lunes, 3 de octubre de 2022

Tercera Guerra Mundial: ¿es posible o ya comenzo?

 

  1. Tercera Guerra Mundial: ¿esposible? O ¿ya comenzó?MARCELOCOLUSSImmcolussi@gmail.com,https://www.facebook.com/marcelo.colussi.33https://www.facebook.com/Marcelo-Colussi-720520518155774/https://mcolussi.blogspot.com/22
  2. forma creciente con el paso de los años y laacumulación de capital, necesita de las guerras.Hay que destruir para volver a construir: ciclomonstruosamente infame del que la sociedadcapitalista no puede escapar. Las guerras están ensu ADN. Aunque el actual enfrentamiento europeoentre Rusia y Ucrania se ha robado toda la fanfarriamediática, en el mundo se cursan infinidad deguerras de mediana o baja intensidad de lasque la industria comunicacional casi no habla.O no habla. Entre grandes guerras (con más de10,000 muertes anuales), guerras civiles, tribalesy enfrentamientos armados diversos (con hasta10,000 muertos al año) y pequeños conflictos yescaramuzas, hoy día se pueden contabilizar másde 50 frentes de combate: Yemen, Arabia Saudita,Palestina, Siria, Birmania, Pakistán, Etiopía,Nigeria, Somalia, Camerún, Colombia, Egipto,Libia, India, Filipinas, Israel, Tailandia, Senegal,México, Chad, por nombrar solo algunos. De laguerra ruso-ucraniana se habla más -se habla hastala saciedad en este momento- porqueallí se juegan otrasa g e n d a s ;concretamente: el posible nuevo ordeninternacional, la redistribución de áreas deinfluencia para los grandes poderes globales(el área dólar de los megacapitales occidentes,estadounidenses y europeos, versus un nuevopolo de poder centrado en el eje Pekín-Moscú).Las guerras no son expresión de la “enfermedad”psicológica de algunos (nunca falta un “malode la película”: Adolf Hitler, Saddam Hussein,Mohamed Khadafi, Nicolás Maduro, Kim-Jong-un,ahora Vladimir Putin) sino manifestación de luchasde poder. Dicho en otros términos: expresión deluchas de clasessociales en su dinámica universal.Dado que hay clases dominantes -hoy día,una oligarquía capitalista global, básicamentenor-atlántica-, como hay enfrentamiento alrojo vivo, la ideología de esa clase divide almundo en “buenos” (Occidente democrático) y“malos”, que están del otro lado del mundo, las“autocracias” rusa y china (con algún agregadocomo Norcorea o Irán, países “díscolos”, que noacatan lasórdenes de los capitalesoccidentales). Enrealidad hoy,a escala23
  3. actualidad,tendenciasyperspectivasplanetaria, la lucha no es entre capitalismo ysocialismo, sino solo entre planteos capitalistas.En estos momentos, la hegemonía en la aldeaglobal la tienen los capitales (no los trabajadores),por lo que la disputa es en torno a ese eje.Los mandatarios “buenos” (incluidas esasrémoras feudales de la Edad Media que sonlas casas reales europeas, resabios de cuandotodavía se creía en brujas) siempre blancos, rubiosy de ojos celestes, serían entonces el ejemplode democracia y defensa de la libertad. Los queno entran en ese selecto club privado serían los“malos”. Toda esa mentira ideológica, ¿no esacaso una forma de monstruosa violencia? Enotros términos: guerra psicológica, con armas másletales que las de fuego, o letales de otro modo: noprovocan homicidios ni genocidios sinointelicidios.Miente, miente, miente..., algo queda”, enseñóJoseph Goebbels, enseñanza llevada a un gradosumo por la actual corporación mediática: ¿quées eso sino unaforma demanipulación sutilmente violenta “para mantenerbajo control a los pueblos ignorantes”, comodecía hace cinco siglos el teólogo italianoGiordano Bruno? Los manuales militares actualeshablan de esto como “guerra psicológica”, sinningún empacho: “Busca generar un impactopsicológico de magnitud, tal como un shock ouna confusión, que afecte la iniciativa, la libertadde acción o los deseos del oponente; requiereuna evaluación previa de las vulnerabilidadesdel oponente y suele basarse en tácticas, armaso tecnologías innovadoras y no tradicionales(Steven Metz). Evidentemente, hay guerra pararato, con las más diversas modalidades: armasde fuego convencionales, aparatos mediáticos,armamento nuclear.Ahora se está hablando insistentemente deuna posible nueva conflagración planetaria,disparada por el enfrentamiento Rusia-Ucrania o,posiblemente, por las provocaciones de EstadosUnidos hacia China a partir de la “provinciarebelde” (o Estado soberano, según quienvea la cuestión) de Taiwán. Los mortalesde a pie -es decir: la prácticamentetotalidad de la población mundial-no tenemos mayores noticias deesto, de lo que en verdad seestá cocinando. ¿Qué plantessecretos tiene el Pentágono?