El racismo ha sido un fenómeno que ha permitido justificar el dominio, control, explotación y exterminio de grupos de seres humanos a los que se les fue negada su dignidad y sus derechos, basándose en diferencias ya no meramente culturales, religiosas o lingüísticas, sino con base en un racismo científico que enarboló la segmentación y clasificación de la especie humana a partir de categorías 'raciales'. Todo esto en un contexto de ejercicio del poder, teniendo origen con el colonialismo europeo y manteniéndose durante toda la etapa del imperialismo del siglo XIX e implantándose en las sociedades, deviniendo en la formación de castas y la discriminación por cuestiones de piel. La principal consecuencia de lo ya mencionado es que el racismo en el continente Americano se ha vuelto estructural, es decir, se da en cada aspecto de la estructura social, y es cotidiano, normalizado y hasta inconsciente.
jueves, 25 de febrero de 2021
El racismo ha sido un fenómeno que ha permitido justificar el dominio
Todo esto se fue impregnando en la sociedad, en el lenguaje y la cultura popular, a través de las canciones, escritos, refranes y frases del folclore popular, normalizando el racismo, por lo que hoy en día esto ha hecho muy difícil que miembros de la sociedad identifiquen y acepten los estereotipos raciales que ejercen en sus dinámicas sociales. A pesar del desarrollo del reconocimiento a los derechos humanos, hoy en día el racismo es una práctica que se acompaña de la discriminación, la xenofobia y el chauvinismo.
La Encuesta Censal (INEGI 2010), arrojó que en México 2 millones 576 mil 213 personas, representando 2% de la población total del país, se reconocieron como afros. A esto se suma que hay 15.7 millones de personas que se consideran indígenas, de ellas y el 6.9 por ciento hablan alguna lengua indígena. Por otro lado el 64.6 por ciento de las personas se consideran a sí mismas morenas; sin embargo, el 54.8 por ciento afirma que a las personas se les insulta por su color de piel y el 15 por ciento ha sentido que sus derechos no han sido respetados por esta misma razón. (ENADIS 2010). Este rechazo se hace más evidente si se considera que 23 por ciento de las personas no estarían dispuestas a permitir que en su casa vivieran personas de otra raza.
El racismo influye en la oportunidad de estudiar o tener un empleo digno, el ser condenado por un crimen que no cometiste, condicionar la entrada a un bar, un restaurante o el que un vigilante te siga por el centro comercial, con el color de piel como causa.
El racismo en esta región del mundo es tan normalizado y bárbaro, que no sólo ha sido motivo de discriminación, sino de un rezago social patente. Hoy, en México y el resto del continente americano se hace visible como el acceso a las oportunidades se va mermando conforme va oscureciendo el tono de nuestra piel, entre más visibles son los rasgos indígenas o afrodescendientes, pues estudios como Por mi raza hablará la desigualdad, de OXFAM México, nos hablan de cómo la desigualdad de oportunidades se acentúa para los mexicanos (y, aún más, para las mexicanas), con un color de piel más oscuro, ya sea indígenas o afrodescendientes.
El tema en México ha sido siempre negado o minimizado, reconociendo más el clasismo, ocultando con ello una grave problemática social que se normalizó, pero que en años recientes se ha puesto bajo la lupa y se ha tratado de combatir desde los espacios institucionales.
El reconocimiento al derecho a la no discriminación en México, ocurrió con la reforma al artículo primero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en 2001. Con base en esta modificación, en el ámbito legal se promulgó en 2003 la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación (LFPED), y desde esa fecha se han suscrito y ratificado una serie de instrumentos internacionales relacionados con la obligación de garantizar el derecho a la No discriminación.
En 2004 con la creación del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), como órgano del Estado mexicano responsable de velar por la protección, respeto, cumplimiento y promoción del derecho a la no discriminación, así como la elaboración de sus atribuciones y facultades, dio pauta a la generación de información y documentación a fin de reconocer las dimensiones, los tipos de discriminación, las actitudes y las percepciones de la población mexicana sobre este fenómeno social.
La discriminación por origen racial, étnico, color de piel o apariencia física es una práctica cultural que puede revertirse. Así como se impuso el goce de derechos para algunos y la negación de los mismos para el resto, de la misma manera se pueden interiorizar nuevos comportamientos que conduzcan a prácticas incluyentes que respeten el ejercicio de derechos para todas las personas. Es inaceptable que en nuestra sociedad haya un importante rechazo al debate cuando el tema del racismo se ha puesto sobre la mesa, pues este está tan interiorizado y normalizado, que nos resulta difícil de reconocer o identificar. Es una obligación ciudadana cuestionar por qué y cómo el racismo se ha reproducido en instituciones, reglas y prácticas para poder hacer algo por corregirlo y erradicarlo de nuestras sociedades.
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