Estamos en los diez días de Dhul-Hijjah, el mes de la peregrinación, una fecha señalada para todo musulmán que culminarán con la fiesta del Sacrificio (Eid al-Adha). Son días donde la conciencia debe ponerse al servicio de la espiritual, de la ‘ibada. Sin embargo, hay que pensar en clave contemporánea estos días de espiritualidad ya que la mayoría no podemos hacer ni el bendito Hajj ni parar de golpe nuestras vidas. Así que os proponemos una serie de recomendaciones para optimizar estos días:

No reducir estos días a una fiesta cultural. Porque no lo es, estos días son días de elevar la conciencia, de intentar llegar más lejos, de dar gracias y de hacer nuestra ‘ibada. No se reduce todo al Hajj, si se puede, o a comer un cordero… Miremos más allá sin dejar de disfrutar lo que significan estos días.

Dhikr: El recuerdo de Allah, Altísimo, y de su Mensajero (saws) es una práctica muy importante y puede llevarse a cabo en cualquier parte. El dhikr puede ser una recitación evocando de los nombres de Allah, recitad corán, las salawats sobre el Profeta (saws) o situándonos en taqwa hacia Allah. No dudéis en contemplar la Creación y dar las gracias.

ShukrAgradecer todo lo que se tiene, no parar de dar las gracias. Estos días y el Eid al-Adha, como ya hemos dicho, son una fiesta de acción de gracias.

Ayunar: El ayuno es una de las mejores prácticas posibles, pero si no puedes ayuna el día de Arafah, el 9 día, pues hay un hadiz recogido por Muslim que dice: «No hay dia en el cual Allah libere del Fuego a más gente que el día de Arafah». Ayunar no solo previene el Fuego, sino que lo apaga en nuestros corazones.

SadaqaEs un punto fundamental, cuanto más deis más rizq habrá para vosotros. Hay muchísimos proyectos de sadaqa, no es difícil encontrar uno, pero intentad que tenga impacto en gente cercana y necesitada a la vez. Y no solo se trata de dar dinero o elementos materiales, sino también escucha, amor, una simple sonrisa. Hasan de Basora decía que es mejor satisfacer al hermano necesitado que hacer un Hajj tras otro. La sadaqa es una bendición para el que la da y el que la recibe, pero siempre en silencio y sin que haya interés alguno.

Sacrificio: Es otro punto fundamental de estos días, con él rememoramos el sacrificio que hizo Ibrahim (as) y al rahma de Allah, Altísimo. No es un juego, ni una práctica cultural sino una de las expresiones rituales más importantes del islam en la que un animal ofrece su vida para que nosotros y otros puedan vivir. Si en vez de un cordero puedes sacrificar dos, ¡hazlo! Hay diferentes maneras de hacerlo, pero siempre respetando la ley vigente (¡nada de sacrificar corderos en la bañera!). Si el sacrificio se lleva a cabo que sea siempre bajo supervisión de un profesional, si no podemos confiar en iniciativas y organización local. Si no podemos recurrir a iniciativas comunitarias que donan un sacrificio a los más pobres en otros países. La intención del sacrificio no es comer, sino ser conscientes de que la sangre vertida en el sacrificio aligere el sufrimiento de los más necesitados.

Y quiera Allah que no nos falte de nada y que pronto, si Él quiere, todos podamos visitar su Casa (Al-Bayt) en La Meca haciendo esto mismo, entregandos por completo a Él. Amin.