jueves, 3 de marzo de 2022

Ucrania busca un cese al fuego y corredores humanitarios en conversación con Rusia

 

Ucrania busca un cese al fuego y corredores humanitarios en conversación con Rusia

Por Maksym Levin

BORODIANKA, 2 mar (Reuters) - Los negociadores rusos y ucranianos se reunieron el jueves y Kiev dijo que pediría un alto el fuego y corredores humanitarios para evacuar a sus ciudadanos asediados, mientras la guerra entraba en su segunda semana con ciudades ucranianas rodeadas y bajo bombardeo.

Cientos de soldados rusos y civiles ucranianos han muerto desde que el presidente Vladimir Putin envió sus tropas a la frontera el 24 de febrero. La propia Rusia se ha visto sumida en un aislamiento nunca antes experimentado por una economía de tan gran tamaño.

Naciones Unidas dijo que más de un millón de refugiados habían huido en sólo siete días, uno de los éxodos más rápidos que se recuerdan.

El negociador y asesor presidencial ucraniano Mikhailo Podolyak tuiteó una foto de las delegaciones en una mesa de conferencias en un lugar no revelado. Los ucranianos llevaban uniforme de combate y chaquetas de invierno, mientras que los rusos vestían traje y corbata.

Podolyak dijo que Ucrania exigiría un alto el fuego inmediato, un armisticio y "corredores humanitarios para la evacuación de los civiles de los pueblos/ciudades destruidos o constantemente bombardeados".

Ninguna de las partes ha dado a entender que espera avances, después de que la primera ronda de conversaciones celebrada el lunes en Bielorrusia no consiguió ningún avance.

A pesar de un plan de batalla inicial que, según los países occidentales, tenía como objetivo derrocar rápidamente al Gobierno de Kiev, al que describen como de nacionalistas peligrosos que amenazan su seguridad, Rusia sólo ha capturado una ciudad ucraniana hasta ahora: el puerto de Jersón, al sur del río Dniéper, en el que sus tanques entraron el miércoles.

Con su principal fuerza de asalto detenida durante días en una carretera al norte de Kiev, Rusia ha cambiado de táctica, intensificando su bombardeo de las principales ciudades. El centro de Járkov, una ciudad de 1,5 millones de habitantes, ha quedado reducido a escombros.

Mariúpol, el principal puerto del este de Ucrania, está rodeado y bajo un intenso bombardeo, sin agua ni electricidad. Las autoridades dicen que no pueden evacuar a los heridos. El ayuntamiento comparó la situación con el asedio de Leningrado en la Segunda Guerra Mundial.

NADA QUE PERDER

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha permanecido en Kiev, publicando regularmente vídeos de actualización para la nación. En su último mensaje, afirmó que las líneas ucranianas se mantenían. "No tenemos nada que perder, salvo nuestra propia libertad", dijo.

El Ministerio de Defensa británico afirmó que el grueso de la enorme columna rusa que avanza hacia Kiev sigue a 30 kilómetros del centro de la ciudad, retenido por la resistencia ucraniana, las averías mecánicas y los atascos.

"La columna ha hecho pocos progresos perceptibles en más de tres días", dijo en una actualización de inteligencia.

En Borodianka, una pequeña ciudad a 60 kilómetros al noroeste de Kiev, donde los lugareños repelieron un asalto ruso, los cascos quemados de los blindados rusos destruidos estaban esparcidos por una carretera, rodeados de edificios reducidos a ruinas.

Las llamas de un edificio de apartamentos en llamas iluminaban el cielo antes del amanecer.

"Empezaron a disparar desde su APC (vehículos de transorte de personal) hacia el parque frente a la oficina de correos", relató un hombre en el apartamento donde se refugiaba con su familia.

"Entonces esos cabrones pusieron en marcha el tanque y empezaron a disparar hacia el supermercado, que ya estaba quemado. Se volvió a incendiar", agregó.

"Un anciano salió corriendo como un loco, con los ojos grandes y redondos, y dijo '¡dame un cóctel molotov! Acabo de incendiar su APC!... ¡Dame gasolina, haremos un cóctel molotov y quemaremos el tanque!".

Al menos nueve personas murieron y cuatro resultaron heridas en un ataque aéreo ruso que afectó a dos escuelas y casas particulares en la región oriental de Chernígov el jueves, dijo el gobernador Viacheslav Chaus en una publicación en línea.

Las imágenes de la cámara de un automóvil, verificadas por Reuters, mostraban edificios de una zona residencial de Chernígov alcanzados por aparentes misiles. La calle quedó envuelta en una bola de fuego y una enorme nube de humo negro se elevó hacia el cielo.