¿Qué estrategia de largo plazotienen pensado losgrandes capitanes dela economía global?¿Qué acuerdos decooperación militarhay entre Rusia y China? ¿Quésabemos del sistema Perímetro(“Mano muerta”)de respuestanuclear automáticade Moscú? Si laspotencias capitalistas24
  4. actualidad,tendenciasyperspectivashan decidido no volverse a enfrentar entre sí (conla hegemonía militar absoluta de Washington quetomó a Europa Occidental como su rehén nucleary lidera esa coalición obligada que es la OTAN),¿por qué entonces la posibilidad de una guerramundial, tal como ahora pareciera posible?En realidad, cuando hoy por hoy se habla de“Tercera Guerra Mundial”, se está haciendoalusión a la posibilidad de un conflicto entreEstados Unidos y sus dos verdaderos rivales: laRepública Popular China y la Federación Rusa, losúnicos realmente en condiciones de hacerle frenteen el plano militar. La OTAN es el brazo armadode Washington en territorio occidental fuera deAmérica. Dicho sea de paso: Estados Unidos tiene452 bases militares en el continente europeo(en Alemania básicamente, el país derrotado en1945), mientras que Europa no posee ni una solainstalación castrense en suelo estadounidense.¿Quién manda? Más claro: imposible.Las guerras que se libran hoy día son todosconflictos internacionalizados. En todos, directao indirectamente, están presentes los interesesgeoestratégicos de las principales potencias, yasea porque la venta de armas y/o la reconstrucciónde lo destruido es un jugoso negocio, ya seaporque esas guerras expresan las disputaspolítico-económicas por áreas de influencia conun valor global. Los principales fabricantes dearmas son, justamente, las potencias que hoyse disputan la geo-hegemonía: Estados Unidos,Rusia, China, Gran Bretaña, Francia, todos elloscon poder nuclear. Y curiosamente, los supuestosgarantes de la paz mundial, los únicos con sillaspermanentes en el Consejo de Seguridad deNaciones Unidas. Las interminables guerras delÁfrica sub-sahariana (por el control de recursosestratégicos como, por ejemplo, el coltán, uotros minerales imprescindibles para la industriade avanzada) o del Oriente Medio (por el controldel petróleo), son la manifestación de planesimperiales de dominación, donde participanempresas de distintos países capitalistas llamados(con nada disimulada soberbia) “centrales”. Esosenfrentamientos, sin ningún lugar a dudas, songuerras mundializadas. ¿Qué hacen soldadoseuropeos en Afganistán? ¿Qué hacen losportaviones estadounidenses en el Mar Rojo?¿Por qué fuerzas de la OTAN bombardean Libiao Egipto? O más aún: ¿cómo es posible entenderque fuerzas centroamericanas, de El Salvador,por ejemplo, participen en misiones en África(en Mali), supuestamente de paz, de la mano delejército estadounidense?Ya no se diga lo que está ocurriendo ahoraen Ucrania: es abiertamente una guerra pordelegación; es decir: la OTAN, bajo el mando deWashington, está participando en forma abiertaen apoyo a Kiev. Corrijamos: no en apoyo aUcrania (¡qué les importan los miles de soldadosucranianos muertos ni la población de ese país!)sino en contra de Moscú. Esta guerra, que ahoraestá robando la atención de la corporaciónmediática mundial, es un intento de EstadosUnidos por evitar un nuevo polo de poder globalque le quite supremacía. Es, definitivamente, unaguerra mundial. Guerra tremendamente perversa,porque queriendo hacer aparecer el