viernes, 16 de abril de 2021

La Jícama

 La Jícama


SUZANNE HUMPHRIES 1


n la década de 1890, el general Rivera del Ejército

Mexicano se enfrentaba a una epidemia de fiebre

tifoidea entre muchos de sus hombres. Una mujer

local administró a los soldados un remedio que produjo

unos resultados asombrosos. Era un preparado a base

de jícama, una raíz dulce

originaria de México y de

América Central y del Sur.

Este héroe olvidado de la

historia utilizó un tubérculo

para tratar gratuitamente


más de 4.000 casos de neu-

monía o tifus. Lo más sor-

prendente es que todos sa-

naron, y no se sabe de nin-

guna muerte, circunstancia


especialmente notable si se

tiene en cuenta que esas

particulares enfermedades tenían por entonces unas

elevadas tasas de mortalidad.


El general Aureliano Rivera, uno de los oficiales más va-

lientes y famosos del Ejército Mexicano, ha hecho en los


últimos 5 meses más por la erradicación de la epidemia

de tifus de México que todos los médicos del país juntos.

En una de sus campañas en el estado de Oajaca,

hace más o menos un año, varios hombres de las tropas

del Gen. Rivera enfermaron de tifus. Se permitió que una

mujer del pueblo próximo a donde estaban acampados

administrara un remedio a los pacientes. Los resultados

fueron sorprendentemente buenos, todos los hombres

se recuperaron enseguida de la enfermedad. El general

le preguntó a la mujer si la medicina era un secreto. Ella

respondió que no era más que un preparado de jícama,

un tubérculo harinoso...


En los últimos pocos meses, después de que se di-

vulgara por otras partes que el Gen. Rivera distribuía


gratuitamente un medicamento que curaba el tifus, eran

tantos los indios que asediaban su residencia que se vio


obligado a disponer en ella de una habitación que sir-

viera de dispensario, y todos los días reparte gratis dosis


de jícama a cientos de personas pobres que se la piden.


Se calcula que este último año el Gen. Rivera ha tra-

tado más de 4.000 casos, y no ha habido ni una sola


muerte. Todas las personas atacadas de neumonía o ti-

fus que han tomado el maravilloso remedio se han cu-

rado. El tubérculo nunca ha sido analizado por los quí-

micos, y sus propiedades son desconocidas.2

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