Dos buques de carga fueron aparentemente atacados en puertos ucranianos. Cuatro miembros de la tripulación desaparecieron después de que un barco de propiedad estonia explotó y se hundió frente a Odesa, y al menos un miembro de la tripulación murió en una explosión en un barco de Bangladés en Olvia.

Ucrania es uno de los mayores exportadores de grano y aceite del mundo desde sus puertos del Mar Negro.

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GRÁFICO (en inglés): Áreas de combate https://graphics.reuters.com/RUSSIA-UKRAINE/lbvgnznyypq/graphic.jpg

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(Reporte de oficinas de Reuters; escrito por Peter Graff; editado en español por Carlos Serrano)

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Unas 15.000 personas se refugian en el metro de Kiev

Taria, de 27 a&#xf1;os, sale de una tienda de campa&#xf1;a donde vive con sus dos hijos y otras familias ucranianas en una estaci&#xf3;n subterr&#xe1;nea de metro. Muchos han estado all&#xed; durante aproximadamente una semana, mientras las fuerzas rusas y ucranianas luchan en las afueras de Kiev, Ucrania. (Lynsey Addario/The New York Times)
Taria, de 27 años, sale de una tienda de campaña donde vive con sus dos hijos y otras familias ucranianas en una estación subterránea de metro. Muchos han estado allí durante aproximadamente una semana, mientras las fuerzas rusas y ucranianas luchan en las afueras de Kiev, Ucrania. (Lynsey Addario/The New York Times)

Hasta tres o cuatro personas duermen en un solo colchón y hay bolsas de comida por todos lados, mientras las madres leen las noticias de la guerra en sus teléfonos celulares.

KIEV, Ucrania — A medida que la escalera mecánica se desliza por los últimos metros hacia la estación del metro, en lo profundo del otrora inmaculado sistema de transporte público de Kiev, aparece una gran cantidad de colchones, maletas y bolsas de plástico llenas de comida. El espacio proyecta una gran calma, casi silenciosa, a pesar de las 200 personas que acampan allí para escapar de los bombardeos y el fuego de artillería.

Tres o cuatro duermen en un solo colchón. Los niños jugaban con carritos sobre las losas de granito gris de los pisos de la estación, observando a sus madres que miraban sus teléfonos celulares de manera incesante, buscando noticias de la guerra.

Las manos y los pies pequeños sobresalían debajo de las mantas, aunque hace mucho más calor en la estación que en la superficie. Los voluntarios iban y venían, trayendo comida y otros artículos básicos. Una madre montaba una tienda de campaña para tener un poco de privacidad.

“No es tan cómodo”, admitió Ulyana, una niña de 9 años que llevaba seis días viviendo en la estación de Dorohozhychi con su madre y su gato. “Pero esta es la situación, y solo tenemos que aguantarla. Es mejor estar aquí que vivir lo que está pasando afuera”.

Unas 15.000 personas, según dijo el alcalde de la ciudad el miércoles, la mayoría de ellas mujeres y niños, se han instalado en el sistema de metro de Kiev para escapar de las duras condiciones que se experimentan en la ciudad mientras las fuerzas rusas avanzan.

Y el metro no es el único refugio subterráneo. Los médicos del Hospital de Maternidad número 5 en Kiev, por ejemplo, han establecido cámaras en el sótano para brindar a las mujeres un lugar seguro para dar a luz. Hasta el momento, cinco bebés han nacido de esta manera, dijo Dmytro Govseyev, director de la clínica.

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Ucranianos descansaban en un vagón de tren en una de las estaciones de metro, el miércoles. (Lynsey Addario/The New York Times)

Cuando ya habían transcurrido varios días del inicio del conflicto, los planes de guerra del Kremlin siguen sin estar claros. Los movimientos de tanques, cañones de artillería, vehículos blindados de transporte de personal y otras armas pesadas hacia Kiev, que tenía una población de unos 2,8 millones de personas antes del éxodo de los evacuados, están generando mucha preocupación por la posibilidad de que se desencadenen sangrientos enfrentamientos callejeros.

Sin embargo, Rusia podría emprender un asedio agotador con bombardeos y el corte de los suministros de alimentos, agua y municiones con la esperanza de quebrar la resistencia sin la destrucción y muerte que conllevarían un ataque frontal.

De cualquier manera, es probable que la vida en los espacios subterráneos de Kiev, que ya es difícil, se vuelva aún más precaria.

En la superficie, los soldados y voluntarios ucranianos que hace solo unos días recibieron rifles estaban ocupados preparándose para la llegada de los rusos.

Los preparativos eran evidentes en casi todas las calles: barreras de concreto bloqueaban las carreteras, llantas para prender fuego y formar cortinas de humo yacían por todas partes y, el miércoles, había señales de advertencia de minas antitanque en las carreteras que fueron cerradas apresuradamente para el tránsito de automóviles civiles.

Un vehículo acribillado a balazos yacía abandonado al costado de una carretera cerca de un puesto de control atendido por voluntarios civiles, aparentemente se sospechaba que transportaba saboteadores rusos.

Una nieve fría y fangosa caía sobre la ciudad, y el ruido sordo de las explosiones se podía escuchar en algún lugar de las afueras.

Aunque la mayoría de la gente en Kiev permanece en sus apartamentos, miles han optado por esconderse de los peligros refugiándose en el sistema de metro. Mujeres y niños de todas las edades, junto con hombres demasiado mayores para unirse a los combates, han vivido durante días en condiciones de hacinamiento.

Olha Kovalchuk, veterinaria de 45 años, y su hija, Oksana, de 18 años, estudiante universitaria de ecología, se han turnado para dormir en un codiciado banco de madera en la parada de Dorohozhychi. “Este es nuestro espacio”, dijo Kovalchuk.

Cerca, la gente se congregaba alrededor de una estación de carga de teléfonos celulares improvisada a toda prisa. Afortunadamente, el sistema de metro tiene baños públicos bien equipados.

La estación se encuentra en lo profundo de la línea verde del sistema (el viaje por la escalera mecánica hasta la estación dura aproximadamente un minuto) y las paradas ubicadas más adelante parecen prometedoras: el Palacio de los Deportes, el Golden Gate, las Cuevas y la Amistad de los Pueblos. Sin embargo, aunque los trenes todavía circulan esporádicamente, en ese lugar nadie iba a ninguna parte.

“Es malo para los niños”, dijo Kovalchuk, observando la escena. “Solo soy una veterinaria, no soy médica, pero puedo entender lo malo que es para ellos. Están bajo estrés. Y lloran en las noches”.

Kovalchuk dijo que había estado tan estresada que casi no dormía. Y estaba hirviendo de ira contra el hombre que inició la guerra, el presidente ruso, Vladimir Putin. “No quiero maldecir”, dijo. “Simplemente odio a ese hombre con toda mi alma. Mira cuánto dolor nos ha infligido”.

En los últimos días, los funcionarios ucranianos han suplicado a las naciones occidentales que intervengan imponiendo una zona de exclusión aérea sobre Ucrania, una solicitud que ha sido rechazada porque podría provocar un conflicto directo entre la OTAN y las fuerzas rusas. Pero a Kovalchuk le gusta esa idea.

“Por favor, cierren el cielo”, dijo.

Las señales de advertencia de las intenciones de Rusia habían sido claras durante años, no solo durante la acumulación militar que comenzó el otoño pasado, dijo. “No entiendo por qué el mundo no escuchó a Ucrania antes”.

Las estimaciones de bajas civiles no son fiables porque ambos bandos pueden manipularlas. El miércoles, una agencia del gobierno ucraniano que supervisa los departamentos de bomberos y los servicios de rescate dijo en un comunicado que 2000 personas habían muerto. Pero luego emitió una corrección diciendo, en lo que probablemente sea la versión más confiable, que no sabían cuántas personas habían muerto. Las estimaciones previas eran de cientos de personas.

Lyudmyla Denisova, la defensora de los derechos humanos en el Parlamento ucraniano, emitió un comunicado diciendo que 21 niños habían muerto y otros 55 resultaron heridos.

Yulia Gerasimenko, una abogada que trabajaba en el mercado inmobiliario de Kiev, se mudó al metro con su hija, Ulyana, el jueves pasado por la noche, durante la primera jornada de la guerra. Por casualidad, su hijo de 6 años se estaba quedando con su abuela en las afueras de Kiev cuando comenzó la incursión rusa. Ellos lograron escapar y ahora están en Alemania. Su esposo, un militar de carrera, está luchando con el ejército ucraniano.

Dijo que estaba contenta de que su hijo estuviera a salvo. “Pero desearía estar cerca de él”, agregó.

Andrew E. Kramer es periodista en el buró de Moscú. Formó parte de un equipo que obtuvo el Pulitzer en 2017 en la categoría de reportajes internacionales por una serie de investigación sobre la proyección encubierta del poder de Rusia. @AndrewKramerNYT

© 2022 The New York Times Company

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