lunes, 1 de marzo de 2021

EL PERRO EN EL ISLAM

 EL PERRO EN EL ISLAM

El perro es mencionado en tan solo tres ocasiones en el Corán y en ninguna de ellas de forma negativa, es más, en dos de esas ocasiones se alaba como compañero.
En Sura La Mesa Servida, Allah (Subhanahu Wa Ta‘ala) dice:
“Te preguntan qué es lícito para ellos. Di: Se os ha permitido todo lo beneficioso; y [podéis comer] lo que hayan atrapado para vosotros los animales de presa que habéis adiestrado para la caza, tal como Allah os ha enseñado. Comed, pues, de lo que ellos capturen para vosotros. Y mencionad el nombre de Allah sobre ello [al soltarlos para que cacen], y temed a Allah; Allah es rápido en ajustar cuentas” (La Mesa Servida 5: 4)
En Sura Al-A‘râf, Allah (Subhanahu Wa Ta‘ala) acusa a quién ha sido guiado a la verdad pero elige seguir sus pasiones.
“Si hubiéramos querido, habríamos hecho que estos le sirvieran para elevarle en rango, pero él se inclinó hacia lo terrenal y siguió su deseo. Es como el perro, que si lo ahuyentas jadea y si lo dejas también; así ocurre con los que niegan la verdad de Nuestros signos. ¡Cuéntales la historia, tal vez reflexionen!” (Al-A‘râf 7: 176).
Este Aleya hace alusión a los constantes jadeos de los perros, independientemente de su actividad.
Por último, aparece en la historia de los jóvenes temerosos de su Señor que fueron guardados por su perro en el principio de Sura La Caverna:
“Te habría parecido que estaban despiertos, sin embargo dormían. Los cambiábamos de posición, a la derecha y a la izquierda, mientras su perro permanecía con las patas extendidas junto a la entrada; de haberlos descubierto, te habrías alejado de ellos huyendo y te habrías llenado de terror”. (La Caverna 18: 18)
La animadversión a los perros proviene de los Ahadîz.
Un Hadîz es un dicho o conversación que representa los dichos y las acciones del Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam), relatadas por sus compañeros y recogidas por aquellos sabios que les sucedieron. Los Ahadîz están inmediatamente por debajo del Corán y dictan costumbres, maneras de comportarse y de conducta.
Los siguientes dos Ahadîz podrían ser los culpables de la animadversión de los árabes por los perros.
El primer Hadîz recoge:
“‘Â’isha: Las cosas que anulan la oración se mencionaron antes que yo (y los eran): un perro, un burro y una mujer”. (Muslim, 511).
Aquí se expone la primera connotación negativa hacia los perros, siendo culpables de distraer la oración.
El segundo Hadîz es más preciso y va contra un tipo de perro, los perros negros:
“Y el perro negro ha de ser matado, de acuerdo a un Hadîz auténtico” (Muslim, 4: 299). Solo los perros negros han de ser sacrificados ya que son considerados una bestia viciosa o incluso un Demonio (Shaytán).
En la Época Pagana (Ŷahilîya), los árabes usaban en general a los perros. Esto continuó así en los primeros años del Islam, en los cuales los musulmanes tenían perros porque estaban acostumbrados a tenerlos. Lo siguieron haciendo después de la Hégira (Emigración) a Medina, hasta que el Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) se lo prohibió. La razón de dicha prohibición se especifica en el Sahîh del Imâm Múslim, con la autoridad de Umm Maymuna (radi Allahu 'anha), que cuenta que el Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) se despertó una mañana cuando estaba con ella y le dijo:
“Ŷibrîl (Gabriel) prometió que iba a venir a verme hoy y no lo hizo. ¡Por Allah (Subhanahu Wa Ta‘ala)! Nunca ha faltado a su palabra”. El Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) pasó el resto del día esperando. Teníamos una muñeco que mandó retirar. Tomó agua, y roció el lugar donde había estado el muñeco. Esa noche, Ŷibrîl (Gabriel) fue a verlo. El Profeta (Salallahu Alaihi Wa Salam) le dijo que le prometió ir a verlo ayer. Y Ŷibrîl (Gabriel) le contestó que los Ángeles no entran en las casas donde hay perros o imágenes. (Al-Bujârî; Abû Dawûd)
Por la mañana Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) ordenó matar a todos los perros
inmediatamente. Ordenó matar a los perros de los huertos pequeños y abandonar a los de huertos grandes.
