El planeta ya tiene una caja negra indestructible para grabar su apocalipsis
La aeronáutica moderna ha podido perfeccionar sus procesos gracias a los registros de la caja negra, un artefacto blindado color naranja brillante que revela todos los detalles de un vuelo cuando ha habido un siniestro y no quedaron testigos para relatar lo sucedido.
La novedad es que en los próximos meses la humanidad tendrá su propia caja negra. Se trata de una enorme estructura metálica diseñada para registrar el fin del mundo. Es una especie de disco duro gigante que almacenará información científica sobre el cambio climático, las especies en extinción, la contaminación, movimientos telúricos, actividad volcánica.
Su objetivo es mostrar a una nueva civilización integrada por sobrevivientes la historia de la destrucción del planeta.
La estructura indestructible se llama “La Caja Negra de la Tierra” y estará escondida en algún lugar remoto de la isla australiana de Tasmania.
Su web advierte de forma solemne: “A menos de que transformemos radicalmente nuestro estilo de vida, el cambio climático y otros peligros ocasionados por el hombre serán responsables del colapso de nuestra civilización. Cientos de bases de datos, medidas e interacciones relacionadas con la salud del planeta serán recolectadas y guardadas de manera segura para las futuras generaciones”.
Algunos creen que esa caja sirve de complemento a la famosa “Bóveda del Apocalipsis” construida en Noruega, donde se almacenan un millón de semillas de todas las especies vegetales de la tierra en caso de que ocurra una catástrofe climática o una guerra mundial.
“La idea es que si la Tierra colapsa como resultado del cambio climático, este grabador indestructible estará allí para que quien sea que sobreviva aprenda de él”, dijo Jim Curtis, uno de los portavoces del proyecto, a la Australian Broadcasting Corporation (ABC).
“También está allí para atribuir responsabilidades a los líderes, al asegurarnos de que sus acciones o inacciones queden registradas”.
El testigo de la humanidad
El proyecto arrancará de manera formal en un lugar secreto a principios del 2022 gracias a una alianza entre la agencia de mercadeo Clemenger BBDO, la agencia creativa The Glue Society y científicos de la Universidad de Tasmania. Pero ya se pueden observar algunos de los registros en tiempo real en la versión de prueba publicada en su web.
Aunque a primera vista resulta espeluznante, los creadores de la caja en realidad se aferran a la esperanza de que aún estamos a tiempo de cambiar y alejarnos de nuestra autodestrucción al saber que estamos siendo observados.
Y mientras hay detractores que minimizan las intenciones de la Caja Negra de la Tierra como una estrategia publicitaria para atraer la atención de consumidores por motivos comerciales y no como un proyecto serio de documentación científica, otros opinan que el mundo necesita prestar más atención en estos temas y que alguien debe comenzar a registrar.
“El propósito del artefacto es ofrecer un informe imparcial de los acontecimientos que llevaron a la desaparición del planeta, para rendir cuentas a las futuras generaciones e inspirar acciones urgentes”, dicen los creadores en su web.
Y advierten: "El fin de esta historia depende completamente de nosotros”.
El lugar más seguro del mundo
Y la verdad es que crear una caja que sobreviva el colapso de la humanidad no es un juego de niños. Su diseño se semeja a una escultura modernista pero en realidad es una estación de sensores del tamaño de un autobús: tiene 10 metros de largo, 4 metros de alto y 3 metros de ancho. No es negra pero tampoco naranja como la de los aviones, sino que posee un color cobrizo y se asemeja a un monolito trapezoide asimétrico colocado de manera horizontal.
Su superficie estará cubierta de paneles solares, que darán energía al almacén de equipos de comunicación y discos duros. Y si los paneles fallan, también tendrá una batería de repuesto.
Toda esta tecnología estará resguardada por un grueso caparazón de acero de 7,5 centímetros de ancho.
Es bueno acotar que la caja no está diseñada para soportar el impacto de un asteroide, sino la degradación ambiental por el cambio climático. Y estará equipada para registrar los niveles de CO2 de la atmósfera, las temperaturas terrestres y marinas, medir la acidificación de los océanos, monitorear las cifras de población humana, las acciones militares, así como las decisiones políticas de impacto global.
También escuchará lo que dice la gente, al registrar las publicaciones en redes sociales y en los medios sobre el cambio climático.
Los científicos de la Universidad de Tasmania creen que su región es la más indicada para resguardar la caja negra debido a su estabilidad geológica y política, porque no es una zona especialmente sísmica ni tampoco tiene líderes déspotas que pudieran intentar vulnerar los registros.
Su utilidad para una humanidad postapocalíptica es difícil de evaluar, pero su uso inmediato promete ser provechoso. Los datos registrados por la Caja Negra de la Tierra están disponibles de manera permanente, porque funcionará como una cápsula del tiempo de información climática. Y llega en un momento en que el planeta va en camino de alcanzar 2,7 ºC de calentamiento global en un siglo. Las capas de hielo se están desestabilizando, el agua dulce está comenzando a escasear y crece de manera progresiva el numero de especies en extinción.
Quizá el proyecto pueda aportar sólo un granito de arena para prevenir nuestra debacle, pero es una pequeña acción en la dirección correcta.
Fuentes: Earthsblackbox, ScienceAlert, Toms Guide, LiveScience
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