Esclavitud Sustentable
El objetivo de la ONU de reducir las emisiones de carbono
es una estafa para permitir que los ricos se vuelvan
más ricos a costa de los pobres
RHODA WILSON 14 Ene 2023, Exposé (Extracto)
no de los objetivos del plan Agenda 2030 de las Naciones Unidas
es el Objetivo de Desarrollo Sostenible 7 (“ODS7”).
Se nos dice que el objetivo principal del “desarrollo sostenible”
es mitigar los problemas que supuestamente serán causados por las emi-
siones de gases de efecto invernadero (“GEI”) de la humanidad.
Este cuento de hadas ha dejado a la mayoría de las personas traba-
jando bajo la ilusión de que la transición energética del ODS7 reducirá las
emisiones de dióxido de carbono (CO2). Esa suposición es incorrecta.
La meta 7.2 del ODS7 compromete al mundo a aumentar sustancial-
mente el uso de energías renovables. Pero no dice ni implica que las na-
ciones desarrolladas o las corporaciones multinacionales de energía, los
llamados "grandes contaminadores", necesariamente deben reducir sus
emisiones de GEI: pueden intercambiar créditos de carbono.
Mediante el comercio de créditos de carbono y la creación de una es-
casez de materiales, los su-
perricos ven el ODS7 como
un método para enriquecerse
a costa de los pobres.
En la serie de investiga-
ción Sustainable Sla-
very, Iain Davis escribió un
ensayo sobre la imposible
transformación de la ener-
gía. Versión abreviada AQUÍ:
El Protocolo de Kioto 1997
estableció 3 mecanismos in-
ternacionales “flexibles” de
comercio y compensación de carbono: Comercio de Emisiones, el Meca-
nismo de Desarrollo Limpio (“MDL”) y la Implementación Conjunta (“JI”).
El Comercio de Emisiones creó un nuevo tipo de mercancía comercia-
lizable, medida en toneladas métricas de eliminación (o “secuestro”)
de CO2 . Estableció efectivamente el mercado de comercio de carbono:
El comercio de carbono es la compra y venta de créditos que permiten
a una empresa emitir una determinada cantidad de CO2 u otros gases de
efecto invernadero. Esto es autorizado por los gobiernos con el objetivo
de reducir las emisiones de carbono y su contribución al cambio climático.
Pero cuando descubres cómo funciona este mercado y su lenguaje es-
ponjoso (el cambio climático y las emisiones de carbono), queda expuesto.
La ONU cree que no hay necesidad de que las naciones desarrolla-
das reduzcan sus emisiones de carbono para cumplir los ODS, afirmando:
ONU: Estos mecanismos (Comercio de Emisiones, el MDL y el JI) alientan la
reducción de GEI para comenzar donde sea más rentable, por ejemplo, en
el mundo en desarrollo. No importa dónde se reduzcan las emisiones,
siempre que se eliminen de la atmósfera. Esto estimula la inversión verde
en los países en desarrollo e incluye al sector privado.
En 2018, Carbon Market Watch (CMW) publicó un informe sobre lo que
significaba "desarrollo sostenible" en los países en desarrollo, donde los
proyectos bloquearon el acceso a la tierra para los medios de vida, exa-
cerbaron los conflictos de tierra, destruyeron la cohesión social y dañaron
los ecosistemas y la biodiversidad.
Tres años después, el informe se-
ñaló que los proyectos corporativos de
conservación forestal a gran escala en
Colombia sobreestimaban el valor de
secuestro de carbono, generando más
de 20 millones de créditos de carbono
poco fiables, que luego se negociaron
en el mercado.
Hoy, el valor de mercado del co-
mercio de carbono se sitúa en torno a
los 2,000 millones de dólares anuales,
pero está previsto que crezca a un
30% anual, muy atractivo para los in-
versores globalistas.
Según un informe del Financial Ti-
mes 2019: “La compensación de car-
bono se perfila como el mayor escán-
dalo de venta engañosa desde que el
fraile dominicano Johann Tetzel ven-
dió indultos para redimir los muertos."
El MDL permite a los gobiernos y
corporaciones “compensar” sus pro-
pias emisiones invirtiendo en proyec-
tos que designan como “verdes”.
Hay un plan en marcha para explo-
tar la "sostenibilidad" a fin de frustrar
el desarrollo económico en el Sur Glo-
bal, un elemento central del ODS7.
Cualquiera que se atreva a cuestio-
nar este modelo de “desarrollo soste-
nible” es castigado como un “negador”
del clima o de la ciencia. El cambio cli-
mático es la nueva religión mun-
dial. Dudar de lo que se nos ordena
creer al respecto, es una herejía.
Mientras tanto, las celebridades
alarmistas del clima vuelan por el
mundo en sus jets privados, y nos dan
lecciones de cómo debemos reducir
nuestra huella de carbono porque, a
diferencia de los agricultores congole-
ños desplazados, tienen la riqueza
para “compensarla” plantando algu-
nos árboles.
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