martes, 2 de agosto de 2022

Los talibanes condenan el ataque de dron en Kabul que mató al líder de Al Qaeda

 

La muerte de Al-Zawahiri obliga a los talibanes a dar respuestas y complica su búsqueda de reconocimiento internacional

El día que militantes talibanes tomaron el palacio presidencial de Kabul, en agosto del año pasado
El día que militantes talibanes tomaron el palacio presidencial de Kabul, en agosto del año pasado

ISLAMABAD.— El ataque de un drone norteamericano que mató al líder de Al Qaeda, Ayman al-Zawahiri, en el balcón de una casa segura en Kabul, incrementó hoy el escrutinio global hacia el régimen talibán de Afganistán y socavó aún más sus esfuerzos para lograr el reconocimiento internacional y la ayuda que tanto necesitan.

En el Acuerdo de Doha de 2020, que estableció los términos de la retirada de Estados Unidos de Afganistán, los talibanes se comprometieron a no recibir miembros de Al-Qaeda. A casi un año de la caótica salida de las tropas estadounidenses del país, el asesinato de Al-Zawahiri plantea interrogantes sobre la implicación de los líderes talibanes en la protección de uno de los cerebros de los ataques terroristas del 11 de Septiembre, que era uno de los fugitivos más buscados por Estados Unidos.

La vivienda se encuentra en el lujoso vecindario de Shirpur de la capital afgana, donde varios líderes talibanes se instalaron en las mansiones de antiguos altos cargos del derrocado gobierno respaldado por Occidente.

En un primer momento, los talibanes trataron de presentar el ataque como una violación, por parte de Washington, del pacto de Doha, que incluye el compromiso del grupo de no dar refugio a quienes quieran atacar a Estados Unidos, algo que Al-Zawahiri había hecho durante años en videos y publicaciones en Internet. Los talibanes no ha anunciado aún quién murió en el ataque.

Mientras, persisten los rumores de discrepancias en las filas del grupo, especialmente entre un poderoso grupo conocido como la red Haqqani, que aparentemente refugió a Al-Zawahiri, y otros cargos talibanes.

“El asesinato de Ayman al-Zawahiri ha planteado muchos interrogantes”, dijo un funcionario de la inteligencia paquistaní, que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a conversar públicamente con reporteros. Al-Zawahiri asumió el liderazgo de Al Qaeda tras la muerte de Osama ben Laden en Pakistán en 2011, en una operación del comando SEAL de la Armada.

En esta imagen de 1998, se los puede ver a Al-Zawahiri y Ben Laden durante una conferencia de prensa en Afganistán
En esta imagen de 1998, se los puede ver a Al-Zawahiri y Ben Laden durante una conferencia de prensa en Afganistán - Créditos: @Mazhar Ali Khan

“Los talibanes estaban al tanto de su presencia en Kabul, y si no lo estabam, tienen que explicar su posición“, apuntó el funcionario.

La casa donde estaba Al-Zawahiri era la vivienda de un destacado asesor del líder talibán Sirajuddin Haqqani, según un alto funcionario de la inteligencia estadounidense. Las autoridades talibanas impidieron que los periodistas de la AP en Kabul llegasen hasta el lugar el martes.

Los observadores de los grupos insurgentes informaron en julio al Consejo de Seguridad de la ONU que Al-Qaeda disfruta de mayor libertad en Afganistán bajo el gobierno talibán, pero se limita a asesorar y a respaldar a los nuevos mandatarios.

En un informe, los observadores indicaron que los dos grupos siguen manteniendo una relación cercana y que los combatientes de Al-Qaeda, que se estima que son entre 180 y 400, están representados “a nivel individual” entre las unidades de combate talibanas.

Según el informe, es poco probable que Al-Qaeda intente organizar ataques directos fuera de Afganistán “debido a la falta de capacidad y a la moderación por parte los talibanes, así como a la falta de voluntad para poner en peligro sus recientes logros”, como tener un refugio seguro y mejores recursos.

Durante la primera mitad de 2022, Al-Zawahiri incrementó su contacto con sus seguidores a través de mensajes de video y audio en los que aseguró que Al-Qaeda podía competir con el grupo extremista Estado Islámico por el liderazgo de un movimiento global, según indicó el informe del Analytical Support and Sanctions Monitoring Team.

Los insurgentes de EI se han convertido en la principal amenaza para los talibanes en el último año, con ataques letales masivos contra objetivos del grupo y civiles.

Khalil Haqqani, en una mezquita de Kabul
Khalil Haqqani, en una mezquita de Kabul

La red Haqqani es un grupo grupo insurgente islamista afgano que se creó en torno a la familia homónima. En la década de 1980 combatió contra las fuerzas soviéticas, y en los 20 últimos años ha luchado contra las tropas estadounidenses y de la OTAN, así como contra el antiguo ejecutivo.

