtitlan en la Noche triste, el guerrero que los había repelido se ve atormentado por las viruelas. Los glifos de los códices en Cruz y Aubin, representan la enfermedad y muerte de Cuitláhuac. Además de éstos, para conocer la presencia de la enfermedad, los tlacuilos o artistas plasmaron el evento en la Tira de Tepechpan, el Codex Mexicanus y el Códice Moctezuma. Los códices plasman individuos con puntos en cara y cuerpo, lo que podría identificarse como erupción cutánea. Además, al acompañarse de anotaciones en náhuatl, se conoce que al evento se le nombró totomoniliztli o totomonaliztli, vocablos que significan “enfermedad de las ampollas”. La tira de Tepechpan señala el evento como y zahua micohuacon, que refiere a “gran sarna/erupción/granos”.

Por otro lado, las crónicas de Bernardino de Sahagún y Hernando Alvarado Tezozómoc, llaman al evento “la gran sarna” o “sarna”. Otros tantos cronistas, como Suárez de Peralta, Francisco Cervantes de Salazar, Francisco López de Gomara, y Fernando de Alva Ixtlilxochitl le llaman “viruelas”. Los síntomas recopilados por los autores fueron tos, fiebre ardiente, y erupción en todo el cuerpo y la cara de granos dolorosos al tacto. El documento de Jerónimo de Alcalá señala un síntoma especial: las cámaras o diarreas con sangre.

Los síntomas señalados concuerdan con la descripción de las viruelas “altas y gruesas” que menciona el galeno Fray Agustín Farfán (1610). Farfán (1610: 36b) escribió “…son tan peligrosas que muchos mueren dellas, por hazerse grandes llagas, y por cacerarse y corromperse con facilidad. Y quando estas viruelas salen dentro de la garganta, y en las tripas (como se conoce en la sanguaça que por la boca y por la cámara echa) los mas que las tienen se mueren”. Acorde al galeno, son viruelas cuando se presenta calentura aguda y continua, dolor en la espalda, tapamiento de narices, alteración de estómago y vientre, y ronquera.

Por la sintomatología que es mencionada tanto por indígenas como españoles y mestizos, se presume que la viruela que vivió la población indígena en 1520 fue hemorrágica. Las razones son la erupción cutánea que cubría los cuerpos, la sangre en las heces, y que se expresó en una población virgen sin anticuerpos para repelerla. Pese a ser una enfermedad mortal, hubo indígenas que sobrevivieron, aunque con el aspecto deformado debido a los hoyuelos de la erupción.

 

Conclusión

La información comúnmente mencionada para Cuitláhuac, su enfermedad y la viruela en la población indígena en el año de 1520, pedía ser revisada urgentemente. Esto debido a discursos repetitivos y no novedosos. Se comprende la dificultad para encontrar información de fuentes antiguas, sin embargo, no es imposible. Dicha revisión permitió que se transitara entre mitos y realidades relacionados al penúltimo tlatoani y una enfermedad epidémica.

Entre los mitos, se reafirma que Cuitláhuac muere de viruela. La realidad señala que fue viruela negra por la sintomatología. No se puede hacer mención de sus síntomas, pero basados en los síntomas de la población en general, se sabe el desarrollo de la misma en el tlatoani que hizo enfurecer y dudar a Hernán Cortés.

Seguimos con los mitos, específicamente aquellos sobre Cuitláhuac. Se destruye la noción de que Cuitláhuac fue representado tanto en códices como crónicas, pues no es así. Su escasa presencia se debió, entre otras cosas, a no compaginar con el discursoque los colonizadores querían dejar para la posteridad. No hubiera sido adecuado para sus propósitos el señalar que un indígena alzó en armas a el pueblo tenochca para combatirlos, logró desestabilizarlos, además de sembrar en sus mentes la idea de derrota e imposibilidad de conquistar el imperio.

Cuitláhuac fue el gran agente de contrapeso que Hernán Cortes se encontró al momento de la conquista de México. La historia, seguramente, hubiera sido otra, si el gran Cuitláhuac no hubiera perecido por la “pestilencia de ampollas”.

El último mito que se abarcará será dejado a consideración del lector. Este corresponde al origen de la viruela en la América continental. Acorde a diversos autores, fue un negro que acompañó a Pánfilo de Narváez el que introdujo la enfermedad. Esta versión es apoyada por el capellán de Hernán Cortés, Francisco López de Gomara. Sin embargo, en la carta del oidor de la Audiencia Real de Santo Domingo, Lucas Vázquez de Ayllón, fechada el 30 de agosto de 1520 y dirigida a Carlos V, se menciona que la enfermedad fue introducida por indígenas de Cuba. Dos fuentes diversas y dos orígenes, que si se busca conocer el mas probable, invita a la revisión de mayores fuentes históricas, así como de la situación colonial tanto de nativos americanos, negros y las diversas etnias ibéricas.

 

Para saber más

  • Alcalá, Jerónimo de (2011). Relación de Michoacán. Barcelona: Linkgua.
  • Cervantes de Salazar, Francisco (1914). Crónica de la Nueva España. Madrid: Tipografía de la Revista de Archivos.
  • Chimalpahin, Domingo (2012). “Crónica mexicana en náhuatl de Domingo Chimalpáhin”. En Tena, Rafael. Tres crónicas mexicanas. Textos recopilados por Domingo Chimalpáhin. México: Cien de México.
  • Farfán, fray Agustín (1610). Tratado breve de medicina y de todas las enfermedades. México: Imprenta de Geronymo Balli.
  • Ixtlilxochitl, Fernando de Alva (1891). Obras históricas de Don Fernando de Alva Ixtlilxochitl. Tomo I, Relaciones. México: Oficina Tip. De la Secretaria de Fomento.
  • Sahagún, Fray Bernardino de (1979). Historia General de las Cosas de la Nueva España. México: Editorial Porrúa.
  • Van Zantwijk, Rudolf (2010). “La política y la estrategia militar de Cuitlahuatzin”. Estudios de Cultura Náhuatl, 41: 19-29.
Para citar:Sandra Guevara, Entre mitos y realidades. Cuitláhuac y la epidemia de viruela de 1520 en Tenochtitlan, México, Noticonquista, http://www.noticonquista.unam.mx/amoxtli/2428/2423. Visto el 30/11/2020

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