conflictocomo un enfrentamiento entre dos países, laCasa Blanca -el verdadero y único poder quemaneja la situación por el lado de Occidente-está desarrollando su estrategia de intentardetener la aparición de nuevos poderes globales.Tan mundial es esta guerra que un presidentede un olvidado país centroamericano comoGuatemala (con un ejército que no podría estarni remotamente en condiciones de enfrentarse alruso) viajó a Kiev para dar su apoyo a VolodimirZelensky, el mandatario ucraniano. Más allá de queesa medida puede haber sido solo un genuflexointento de la actual administración de la nacióncentroamericana para congraciarse con el poderde Washington intentando evitar deportacionesy quitado de visas a sus corruptos funcionarios,25
  5. actualidad,tendenciasyperspectivasel hecho muestra la “mundialidad” del asunto:yaestamos cursando una guerra mundial.Todos estos son conflictos, y no solo el deUcrania,absolutamente mundiales. Como lopuede ser el que el Pentágono está buscandogenerar en el Mar de China, utilizando a Taiwáncomo campo de batalla. Tras la fachada de laOTAN o de la ONU, o de la reciente asociaciónAUKUS para atacar China (Australia, Reino Unidode Gran Bretaña y Estados Unidos, por sus siglasen inglés), vienen las petroleras, las grandesempresas euro-estadounidenses, las inversionesde la gran banca mundial (occidental). ¿No sonreparticiones mundiales esas, que recuerdan laConferencia de Berlín de 1884/5, donde unascuantas potencias capitalistas europeas sedividieron el dominio del África sobre un mapa?Ahora, en forma alarmante, se nos hablade una posible guerra mundial con armasatómicas. ¿Quién es el “malo de la película”en todo esto? Según desde donde lo miremos,puede ser Putin (el nuevo Hitler, un “psicópatasediento de sangre”; no olvidar que esa personaes el presidente de un país capitalista, ¡yano es socialista!, un país tan capitalista comoEstados Unidos, o Inglaterra, o Arabia Saudita)o la geopolítica de Washington. Lo cierto es queestamos ante una escalada sin precedentes desde1945. Los mega-capitales occidentales tienenmucho que perder: si Moscú, junto con Pekín, seconstituyen en los nuevos referentes planetarios,se termina el reinado de dólar y del “hombreblanco” eurocéntrico. ¿Llegaremos realmente alholocausto termonuclear disparando los más de15.000 misiles con carga nuclear? (cada uno deellos con una potencia destructiva 30 o 50 vecesmayor a las bombas de Hiroshima y Nagasaki)¿Qué se juega en esa posible “nueva” guerramundial?Alguna vez dijo Einstein: “No sé si habráTercera Guerra Mundial, pero si la hay, seguroque la Cuarta será a garrotazos”. Desgarrador,y tremendamente cierto. Aunque equivocado.Corrijamos al genio de la física: ¡No habría Cuarta,porque no va a quedar forma viva alguna sobre lafaz del planeta!El poder nuclear que se desarrolló durantela segunda mitad del siglo XX en plena GuerraFría -pero super caliente para los territoriosdonde, por delegación, se enfrentaban lasdos superpotencias- y lo que va del actual, esimpresionante. De liberarse toda esa energía seproduciría una explosión con una onda expansivaque llegaría hasta la órbita de Plutón. Proezatécnica, pero que no resuelve los principalesproblemas del mundo. Se puede destruir todo unplaneta... pero continuamos con niños de la calle,población hambrienta y prejuicios milenarioscomo el patriarcado. Algo no funciona en esaidea de progreso. El capitalismo, definitivamente,no quiere – ¡ni puede! – resolver todo esto. Suesencia es la acumulación de capital, y si para esosirve la guerra: ¡adelante con la guerra!El sistema económico-político actual -basadoexclusivamente en el lucro empresarial individual-no ofrece ninguna posibilidad real de arreglarla situación, porque en su esencia no existe lapreocupación por lo humano, la solidaridad,la empatía: lo único que lo mueve es la sed deganancia, el espíritu comercial, el negocio. El serhumano de carne y hueso no cuenta.¡Y la guerra también es negocio! Da ganancias...,aunque sólo a algunos, por supuesto. Ese es elgrado de insensibilidad al que llega el sistemavigente: matar gente, destruir la obra de lacivilización, producir hechos criminales... ¡esnegocio! ¡Ese es el espíritu que lo alienta! Todo esmercancía, absolutamente todo: la muerte, el sexo,el amor, la comida, el saber, el entretenimiento,etc. ¡Eso es el sistema dominante! Felizmente,hay otros a la vista, un poco sacados de en mediopor la corporación mediática, pero que continúanvigentes como inspiración.Por eso hoy día la posibilidad de una nueva26