Abû Dawûd menciona que el perro que había en casa del Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam), así como el muñeco, pertenecían a Al-Hassan o Al-Hussein (radi Allahu 'anhuma).
La orden de seguir matando a los perros fue abrogada, como se narra en otro Hadîz recogido por el Imâm Múslim. Permitió conservar los perros que se utilizan para cazar o para guardar los rebaños, y que si un perro lamía un recipiente, este tenía que ser limpiado siete veces.
Y el Imâm Múslim narró, con la autoridad de Yábir ibn 'Abdullah (radi Allahu 'anhuma):
"El Mensajero de Allah (Salallahu Alaihi Wa Salam) ordenó matar a los perros. Incluso aunque apareciera una mujer del desierto con un perro, había que matarlo. Más tarde prohibió seguir matando a los perros, y dijo: Tened cuidado con un perro completamente negro, porque es el Demonio (Shaytán)”.
En resumen, la orden de matar a los perros fue general, el permiso para quedarse con ellos fue para algunos, y se ordenó qué hacer con los recipientes ensuciados por perros.
Los cuatro Imames están de acuerdo en que es permisible (mubah) tener perros para cazar, pastorear y guardar los campos.
Su evidencia para esta autorización viene de los Ahadîz recogidos por los Imames Al-Bujârî y Múslim con la autoridad de ‘Abu ‘Abdullah ibn ‘Umar (radi Allahu 'anhu):
"Oí como el Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) dijo: Quienquiera que tenga un perro excepto para la agricultura y el pastoreo, el peso de sus buenas acciones disminuirá en quintales".
Y el Imâm Múslim transmitió que:
“Abû Huraira (radi Allahu 'anhu) dijo que tuvo un perro mientras tuvo un huerto".
Estos Ahadîz son universales, y se refieren a todos los perros excepto para los usos mencionados, porque utilizan unas palabras que denotan universalidad. Aligerar o disminuir el peso de las buenas obras sugiere prohibición, y prohibir es convertir algo Ilícito (Harâm).
En consecuencia, algunos sabios entienden que este aligerar no supone una prohibición total, referida a todos los usos de los perros, porque se habla de disminuir la recompensa y no se prohíbe totalmente. Por esta razón dicen que se pueden tener perros para la agricultura, el pastoreo y la caza, y la prohibición de tenerlos no es absoluta.
Los Hanafíes, Malikíes y Shafi‘íes añaden los usos de los perros como guardianes de casas y propiedades, mientras que los Hanbalíes los prohíben.
La razón de los primeros es que ven una analogía entre guardar propiedades agrícolas y propiedades en general.
La razón de los segundos es que no se puede añadir otro uso de los perros más que los que aparecen especificados claramente en el Hadîz, y guardar casas no tiene el mismo sentido, porque el ladrón puede engañar al perro y robar lo que hay en las casas, y porque tener perros en las casas molesta a los que pasan, en contraste con los otros usos aludidos.
Y por lo que respecta a tener perros para más razones que las mencionadas, los Malikíes dicen que es ofensivo cuando el perro no es agresivo, y que los perros agresivos son Ilícitos (Harâm). El Imâm An-Nawawi dice que una de las razones para no tener perros es que su aspecto asuste. Ibn Muflih dice que es ofensivo tener perros para divertirse o jugar.
Los Malikíes consideran Ilícito (Harâm) que los perros entren en las casas sin razón, ya sea en las ciudades o en el campo.
Alabado sea Allah (Subhanahu Wa Ta‘ala).
Según la Jurisprudencia Islámica, no esta permitido tener un perro, excepto en casos muy específicos, ya que el Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) explicó:
“Todo aquel que tenga un perro, verá sus buenas acciones disminuidas en un Qiraat (unidad de medida) cada día, a menos que se trate de un perro de caza o pastoreo”.
Según otro relato:
“...a menos que sea un perro para arriar ovejas, pastorear, o cazar”. (Reportado por Al-Bujârî, Al-Fath, 2322).
Los perros son extremadamente impuros. El Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) dijo:
“Si un perro bebe de la vasija de alguno de vosotros, debe lavarla siete veces”. (Muslim, 279).
Según otro informe:
“... y la octava vez debe limpiarla con tierra”. (Muslim, 280).
Esta prohibido en el Islam vender un perro y recibir pago por él. Hay muchos reportes narrados del Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) que afirman que está prohibido para los musulmanes vender perros. El significado general de estos reportes incluye a los perros de toda clase y raza. Estos reportes incluyen los siguientes:
1 – Al-Bujârî (1944) narró que Abû Yuhaifah dijo: “El Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) prohibió cobrar por un perro”.
