sábado, 26 de noviembre de 2022

Felipe Leal: La configuración urbana de México cambió radicalmente, ya no hablamos de la Ciudad de México como la metrópoli dominante

 Felipe Leal: La configuración urbana de México cambió radicalmente, ya no hablamos de la Ciudad de México como la metrópoli dominante

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  • El Colegio Nacional <elcolegionacional@colnal.mx>
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    jue 24 de nov a las 15:26

    24 de noviembre de 2022

    ECN.22/225

    Artes y Letras

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     LA CONFIGURACIÓN URBANA DE MÉXICO CAMBIÓ RADICALMENTE, YA NO HABLAMOS DE LA CIUDAD DE MÉXICO COMO LA METRÓPOLI DOMINANTE: FELIPE LEAL

    • La desigualdad en méxico crea ciudades de contrastes: juan villoro 

    • Concluye el ciclo Arquitecturas de las ciudades de México, donde se analizaron ocho ciudades.

    • Juan Villoro, miembro de El Colegio Nacional, participó en el cierre del ciclo Arquitecturas de las ciudades de México.

    • Coordinado por el también colegiado Felipe Leal, la mesa contó además con la participación de la urbanista Cecilia Barraza.

    • En los últimos diez o veinte años, la configuración urbana de México se ha modificado radicalmente, afirmó Felipe Leal.

    La enorme desigualdad que existe en México “marca los destinos de la arquitectura”, y de no corregirse seguirá existiendo un paisaje de contrastes, “donde pasamos de los edificios coloniales a la zona de la vulcanizadora o la lonchería”, afirmó el escritor y periodista Juan Villoro, miembro de El Colegio Nacional, al participar en la mesa de clausura del ciclo Arquitecturas de las ciudades de México, que coordinó a lo largo del año el también colegiado Felipe Leal.

    En el Aula Mayor, y a través de las redes sociales de la institución, Villoro compartió el panel con la urbanista Cecilia Barraza, quien ofreció un resumen de lo que fue el ciclo, iniciado en enero pasado y donde se analizó la arquitectura de ocho ciudades mexicanas: Mérida, Guadalajara, Tijuana, Puerto de Veracruz, Monterrey, Puebla, Oaxaca y Querétaro.

    “Me parece”, en palabras de Juan Villoro, “que no podemos analizar estas ciudades sin entender la sociedad dónde ocurre, porque las ciudades se expanden de esta manera, es inevitable no pensar en la enorme desigualdad que caracteriza el país y que marca los destinos de la arquitectura, es decir, los barrios pobres, los arrabales los asentamientos espontáneos que durante muchos años se han llamado ciudades perdidas junto con las gated community, las zonas de lujo, las zonas residenciales, los distritos financieros”.

    El problema “es particularmente problemático en un país donde, de acuerdo con el reporte mundial de desigualdad de la ONU de 2021, el 10% de la población de este país concentra el 79% de la riqueza y, para el caso de la Ciudad de México, el 50% de la población califica como población en zona de pobreza y el 7% como zona de altísima riqueza. En estos contrastes, evidentemente es difícil tener una arquitectura unitaria”.

    Villoro dijo que la arquitectura “tiene un compromiso social importantísimo”, pero “que es muy difícil de cumplir, porque la arquitectura necesita de presupuestos oficiales, necesita de clientes privados; la arquitectura es muy difícil que se esté oponiendo constantemente al status quo y, sin embargo, este status quo está creando ciudades totalmente desiguales”.

    Como ejemplo, en los últimos diez años, en la Ciudad de México se construyeron 100 plazas comerciales, “casi un récord mundial y tenemos lugares como avenida Universidad donde una plaza está al lado de otra de manera absurda; esta arquitectura de franquicia ha afectado todas las ciudades de México y, de alguna manera, distorsionado los trazos urbanos en mayor o menor medida”.

    Una solución ante el problema sería la consolidación de una clase media como sucedió en Brasil durante el primer mandato de Lula da Silva. En México, no obstante, afirmó. “no tenemos esa posibilidad, incluso el presidente López Obrador, dentro de sus ataques rotativos atacó a la clase media como una clase aspiracional, ociosa, que no tenía conciencia radical; creo que la creación de una clase media es esencial para que haya una arquitectura de otro tipo, que por el momento no se puede tener porque tenemos una arquitectura de privilegio que puede en ocasiones, con una voluntad de obra pública, dar lugar a piezas, espacios que sean disfrutados por todos, pero que en general, en este modelo de sociedad tan quebrado, es difícil”.

    Ante el panorama, el colegiado dijo: “yo abogo porque haya una arquitectura socialmente participativa y porque los arquitectos influyan cada vez más en la discusión pública con la información que poseen para que todos podamos crear un discurso más igualitario, porque si no corregimos las terribles desigualdades que tenemos en el país, es un problema estructural, no podrá haber una arquitectura de otro tipo”.

    Crecimiento radical

    Al presentar a los participantes de la mesa, el arquitecto Felipe Leal, miembro de El Colegio Nacional, afirmó que “en los últimos diez o veinte años, la configuración urbana de México se ha modificado radicalmente y ya no hablamos únicamente de la Ciudad de México como la ciudad dominante”.

    “Ha sido muy radical el crecimiento urbano del país, el crecimiento poblacional, toda la parte demográfica y todo eso se expresa justamente en la arquitectura, que ese es el gran contenedor. Cada ciudad tiene sus particulares arquitecturas, vamos a encontrar una serie de constantes en sus estructuras urbanas, en sus estructuras sociales, somos un país que tiene esas características muy específicas, pero también las diferencias climáticas y culturales de cada una de las distintas regiones de México, dado que somos un país con una diversidad natural y cultural muy grande”, señaló.

