Sorprende mucho descubrir que las 72 banderas monumentales que encontramos en nuestro país no son obra de la casualidad, sino que vienen de un programa presidencial creado en 1999, y que está bajo el mandato de la SEDENA y que impone ciertas reglas como:
El tamaño de las banderas, que deben de ser de 14.3 metros de ancho por 25 metros de largo y los mástiles deberán tener una altura arriba de 50 metros.
La vida útil de una bandera monumental varía dependiendo de cada región, pero en el caso de la CDMX llega a ser de solo seis meses, si estuvieran a la venta su costo rondaría los 285 mil pesos, esto tomando como referencia el costo comercial de un lábaro patrio en el mercado.
Un dato que llama mucho la atención es que Las Banderas al cumplir su ciclo de vida o en caso de sufrir daños prematuros e irreparables causadas por fuertes rachas de viento o cualquier otro fenómeno natural son incineradas con honores mientras se entona el Himno Nacional Mexicano.
Las banderas monumentales que ondean en el país son elaboradas en la Dirección General de Fábrica de Vestuario y Equipo, de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Ingenieros militares son quienes dedican de cinco a seis días para confeccionar con delicadeza cada bandera.
Dependiendo del tamaño, intervienen cuatro personas en el pintado y tres en su armado. "Somos ingenieros industriales, aplicamos nuestros conocimientos, tenemos que conocer los materiales y sus características para que nuestros productos sean de buena calidad", comenta Jorge Eduardo Martínez, capitán primero y jefe de la fábrica de confección C.
El proceso comienza con el teñido de las telas en máquinas con colorantes de alta calidad y amigables con el medio ambiente. En este paso es importante verificar que queden los colores exactos.
"Nuestro deber es que las banderas luzcan muy bonitas, pues están a la vista de todos (...) por eso cada paso debe ser revisado meticulosamente", aclara el capitán.
Una vez que están teñidas las telas, las cortan en lienzos de diferentes tamaños según las proporciones de cada bandera; por ejemplo, la que es izada en el Zócalo capitalino mide 25 por 13.40 metros.
En cubetas con pinturas azul, verde y café, sumergen brochas y pinceles para plasmar el Escudo Nacional —que previamente fue trazado a mano— sobre los lienzos con los que se crearán en total mil 142 banderas, de las cuales 58 serán izadas en espacios públicos emblemáticos.
Estos Lábaros Patrios son confeccionados con tela Ripstop, tejido punto diamante y son capaces de resistir lluvia, sol y viento durante un año.
El Escudo Nacional en las banderas monumentales puede medir hasta 13 metros de diámetro; el que va en la del Zócalo mide 6.25 metros y es pintado a mano con tinta textil de 16 colores, 11 para la base y cinco para los matices que darán luz, sombra y profundidad al Lábaro Patrio.
Asi mismo, los lienzos para formar la bandera se unen con máquinas de coser e hilo calibre 80 de colores blanco, verde y rojo.
Una vez terminada, los militares llevan a cabo un despliegue en la plaza principal de la Fábrica de Vestuario y Equipo. Marchan ordenadamente hasta la explanada, extienden la bandera y la levantan con sus brazos totalmente extendidos, con la finalidad de revisar que ésta no lleve ningún tipo de defecto o fisura.
De esta manera, entre telas, pintura, hilos y máquinas de coser, las banderas que decoran las plazas constitucionales son maquiladas por manos militares.
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