  6. actualidad,tendenciasyperspectivasguerra mundial devastadora está abierta. Perocuando se dice “mundial”, se está hablandode la confrontación de la potencia dominante:Estados Unidos, y sus obligados aliados (¿perrosfalderos?), con quienes efectivamente le hacensombra, Rusia y China. Y fundamentalmente conesta última: el avance del yuan sobre el dólar esirrefrenable. Lo que se juega verdaderamente enesta posibilidad de locura nuclear es la supremacíaque vino detentando el principal país capitalistadel mundo hasta ahora, momento en que empiezaa ser seriamente cuestionado.El capitalismo, en tanto sistema planetario,y también su locomotora: la economíaestadounidense, desde el año 2008 cursan unaprofunda crisis de la que no se terminan derecuperar. En ese escenario, el auge de Chinay su incontenible pujanza, resulta una afrentainsoportable, más la potencia militar de unaFederación Rusa renacida, que dejó atrás la crisisfinal de la Unión Soviética. Ante este escenario, laposibilidad de una guerra funciona como válvulade escape, como salida de emergencia para losactuales amos planetarios. Aunque, por supuesto,la guerra no es ninguna salida. Pero en un sentido,sí revitaliza al sistema global, obviamente a favorde la élite dominante.En esa lucha por mantener la supremacía o,dicho de otro modo: por no poder un centavode la ganancia capitalista, la geoestrategia deWashington apunta a asfixiar por todos los mediosa sus rivales, a sus verdaderos rivales, que no sonni la Unión Europea ni Japón. Un rival de peso quees, sin vueltas de hojas, el eje Pekín-Moscú. Laguerra, lamentablemente, es una de las opciones,quizá la única, en esta lucha a muerte. Ahogarsignifica prolongar la locura en Ucrania, quizáabrirla en Taiwán. Aunque todo ello puede llevar aldesastre global, una locura total y sin posibilidadde retorno. Quienes estamos en el medio somoslos 8.000 millones de seres humanos de a pie queno queremos morir por el impacto de los misiles,ni por la posterior radiación, ni de hambre debidoal perenne invierno nuclear.Comentario marginal: hablamos de civilizacióncomo sinónimo de progreso, como oposicióna salvajismo, pero por lo que se ve, la dinámicahumana no ha cambiado mucho en relacióna la historia de nuestros ancestros: las cosasse siguen arreglando -más allá de cualquierpomposa declaración por la paz- en relación aquién tiene el garrote más grande. El pequeño-y desgarrador- detalle es que hoy ese garrotese llama misil balístico intercontinental con ojivanuclear múltiple. Y si es lanzado con un vehículohipersónico indetectable por los medios dedefensa actuales: mejor.De darse un enfrentamiento entre los gigantes,definitivamente se usaría material nuclear.Queremos creer que ello no sucederá, pero nohay garantías. Los países que detentan armasatómicas son pocos: Gran Bretaña, Francia, India,Pakistán, Israel (aunque oficialmente declara notenerlas), Corea del Norte, China, todos ellos enuna escala moderada, y en mayor medida, coninfinitamente mayor capacidad destructiva: Rusiay Estados Unidos. A la Unión Soviética la terminóasfixiando la carrera armamentista; a EstadosUnidos, el negocio de las armas le provee unamuy buena parte de su economía. Es obvio que laguerra alimenta al capitalismo. Pero sucede quejugar con energía nuclear es invocar a los peoresdemonios. Hagamos lo imposible para que losmismos nunca despierten

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