    Leal dio paso a la participación de la urbanista Cecilia Barraza, quien identificó diferentes momentos históricos, abordados en las mesas del ciclo organizado por El Colegio Nacional, que permiten conocer el desarrollo de las ciudades mexicanas.

    “Todas y cada una de estas sesiones conformaron el rompecabezas para comprender mejor los procesos de fundación, crecimiento y desarrollo de las arquitecturas de las ciudades de México”, enfatizó.

    “Historiadoras, arquitectas, arquitectos, urbanistas, artistas que con visiones, justo internas y externas, nos compartieron saberes sobre historia urbana e historia de la arquitectura, nos transmitieron los valores que hacen singulares a sus ciudades, expresaron sus preocupaciones sobre la condición actual de muchas de ellas y expresaron los retos que enfrentan”.

    Entre los tres momentos clave identificados por Barraza, el primero correspondió a las “ciudades fundadas en el siglo XVI novohispano. Estamos hablando mucho de las ciudades contemporáneas, pero yo he querido un poco sacar, hablar este hilo histórico, porque cada una de las mesas tuvieron intervenciones desde la perspectiva histórica”.

    “Mérida, Guadalajara, Veracruz, Puebla, Oaxaca y Querétaro, muchas de ellas, sobre los vestigios de las ciudades prehispánicas, estas trazas españolas van tomando forma y singularidad vía los materiales de cada región, la diversidad de los climas, las topografías y las condiciones que cada una de ellas vivía”.

    Sin embargo, “dos de las ocho ciudades poseen orígenes distintos y desarrollos particulares: Tijuana y Monterrey; la primera ciudad frontera del norte del país con el desierto como entorno al que se suma el mar y la luz, de topografía accidentada y de posición geopolítica clave, su posición de bordo da lugar a su fundación en los años 20 del siglo XX con la prohibición del cigarro y el alcohol en Estados Unidos, el sentido de identidad del lugar es el cambio, la transformación constante, intercultural y prematuramente global”.

    En tanto, Monterrey es “ejemplo emblemático del norte industrioso, de gran belleza paisajística, con las montañas como presencia constante, pero con condiciones climáticas duras, su aridez invitaba a emigrar, no obstante permanecieron, la ciudad, dicen sus habitantes, es el producto del esfuerzo y de sus pobladores a lo largo de los años”.

    Un segundo tiempo, definió Barraza, “arranca justo a fines del XIX e inicios del XX, en la época porfiriana, un gran impulso modernizador se extiende por el país y quedará especializado en las ciudades acorde de nueva cuenta a sus vocaciones, a sus productividades y a sus aspiraciones locales”.

    “Puebla, Mérida, Oaxaca, Veracruz ven romper su apretada traza colonial y extender sus límites a partir de la fundación de las colonias con nombres que destacan su distinción, está La higienista, La moderna, La americana, paseos también como el Montejo, el Llano, el Bravo, flanqueadas por mansiones señoriales y arquitecturas academicistas, eclécticas, americanas, neoclásicas, afrancesadas; llegaron posteriormente los art deco y los art noveau, las ciudades se iluminan”, detalló.

    Un tercer y último momento, agregó, se da “desde los años 70, 80 y 90, más o menos, las ciudades mexicanas y sus arquitecturas comienzan a enfrentar temas comunes, crecimientos y expansiones que son percibidos en clave de problema, los espacios, parece que pierden especificidad, ¿con qué arquitectura se representan actualmente los pobladores de sus ciudades?, ¿de qué ciudad hablamos, por ejemplo, cuando se expuso la indignación por la destrucción de las casonas históricas en los centros de las ciudades?, los valores patrimoniales han ido avanzando paulatinamente y lo han hecho  de la mano de reactualización de usos, como en el caso de las de las naves industriales regiomontanas”.

    Barraza enlistó los problemas que enfrentan las ciudades: “La proliferación de proyectos de vivienda de alto poder adquisitivo, con planeaciones tipo gueto, prácticamente en todas las ciudades; en nuestros tiempos el cercamiento y alejamiento de la vida urbana se ha nutrido lamentablemente con discursos de exclusividad y de inseguridad, he aquí que los espacios públicos se vuelvan los centros comerciales y se venden también las amenidades en los conjuntos habitacionales privadas”.

    “Torres emplazadas en ningún lugar y en todos, enclaves que no atienden a sus contextos territoriales o bien hacen uso del paisaje y del patrimonio como contexto, como vista, como proximidad, que eleva el valor de sus espacios construidos, es una riqueza pública expropiada, privatizada, sin dar una mínima retribución a esos territorios”.

    En contraste, afirmó, “no todo es negativo porque en los momentos de crisis como en los que hoy enfrentan nuestras ciudades, también se generan impulsos renovados, abren a nuevas ideas, incorporan a otros actores que permiten resolver necesidades de manera creativa”; se dan “miradas contemporáneas ampliadas” que proponen respuestas ante problemas como el tratamiento del agua y temas como el arte y la cultura inciden en la definición de las identidades citadinas

    La mesa de clausura del ciclo Arquitecturas de las ciudades de México, que coordinó a lo largo del año Felipe Leal, integrante de El Colegio Nacional, se encuentra disponible en el Canal de YouTube de la institución: elcolegionacionalmx.

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