2 – Al-Bujârî (2083) y Muslim (2930) narraron de Abû Mas‘ud al-Ansari que el Mensajero de Allah (Salallahu Alaihi Wa Salam) prohibió obtener dinero de un perro, de la prostitución y de la adivinación.
3 - Abû Dawud (3021) narró que ‘Abd Allah Ibn ‘Abbás dijo: “El Mensajero de Allah (Salallahu Alaihi Wa Salam) prohibió vender un perro, y dijo: “Si alguien viene queriendo cobrar por un perro llenale la mano con un puñado de polvo”.
Al-Háfiz dijo: “Su cadena de transmisión es auténtica”. Fue clasificado como auténtico por Al-Albani en Sahih Abû Dawud.
4 – Abû Dawud (3023) narró que Abû Hurairah dijo: “El Mensajero de Allah (Salallahu Alaihi Wa Salam) dijo: “El precio de un perro, de la adivinación de la suerte y de la prostituta son ganancias prohibidas”.
Al-Háfiz dijo: “Su cadena de transmisión es buena”.
Al-Albani lo clasificó como auténtico en Sahih Abû Dawud.
El Imam An-Nawawi dijo en Sahîh Muslim:
“La prohibición de cobrar por un perro y el hecho de que esté entre las ganancias más injustas y malvadas indica que está prohibido vender perros. Si alguien vende un perro, la transacción es inválida y el precio cobrado por él no es lícito, y si alguien destruye este dinero no está obligado a reponer su valor. Este es el punto de vista de la mayoría de los eruditos, incluyendo a Abû Hurairah, Al-Hasan al-Basri, Rabi’ah, al-Awzá’i, al-Hakam, Hammad, ash-Sháfi’i, Áhmad, Dawud, Ibn al-Mundir y otros.
Abû Hanifah dijo: ““El significado evidente de la prohibición de mantener perros es que está prohibido venderlos. Este significado es general e incluye a todos los perros, entrenados o no entrenados, ya sea que sea permisible mantenerlos para actividades en el campo o no. Esto también implica que quien destruye el dinero cobrado por la venta de un perro no está obligado a devolver su valor. Y este es el punto de vista de la mayoría de los eruditos”. Ibn al-Mundir narró de Yábir, ‘Atá' y An-Najá'i que es permisible vender un perro de caza que será mantenido en el campo, pero no de mascota. La evidencia que cita la mayoría de estos eruditos son estos reportes auténticos mencionados”.
Ibn Qudamah dijo en Al-Mugni:
“No hay disputa entre los eruditos acerca de que la venta de un perro es inválida, no importa qué clase de perro sea”.
Dice en Fatáwa al-Láynah ad-Dá'imah (13/36):
“No es permisible vender perros, y el precio cobrado por la venta de un perro no es lícito, ya sea que se trate de perros guardianes, cazadores o de otra clase, a causa del reporte narrado por Abû Mas’ud ‘Aqabah Ibn ‘Amr quien dijo: “El Mensajero de Allah (Salallahu Alaihi Wa Salam) prohibió el precio de un perro, el de la prostituta y el de quien adivina la suerte”. Es auténtico y consensuado por los sabios”.
El Shéij ‘Abd al-‘Azíz ibn Baaz dijo:
“La venta de un perro es una transacción inválida”. Fin de la cita de Maymu' al-Fatáwa Shéij ‘Abd el-‘Azíz ibn Baaz, 19/39.
El Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín dijo en Shárh al-Mumti’ (8/90):
“No es permisible vender perros, aun si se trata de perros de caza”.
En segundo lugar, aquellos que consideran permisible vender un perro que es permisible mantener, como un perro de caza o para cuidar el ganado o los rebaños, citan como evidencia el reporte narrado por An-Nasá'i (4589), de Yábir Ibn ‘Abd Allah, de acuerdo al cual el Mensajero de Allah (Salallahu Alaihi Wa Salam) habría prohibido vender perros y gatos, excepto perros de caza. El agregado de las palabras “…excepto perros de caza” tiene una cadena de transmisión débil.
