miércoles, 30 de diciembre de 2020

Sí, si es con Bartlett, también es contigo, Andrés

 

Sí, si es con Bartlett, también es contigo, Andrés

 

Andrés,

¿Cómo estás? Espero que bien, te deseo un buen 2021. Los que no tendrán un comienzo de año tranquilo son los millones de personas que piensas vacunar hasta junio del próximo año. Si hubieras dedicado menos dinero a tu tren ecocida o al aeropuerto que tiene un cerro enfrente, quizá no tendrías a la gente esperando seis meses por una medida de salud urgente. Pero, en fin, en tu conciencia queda, dejo el asunto porque te escribo por otro tema.

Aprovecha estas fechas para desechar el resentimiento que alberga tu corazón. ¿Qué es eso de llamar “moderados fresas” a tus colaboradores? Tienes derecho a tu radicalidad, pero no a insultar a quien no piensa como tú. También estaría bien que le bajaras dos rayitas a tu arrogancia, ¿cómo está eso de que “los que tienen más definición son los más cercanos a lo que piensa el Presidente”? ¿En serio crees que tienes el monopolio de la verdad? Humildad, Andrés, humildad. Radicalidad no equivale a definición, ya te recomendaron Borgen, en serio dale una mirada, aprenderás que se puede ser muy definido y de centro. Que no te dé flojera ver la serie: tiene opción para que la escuches doblada al español —dile a Chucho que te ajuste el Netflix para ello—.

Dices que hay exageración con lo del apagón de ayer, que la CFE no está en debacle. Los mexicanos a los que cada día les cobran más cara la luz y tienen arruinados sus refrigeradores por alzas de corriente injustificadas (sin tormentas o fenómenos climáticos), no opinan como tú.

Quizá lo más grave de tu pensamiento —es un decir— es que hagas una falsa equivalencia entre competencia y destrucción. Afirmas que los privados quieren “quedarse con el mercado de la energía eléctrica”, que Salinas y sus aliados “era lo que buscaban, desde el principio, y esto llevaba a la par ir destruyendo a la Comisión Federal de Electricidad, quitarle el mercado a la CFE, arruinarla”. Lamento decirte que tus aseveraciones a nadie engañan, ¿te recuerdo que López Mateos compró acciones de empresas particulares para tener una entidad pública de energía eléctrica? El servicio era privado, que no se te olvide. Lo que destruye a la CFE es su deficiente servicio, no que haya otros agentes que generen energía, porque sabes que los ciudadanos aún no tenemos derecho de contratar directamente con cualquier empresa. Si fueras tan liberal como presumes, respetarías la libertad de elegir, pero prefieres que a fuerzas se use un solo servicio final, por más malo y deficiente que sea.

¿Sabes? Nadie se quejaría de la CFE si las tarifas fueran mejores y esa empresa de gobierno indemnizara cada vez que un aparato se descompusiera por sus variaciones de energía, apagones y picos. Para que la comisión responda de un daño, hay que seguir un procedimiento tan tortuoso que no se lo deseo ni a John Ackerman. Entonces, despreocúpate de que, según tú, El País o Reforma conspiren por la privatización del sector eléctrico: los primeros que quieren opciones son los ciudadanos, no necesitan que los azucen medios fifís —como los llamas tú—, aunque me resulta curioso que consideres neoliberal a El País, que cada tercer día defiende a tu equipo, hasta a la persona que dice “nadien” y que nombraste secretaria de Educación. Nuevamente, sería bueno que revisaras tu lista de adversarios, porque, al paso que vas, terminarás creyendo que tus únicos aliados son los moneros paleros, Betty, Ackerman y Chucho.

En algo tienes razón, Andrés, por supuesto que, cuando es contra Bartlett, también es contra ti. Nadie cree que Vlad el apagador se mande solo. El tema es que tus medidas en energía perjudican a todos. Tu idea del monopolio fastidia a la gente: ¿la solución para salvar a Pemex es que sólo consumamos la gasolina mala que ellos importan? ¿En serio? Estás muy equivocado. Te lo explico con un ejemplo que sí vas a comprender: ¿te imaginas que sólo hubiera una fonda de garnachas, porque el propietario de ese comedero exterminara a todos sus competidores, para que sólo él sobreviviera? ¿Estarías conforme con comer fritangas en un solo lugar y con un solo menú? Quizá sí, pero me pregunto qué vas a hacer cuando más gente de clase media quiera instalar sistemas de energía solar e intentes impedirlo. Dices que te hincas donde el pueblo manda: creo que eso no es verdad.

Como sea, Andrés, en realidad deseo que las empresas públicas funcionen bien. Pero eso no va a pasar si tu remedio es excusarles cuanta tontería cometen. Te quedan seis meses antes de las elecciones, ¿no sería ya hora de que hicieras que tu gobierno funcionara, en lugar de reprimir a tus adversarios con auditorías, congelamiento de cuentas y carpetas de investigación? Aunque sé que te pido demasiadao: lo tuyo es la campaña, no gobernar.

Ojalá tengas una buena cena de fin de año, doce millones de desempleados no la tendrán, los mismos para los que no tomaste medidas contracíclicas que pudieron conservarles sus trabajos. Es mi deseo sincero que tengas salud y sobre todo criterio: ya que eres tan evangélico, espero que El Señor te toque las sienes y te diga “¡destápate!”. México necesita que empieces a hacer bien tu trabajo.

Un abrazo.

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