El ataque no pudo llegar en un peor momento político para los talibanes. Los insurgentes enfrentan la condena de la comunidad internacional por negarse a restablecer la educación para las niñas a partir del sexto curso, a pesar de sus promesas previas. La misión de Naciones Unidas en Afganistán ha criticado también al grupo por los abusos de los derechos humanos cometidos bajo su mandato.

Los talibanes ordenaron el cierre de las escuelas secundarias para niñas en Afganistán el 23 de marzo, apenas unas horas después de su reapertura
Los talibanes ordenaron el cierre de las escuelas secundarias para niñas en Afganistán el 23 de marzo, apenas unas horas después de su reapertura - Créditos: @AHMAD SAHEL ARMAN

Estados Unidos y sus aliados retiraron los miles de millones de dólares que aportaban en calidad de fondos de desarrollo, y que mantenían al gobierno a flote, en parte por los abusos, además de congelar miles de millones en activos nacionales afganos.

Esto hizo que la ya maltrecha economía del país cayese en picado, lo que elevó la pobreza de forma dramática y creó una de las peores crisis humanitarias del mundo. Millones de personas, que luchan por alimentar a sus familias, sobreviven gracias a un amplio operativo de ayuda encabezado por la ONU.

Los talibanes intentaron reactivar esas ayudas, pero el asesinato de Al-Zawahiri ya ha sido aprovechado por el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, como un indicio de que el grupo “violó flagrantemente el Acuerdo de Doha y las repetidas garantías (...) de que no permitirían que el territorio afgano fuese utilizado por terroristas para amenazar la seguridad de otros países”.

Por Rahim Faiez y Munir Ahmed

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Muerte de líder de Al Qaeda arroja escrutinio sobre Talibán

MOR-GEN AFGANISTÁN-AL ZAWAHRI (AP)
MOR-GEN AFGANISTÁN-AL ZAWAHRI (AP)

El ataque de un avión no tripulado estadounidense que mató al líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahri, en el balcón de una casa segura en Kabul, incrementó el martes el escrutinio global hacia los gobernantes talibanes de Afganistán y socavó aún más sus esfuerzos para lograr el reconocimiento internacional y la ayuda que tanto necesitan.

En el Acuerdo de Doha de 2020, que estableció los términos de la retirada de Estados Unidos de Afganistán, el Talibán se comprometía a que no acogería a miembros de Al Qaeda. A casi un año de la caótica salida de las tropas estadounidenses del país, el asesinato de Al Zawahri plantea interrogantes sobre la implicación de los líderes talibanes en la protección de uno de los cerebros de los ataques terroristas del 11S, que era uno de los fugitivos más buscados por Estados Unidos.

La vivienda se encuentra en el lujoso vecindario de Shirpur de la capital afgana, donde varios líderes talibanes se instalaron en las mansiones de antiguos altos cargos del derrocado gobierno respaldado por Occidente.

En un primer momento, los talibanes trataron de presentar el ataque como una violación, por parte de Washington, del pacto de Doha, que incluye el compromiso del grupo de no dar refugio a quienes quieran atacar a Estados Unidos, algo que Al Zawahri había hecho durante años en videos y publicaciones en internet. El Talibán no ha anunciado aún quién murió en el ataque.

Mientras, persisten los rumores de discrepancias en las filas del grupo, especialmente entre un poderoso grupo conocido como la red Haqqani, que aparentemente refugió a Al Zawahri, y otros cargos talibanes.

“El asesinato de Ayman al-Zawahri ha planteado muchos interrogantes", dijo un funcionario de la inteligencia paquistaní, que habló con The Associated Press bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a conversar públicamente con reporteros. Al Zawahri asumió el liderazgo de Al Qaeda tras la muerte de Osama bin Laden en Pakistán en 2011, en una operación del comando SEAL de la Armada.

“El Talibán estaba al tanto de su presencia en Kabul, y si no lo estaba, tienen que explicar su posición ", apuntó el funcionario.

La casa donde estaba Al Zawahri era la vivienda de un destacado asesor del líder talibán Sirajuddin Haqqani, según un alto funcionario de la inteligencia estadounidense. Las autoridades talibanes impidieron que los periodistas de la AP en Kabul llegasen hasta el lugar el martes.

La red Haqqani es un grupo grupo insurgente islamista afgano que se creó en torno a la familia homónima. En la década de 1980 combatió contra las fuerzas soviéticas, y en los 20 últimos años ha luchado contra las tropas estadounidenses y de la OTAN, así como contra el antiguo ejecutivo.