An-Nasá’i dijo al citar este reporte: “Es débil (munkar)”. As-Sindi dijo en Háshiyat an-Nasá'i: “Es débil, de acuerdo al consenso de los eruditos de la ciencia de los reportes”. El Imam An-Nawawi dijo en Shárh Muslim: “Con respecto a los reportes que se han narrado acerca de la prohibición de vender perros exceptuando los perros de caza, y que ‘Uzmán le dio veinte camellos en compensación a un hombre al cual le había matado un perro, y el reporte de Ibn ‘Amr Ibn al-'As acerca de la compensación por matar a un perro, todos estos reportes son débiles de acuerdo al consenso de los eruditos de la ciencia de los reportes”.
En tercer lugar, si se da el caso de que un musulmán necesita emplear a un perro para algo Lícito (Halâl) y permitido como hacer tareas campestres, debe tratar de conseguir el perro sin comprarlo, adoptando uno de la calle o buscando quién le regale un cachorro. Si esto no es posible, es permisible para él comprarlo a los no musulmanes, porque la prohibición se aplica a la venta pero no a la compra, aunque no es lo ideal.
Ibn Házm dijo en Al-Muhálla, 7/493:
“No es permisible vender un perro, en absoluto, ya sea que se trate de un perro de caza, un perro pastor o de otra clase. Si un musulmán se ve forzado a comprar un perro porque no puede encontrar uno abandonado o a alguien que le regale uno, entonces el pecado recaerá sobre quien lo vendió. Esto es el menor de dos males, como en el caso de la persona que se ve forzada a pagar un soborno a un funcionario corrupto, o un rescate por una persona secuestrada”.
El Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) nos dijo que no nos asemejáramos a los perros apoyando los antebrazos en el suelo al postrarnos (suyud), tal como esta indicado en el Hadîz narrado por Anas ibn Maalik, según el cual el Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) dijo: “Realicen la postración (suyud) correctamente, ninguno de ustedes debe apoyar los antebrazos como hacen los perros”. (Al-Bujârî, Fath, 822).
Todo aquel que tenga un perro en su casa le será negada la bendición de la presencia de los Ángeles en su hogar, ya que el Mensajero de Allah (Salallahu Alaihi Wa Salam) dijo: “Los Ángeles no entran a una casa en la que hay un perro”. (Registrado por Al-Bujârî, 3225).
Hoy en día tener un perro en la casa es una costumbre de los Incrédulos (Kuffâr), quienes los adoptan como amigos, los besan, los dejan lamerlos a ellos y a sus ropas, duermen con ellos, y hasta les dejan dinero en sus testamentos. Tener un perro es imitar a los Incrédulos (Kuffâr). Hay algunos musulmanes que pueden sostener que tienen un perro con fines de protección y seguridad, pero a ellos les decimos que existen sistemas de alarmas y un sinfín de maneras de proteger su casa sin necesidad de tener un perro, alabado sea Allah (Subhanahu Wa Ta‘ala).
Solo queda decir que el hecho de que esté prohibido tener un perro e interactuar de manera cercana con él no significa que no debamos ser amables ni sentir compasión por esas criaturas si los vemos en un estado lastimoso. Son dos cosas totalmente distintas. El Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) nos dijo que:
“Un hombre vio un perro que mordía el polvo de tanta sed que tenía, por lo que tomó su zapato y comenzó a darle agua en él al perro hasta que estuvo saciado. Allah (Subhanahu Wa Ta‘ala) agradeció esta buena acción y le concedió la entrada al Paraíso a causa de ello”. (Al-Bujârî, 174).
Según otro informe, el Profeta Muhammad (Salallahu Alaihi Wa Salam) dijo:
“Mientras un hombre caminaba muy sediento, bajó hasta un aljibe y bebió de él. Al salir, vio a un perro jadeando y mordiendo el suelo de tanta sed. El hombre dijo: “El perro está sufriendo tal como yo sufría, por lo que llenó su zapato con agua, y le dio de beber al perro hasta que estuvo saciado. Allah (Subhanahu Wa Ta‘ala) agradeció esta buena acción y lo perdonó a causa de ella”.
La gente preguntaba: “Oh Mensajero de Allah (Salallahu Alaihi Wa Salam), ¿seremos recompensados por cómo tratamos a los animales?”. El respondió: “La recompensa está en todas las criaturas vivas”. (Reportado por Al-Bujârî, Fath, 2363).
No quiero dejar de mencionar la importancia de leer el Corán correctamente y de referirse a él. Usted dice que el relato del perro sediento está en el Corán y no es así, ya que el mismo consta en la Sunna.
Y Allah (Subhanahu Wa Ta‘ala) sabe más y mejor.

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