La peor profecía de Martinoli sobre la Selección Mexicana se cumplió al pie de la letra
Christian Martinoli conoce muy bien cómo se desenvuelve todo el medio futbolístico en México. Ha estado más de dos décadas en el medio, pero pareciera que lleva el doble. A pesar de que no suele hablar mucho fuera de su trabajo como cronista, Christian es uno de los que llega a levantar la voz y muchos callan para escuchar, nunca se guarda lo que piensa. No conoce de claroscuros y siempre se dispone a llegar al grano. Sus narraciones son divertidas, pero sus críticas van acompañadas de sabor, más cuando estas van en contra de quien controla el balompié nacional o la misma Selección.
En octubre del 2013, el medio Frontera se encargó de realizarle una entrevista al narrador. En ella se trataron temas acerca de la Selección Mexicana que en ese momento no cruzaba por un buen momento en las eliminatorias de Brasil 2014 y corría el riesgo de quedar fuera. Una de las preguntas fue: ¿Qué pasaría si la Selección Nacional no va a un Mundial?
“Yo tengo dos vertientes muy claras; la primera, que a mi punto de vista es la que debe de ser, sería que habrá un desgano absoluto de los patrocinadores y de la gente por el futbol durante un año y medio o dos hasta que otra vez haya torneos o la eliminatoria. Se va a decir que ahora sí habrá un cambio radical en el futbol, que buscarán de tajo cambiar el campeonato mexicano, que reducirán a los extranjeros y mejorarán los torneos de las fuerzas básicas. Más o menos esa es la vertiente”.
“Lo que tengo como vertiente B y es posible que pase, es que, vamos a decir todo eso y no va a pasar nada. Que los primeros dos o tres meses va a ser una locura y que todo mundo va a decir que esto ya se acabó, hay que rehacerlo y que cuando nos demos cuenta en seis meses, esto sigue igual y no pasó nada. Como siempre ocurre en el balompié mexicano o en muchas cosas de nuestro país”, señaló Martinoli.
Han pasado casi 10 años desde aquella declaración y en el contexto actual, pareciera que Christian recién lo dijo. La peor profecía se terminó cumpliendo. El equipo nacional, después de un desilusionante episodio en la Copa del Mundo de Qatar 2022, sigue sin poder encontrar el rumbo. Instantes después de que México quedara eliminado en la fase de grupos del Mundial, las mesas de análisis y expertos del medio salieron a presionar a los directivos nacionales. Muchos salieron a culpar directamente al técnico, igual que en cada eliminación de cualquier Mundial, cuando la estructura en sí del futbol mexicano es la que se encuentra podrida en cada uno de sus cimientos.
Era evidente que habría un periodo de pausa porque la Selección Mexicana vuelve a la acción hasta hasta marzo para disputar un par de partidos de la Nations League. La cosa no es actuar al instante, sino que las acciones debieron de efectuarse tiempo atrás para evitar estos actos absurdos y evitar los discursos que todos conocemos y que no terminan por ver la luz.
La prueba más fehaciente de la escabrosa profecía que hizo Martinoli ocurrió hace casi 30 años. En 1995, la Federación Mexicana de Futbol (FMF), encabezada por Juan José Leaño como presidente de la misma, después del bochornoso papel ante la FIFA por los conocidos “Cachirules” que privó a México de participar en Italia 90, y por la casi reciente mala actuación del combinado nacional en Estados Unidos 94, decidió poner en acción un proyecto bautizado como Futbol 2000. Consistía en “profesionalizar el futbol mexicano”, según las palabras del mismo Leaño en aquél momento.
La historia se repetía porque se discutía que el futbol nacional debía de ser reestructurado, había que hacer los ajustes necesarios para cambiar el futuro de la Selección Mexicana. “Muchas cosas tienen que cambiar en el futbol mexicano, de todos, no solamente de directivos, también los jugadores. Se profesionalizará el futbol mexicano en sus diferentes áreas y eso incluye a todos, incluso directivos”, señaló el presidente de la FMF. El casete se repitió.