El ataque no pudo llegar en un peor momento político para el Talibán. Los insurgentes enfrentan la condena de la comunidad internacional por negarse a restablecer la educación para las niñas a partir del sexto curso, a pesar de sus promesas previas. La misión de Naciones Unidas en Afganistán ha criticado también al grupo por los abusos de los derechos humanos cometidos bajo su mandato.

Estados Unidos y sus aliados han retirado los miles de millones de dólares que aportaban en calidad de fondos de desarrollo, y que mantenían al gobierno a flote, en parte por los abusos, además de congelar miles de millones en activos nacionales afganos.

Esto hizo que la ya maltrecha economía del país cayese en picado, lo que elevó la pobreza de forma dramática y creó una de las peores crisis humanitarias del mundo. Millones de personas, que luchan por alimentar a sus familias, sobreviven gracias a un amplio operativo de ayuda encabezado por la ONU.

El Talibán ha estado tratando de reactivar esas ayudas, pero el asesinato de Al Zawahri ya ha sido aprovechado por el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, como un indicio de que el grupo “violó flagrantemente el Acuerdo de Doha y las repetidas garantías (...) de que no permitirían que el territorio afgano fuese utilizado por terroristas para amenazar la seguridad de otros países”.

El vocero del Talibán, Zabihullah Mujahid, por su parte, señaló que Washington había incumplido el pacto al lanzar el ataque. La televisora estatal afgana, que está controlada por el grupo, reportó que el presidente estadounidense, Joe Biden, anunció la muerte de Al Zawahri.

“El asesinato de Ayman al Zawahri cierra un capítulo de Al Qaeda”, indicó Imtiaz Gul, director ejecutivo del Center for Research and Security Studies, con sede en Islamabad.

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Los periodistas de The Associated Press Jon Gambrell e Isabel DeBre en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, contribuyeron a este despacho.

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Los talibanes condenan el ataque de dron en Kabul que mató al líder de Al Qaeda

Kabul, 2 ago (EFE).- El Gobierno talibán condenó este martes el ataque con un dron estadounidense en Kabul que durante este fin de semana mató al líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahir, aunque no se refirieron en ningún momento al destacado yihadista, y afirmaron que se trató de una violación del acuerdo de Doha con Estados Unidos.

El Gobierno talibán "condena enérgicamente este ataque, que se produjo por el motivo que fuera, y lo considera una clara violación del derecho internacional y del acuerdo de Doha", aseguró el principal portavoz islamista, Zabiullah Mujahid, en un comunicado.

Estos ataques "repiten la experiencia fallida de los últimos 20 años y van en contra de los intereses de Estados Unidos, Afganistán y la región. Repetir esas acciones dañará las posibles oportunidades" de estabilizar la región, anotó el portavoz.

En el acuerdo de Doha firmado en febrero de 2020 entre Estados Unidos y los talibanes se acordó la retirada completa de las fuerzas estadounidenses de Afganistán después de dos décadas de conflicto, que concluyó hace un año tras la toma de Kabul por los islamistas.

Sin embargo, la salida de EEUU se hacía bajo la condición, entre otros puntos, de evitar que Afganistán volviera a convertirse en santuario de terroristas como ocurrió durante su anterior régimen entre 1996 y 2001, marcado por el apoyo a Osama bin Laden y los ataques del 11-S, algo que aparentemente incumplieron los talibanes.

Pero los islamistas evitaron referirse al objetivo del ataque, que como anunció horas antes el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se trataba de Al Zawahiri, sucesor de Bin Laden al frente de Al Qaeda tras su muerte en 2011 en una operación estadounidense en Pakistán.

El ataque se produjo el domingo por la mañana en un área residencial de Kabul, y en un principio el portavoz del Ministerio de Interior afgano, Abdul Nafi Tekor, había asegurado a Efe que no se produjeron víctimas y desconocía el origen del bombardeo.

Solo este martes Mujahid reveló que, tras una investigación de los servicios de inteligencia de los talibanes, se pudo confirmar que se trató de un bombardeo de un dron estadounidense.

Según la Casa Blanca, Al Zawahiri fue asesinado cuando se encontraba en el balcón de la residencia en la que se alojaba y un dron le disparó dos misiles Hellfire. Únicamente el líder de Al Qaeda murió en la operación, y no hubo ningún daño colateral.

El líder de Al Qaeda se trasladó a la capital afgana junto a su familia a principios de este año procedente de Pakistán y, de acuerdo con EEUU, el septuagenario todavía constituía una amenaza para los ciudadanos, intereses y seguridad nacional de Estados Unidos por lo que con su muerte "se ha hecho justicia". EFE

lk-mt/igr/ga

(c) Agencia EFE

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