En aquél punto de la historia, Roberto Gómez Junco aprovechó el espacio que compartió con el presidente Leaño en un programa de En Caliente de TV Azteca y se encargó de increpar al directivo nacional. Desde aquél ese momento ya se hablaba de que el futuro del balompié azteca ya era una preocupación que debía atenderse.
“No son los primeros que nos vienen con proyectos bonitos a futuro. He oído planes y proyectos y realidades no ha habido. Me preocupa la postura del ingeniero Leaño en cuanto a que una empresa televisiva pueda meterse a manejar un equipo de futbol. Espero que TV Azteca jamás se meta a dirigir un equipo. No es nada sano. Sería importantísimo el impedir que un mismo dueño tenga más de un equipo. Lo ideal es que cada uno tenga su equipo”, continuó Roberto. A la fecha, Ricardo Salinas Pliego, fundador y presidente de TV Azteca también es dueño del Mazatlán Futbol Club. Y por ellos han pasado también los Monarcas Morelia, Atlas y Puebla.
La multipropiedad es otro de los factores que no se ha podido combatir desde entonces y a la fecha se mantienen vigentes. El Grupo Pachuca-Carso es dueño de Pachuca y León; Grupo Caliente tiene a Xolos y Querétaro; Olergi Deportes es dueño de Santos y Atlas y durante varios años, Grupo Salinas y Televisa llegaron a tener a más de un equipo en su nómina.
“La principal crisis se da a nivel directivo y de varios años para acá. Los técnicos han mejorado muchísimo con respecto a los de hace 10 años; el jugador va mejorando, afortunadamente. El arbitraje atraviesa por un gran bache. Pero la crisis fundamental se da en el nivel directivo. Profesionalizar sí, pero debe de profesionalizarse primero a los directivos”. Gómez Junco de nueva cuenta llegó a una conjetura que hoy en día se mantiene reflejada en cualquier nivel del balompié nacional.
Hace unos años, el mismo Roberto Gómez Junco entrevistó a Christian Martinoli y durante la plática salió un comentario del último mencionado donde señalaba que el directivo mexicano ni siquiera pudiera dar una explicación de cómo fue que se consiguió ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012: “Yo, un día le pregunté a Decio De María en un desayuno que si sabía por qué México había ganado (el oro). Si tenían alguna explicación o algún estudio y me dijo que no. Entonces yo asumí ahí que en México no hay un estudio de por qué se gana y por qué se pierde”.
El fracaso de Qatar quedó plasmado en la historia. Después de tantos años, el combinado nacional ha retrocedido un paso sin poder dar dos hacia adelante. Después de la justa mundialista se habló de un cambio radical. Hace 28 años lo hubo porque el proyecto Futbol 2000 no se puso en marcha. Lo único que consiguió fue la construcción del Centro de Capacitación que se encuentra a unos metros del Estadio Azteca, donde entrenó por muchos años la Selección Mexicana. Pero que, en 1998, con el cambio de presidente de la Federación, llegó a casi desaparecer por una venta para construir un centro comercial.
Después de Qatar, la Selección Mexicana lleva algunos meses lidiando para encontrar a su próximo director de selecciones nacionales, muchos han pasado por ahí sin éxito. No hay ningún proyecto para futuro y el candidato a tomar los controles es Rodrigo Ares de Parga, alguien que tiene miras hacia el negocio y no tanto hacia lo deportivo. El comité de dueños conformado por América, Santos, Chivas, Necaxa y Tijuana ya se dieron el lujo de rechazar a Marcelo Bielsa como nuevo timonel nacional y sus candidatos para el banquillo son Guillermo Almada y Miguel Herrera. Martinoli no se equivocó hace 10 años porque hoy, que volvió a fracasar la Selección, no hay acciones que remplacen las promesas para remediar las cosas y todo se mantiene igual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario